Para esta parte del viaje, tuvimos que realizar los siguientes preparativos:
Realizamos la reserva de la entrada en una agencia de viajes online con disponibilidad para la compra de entradas y actividades.
Realizamos la reserva de la entrada con acceso Sun & Stars en una agencia de viajes online con disponibilidad para la compra de entradas y actividades.
Sin duda, la mejor forma de contemplar la famosa arquitectura de la ciudad de Chicago y sus impresionantes rascacielos es hacerlo desde las tres ramas del río Chicago, a través del Architecture Cruise. Por ello, decidimos realizar la reserva del tour online para asegurarnos el acceso al crucero, en la web de Shoreline Sightseeing.
Eclipsada por otras ciudades como Nueva York, pocos turistas se dejan caer por las orillas del Lago Michigan para visitar Chicago en sus viajes por la Costa Este, aunque es una de las ciudades más vibrantes de Estados Unidos. Sin embargo, nosotros apostamos desde el primer momento por la Ciudad del Viento, no sólo por haberse convertido en una de las grandes mecas de la cultura del país después de alejar el crimen organizado y a la mafia de sus calles, sino también porque servía de inicio de la Mother Road, la Ruta 66, y porque prometía uno de los skyline más imponentes del país.
Con el itinerario previsto para ese día en la Segunda Ciudad, teníamos intención de visitar las atracciones más destacadas del centro de Chicago, en El Loop, comenzando por la visita al Grant Park y terminando con la visita al 360º Chicago. (Recorrido total caminando: 3,12 h – 14,9 Km).
Para ello, después de desayunar, nos acercamos en coche a la parada de metro de Dempster-Skokie, que se encontraba a unos 5 minutos en coche de nuestro hotel. Dejamos el coche aparcado en el parking de la estación (2 $ por 24horas), pues pensábamos recorrer a pie la ciudad.
Compramos el imprescindible pase para el Metro L, llamado así porque describe un bucle (loop) por el centro de la ciudad; y que es el último metro elevado que queda en Estados Unidos (compramos dos pases CTA con viajes ilimitados para 1 día).Luego, tomamos el metro hasta la parada de Roosevelt.
Una vez allí, bajamos caminando por la Roosevelt Rd. de camino al Planetario Adler pues sus escaleras son un excelente mirador para contemplar el skyline de la ciudad. Pasamos un buen rato haciendo fotos de los imponentes rascacielos aunque el día había amanecido algo neblinoso...
A través de la Lake Shore Dr. y, pegados al Lago Michigan, fuimos atravesando Grant Park para visitar una de las fuentes más grandes del mundo,
Buckingham Fountain (también con buenas panorámicas de los rascacielos) y que está inspirada en la Fuente de Latona, ubicada en el Palacio de Versalles de París.
De allí, tomamos la Jackson Dr. y caminamos unos 20 minutos hasta su cruce con la Franklin St. para alcanzar la Willis Tower, donde se encontraba el observatorio Skydeck Chicago.
Antes de subir al observatorio, tomamos algunas fotografías del rascacielos desde abajo, no siendo tarea fácil ya que debido a su increíble altura casi no cogía en el marco de las fotos...
Una vez dentro del edificio, canjeamos nuestro voucher por la entrada al observatorio y nos dirigimos al ascensor. Subimos hasta el piso 103, a 412 metros de altura, en unos 70 segundos...
Al llegar arriba pasamos un buen rato contemplando las maravillosas vistas del Loop de Chicago y sacando fotos, pero sin duda lo mejor que pudimos hacer fue colocarnos en uno de los Ledge, unas pasarelas con suelo de cristal que sobresalen del edificio y que ofrecen una increíble visión en picado. ¡No apto para los que sufren vértigo!
Una vez abajo, caminamos en dirección este por la Adams St. para alcanzar nuestro siguiente punto del itinerario, el Route 66 Sign, que estaba situado en el cruce de Adams St. con Michigan Av.
Había bastante menos gente fotografiando el cartel que marcaba el inicio de la Carretera Madre que en Santa Mónica alrededor del cartel que marcaba su final...¡por fin teníamos la ansiada foto!
Nuestra siguiente parada fue Millenium Park, la joya de la ciudad...
Dentro del parque nos dirigimos primero a la
Crown Fountain, una de las fuentes más divertidas que hemos visto: dos paneles interactivos muestran caras que escupen agua de vez en cuando...
Caminando en dirección norte llegamos a The Cloud Gate (también conocida como The Bean o La Alubia, por su similitud con esta legumbre), la famosa escultura plateada de Anish Kapoor que refleja el skyline de la ciudad.
Para terminar con Millenium Park, nos acercamos a ver el Jay Pritzker Pavilion, el pabellón en forma de caparazón con tiras plateadas del arquitecto Frank Gehry, que acoge conciertos gratuitos cada noche en verano.
Luego, atravesamos Washington St. (donde además tomamos unas buenas fotos del metro elevado de la ciudad,) hasta su cruce con State St. y tomamos el metro en la estación de Lake hasta la parada de Chicago. Una vez allí, tomamos la Chicago Av. en dirección este hasta su cruce con la Michigan Av. Giramos en dirección norte y nos encontramos con la Old Watertower, uno de los símbolos de la ciudad pues fue la única construcción que sobrevivió al gran incendio de 1871.
