Para esta parte del viaje, tuvimos que realizar los siguientes preparativos:
Ese día nos despedíamos de Pozzuoli y de la Costa Amalfitana y regresábamos a Roma,pero de camino visitaríamos Tívoli y sus atracciones más importantes: la Villa Adriana, una extensa villa romana ajardinada creada por el Emperador Adriano, y la Villa d'Este, una villa renacentista célebre por sus jardines.
Tras un buen desayuno en el hotel, colocamos las maletas en el coche y nos dirigimos a Tívoli, situada a menos de 40 Km de Roma, para iniciar nuestro itinerario por la ciudad...
Después de un viaje de unas 3 horas y media llegamos a Tívoli y a nuestra primera parada, Villa Adriana... Aparcamos el coche en una de las calles de los alrededores, beneficiándonos de aparcamiento gratuito, y paseamos hasta la entrada a la villa. Pagamos la entrada (11 €), tomamos un mapa y accedimos...
Villa Adriana fue construida por el Emperador Adriano como lugar de retiro. Se trataba de una pequeña ciudad repleta de palacios, fuentes y termas imitando estilos arquitectónicos griegos y egipcios... En nuestra visita aún pudimos ver vestigios del esplendor de tiempos pasados... Hicimos un recorrido por la villa visitando la mayoría de sus atractivos como el Teatro Griego, el Templo de Afrodita, el Salón de Bibliotecas, el Palacio o la Plaza Dorada pero, sin duda, los espacios que más llamaron nuestra atención fueron: el Teatro Marítimo, un estanque circular rodeado de columnas con una isla en el medio donde se encontraba una pequeña villa, y el Canopus, que trataba de imitar el del Santuario de Serapis en Alejandría... ¡Bellísimo!
Cuando terminamos de visitar Villa Adriana, aprovechamos para hacer una parada para comer. Encontramos un restaurante cerca de donde habíamos aparcado el coche en el que pudimos degustar otras especialidades gastronómicas de Italia: los scaloppine al limone y la panna cotta. ¡Estaban de muerte!
Tras la comilona, nos dirigimos a la Villa d'Este. Nos costó algo más encontrar aparcamiento, pero finalmente encontramos un hueco donde aparcar nuestro FIAT 500 a poca distancia de la villa. Pagamos la entrada (8 €), tomamos un mapa y accedimos...
Nada más entrar en Villa d'Este quedamos maravillados por sus extensos jardines construidos en terrazas, típicos del renacimiento, con fuentes musicales y esculturas... Hicimos un recorrido por toda la villa siguiendo el itinerario recomendado en el mapa, deteniéndonos para hacer fotos en las fuentes más impresionantes: la Fontana dell'Ovato, las Cento Fontane, la Fontana dell'Organo, la Fontana di Nettuno y la Fontana di Diana Efesia... ¡A cual más espectacular!
A última hora de la tarde, regresamos al coche para dirigirnos al hotel que habíamos reservado en Roma. En poco más de media hora habíamos llegado.
En esa, nuestra segunda visita a La Ciudad Eterna, habíamos seleccionado un hotel en Castel Giubileo, a las afueras de Roma pues, para visitar la ciudad, pensábamos aparcar el coche en el aparcamiento gratuito cercano a las Termas de Caracalla que encontramos el año anterior y, también, nos ahorrábamos dinero con respecto a los hoteles más próximos al centro.
Una vez allí, hicimos el check in y nos acomodamos en la habitación, que se encontraba en un encantador bungalow rodeado de vegetación... Antes de ir a dormir, buscamos una pizzería próxima al hotel para llenar el estómago y dimos por finalizado el día...