Siguiendo por la Michigan Av. alcanzamos el rascacielos John Hancock, donde se encontraba el observatorio 360º Chicago.
Otra vez, como en Nueva York, no podíamos de dejar de mirar hacia arriba... Tras hacer unas cuantas fotos desde abajo, accedimos al edificio para disfrutar por primera vez en el día de las vistas que nos ofrecía este mirador.
Canjeamos nuestro voucher por las entradas al observatorio y subimos al ascensor que nos llevó al piso 94.
Para nosotros, las vistas 360º que obtuvimos desde el mirador de este rascacielos fueron las mejores de Chicago pues, al encontrarse el rascacielos más al norte y al este de la ciudad, pudimos ver la silueta de la mayoría de los rascacielos de la ciudad y también obtuvimos muy buenas vistas del Lago Michigan, del Lakefront Trail y de las playas.
Cuando quedamos contentos por las fotos realizadas, emprendimos la bajada...
Paseamos en dirección sur por la Michigan Av. o más conocida como Magnificient Mile, lo que venía a ser la 5th Av. de Nueva York, que se encontraba repleta de escaparates de tiendas de lujo.
De ahí nos dirigimos a comer a Giordano's para probar la famosa pizza estilo Chicago: una pizza muy gruesa con muchas capas de tomate y queso... ¡Fue imposible terminárnosla!
Para bajar la pizza, decidimos seguir caminando por la Magnificient Mile hasta nuestro siguiente punto del itinerario, Dusable Bridge, donde nos esperaba el Architecture Cruise.
Canjeamos el voucher por nuestra tarjeta de embarque y bajamos al muelle.
Nuestro crucero guiado comenzó navegando por el río Chicago en dirección oeste. Verse rodeado de esos imponentes rascacielos a ambos lados del río, era una auténtica pasada...
Por la rama central del río Chicago vimos, entre otros rascacielos, el Wrigley Building, con una enorme bandera americana en una de sus caras; el Trump International Hotel & Tower, con multitud de reflejos en sus silueta de espejos; las Marina Towers, con su estructura circular y abierta... y el 300North LaSalle.
Antes de tomar la rama norte del río, nos deslumbramos con los reflejos de colores del River Point, con una gran parque a sus pies y a la orilla del río...
En la rama norte, nos esperaban, sobre todo, edificios de apartamentos y parques urbanos.
Dimos la vuelta tras pasar el puente de Kinzie St., en dirección al ramal sur.
Por la rama sur vimos, entre otros rascacielos, el 150 North Riverside con su pie trapezoidal; el edificio de la Opera de Chicago y la imponente Willis Tower.
Tras pasar el puente de Harrison St., giramos 360º en dirección al ramal central.
Por último y, antes de regresar al muelle, navegamos por el gran Lago Michigan pegados al Navy Pier y pudimos ver el gran John Hancock al fondo...
Para nosotros, esta atracción fue una de las mejores de Chicago pues tuvimos la oportunidad de observar la ciudad de una manera única... ¡Te lo recomendamos encarecidamente!
Al bajar, nos dirigimos en dirección este por la Illinois St. hasta nuestra siguiente parada del itinerario, el Navy Pier, un paseo de 800 metros muy transitado, tanto por los turistas como por las familias, ya que se encuentra repleto de atracciones de feria y restaurantes. Su situación frente al lago y las vistas, hacían que ese fuera uno de los puntos de interés imprescindibles de Chicago.
Después, caminamos por el Lakefront Trail en dirección norte hasta su cruce con la Pearson St. Cuando alcanzamos Michigan Av. giramos a la derecha y entramos en la tienda American Girl Place, la primera tienda de estas famosas muñecas, las American Doll, que hacen las delicias de las niñas estadounidenses (aunque no son nada baratas). ¡Nada más entrar, volví a ser niña otra vez! Las tres plantas de la tienda estaban repletas de las preciosas muñecas y sus complementos... Fue impresionante ver la colección de muñecas Just like you, una colección que permitía personalizar, no solo la ropa, sino el pelo, los ojos, las facciones y el color de piel de las muñecas para que se parecieran a cada una de las niñas... Si no hubiera sido por su precio (casi prohibitivo), me hubiera llevado una...
Tras andar unos pasos, encontramos nuevamente el observatorio 360º Chicago y volvimos a hacer uso de nuestra entrada para subir al piso 94, ver el atardecer y contemplar Chicago de noche. Las fotos nocturnas de Chicago que obtuvimos fueron impresionantes...
Luego, tomamos el metro en la estación de Chicago hasta la parada de Dempster-Skokie de regreso al hotel.
Por último, recogimos nuestro coche y cogimos algo para cenar.
Después de ver Chicago, podemos decir que sin duda es una de las ciudades más bonitas de Estados Unidos. Si bien, otras como San Francisco o Los Ángeles tienen más fama, la capital de Illinois no tiene nada que envidiar... Para nosotros resultó casi tan espectacular como Nueva York, más recogidita eso sí... Siempre diremos que Chicago es como una Venecia neoyorkina...