Diario de Viaje: Ámsterdam en 4 días
(Parte II del Diario de Viaje: Combinado Crucero por los Fiordos Noruegos - Ámsterdam)
Índice
- Preparativos.
- Día 10: Itinerario por el Barrio de los Museos, el Cinturón de Canales y el Barrio Judío.
- Día 11: Paseo en barco por los canales e itinerario por Chinatown, el Barrio Rojo y Jordaan.
- Día 12: Tour por la Holanda rural.
- Día 13: Ámsterdam - Madrid.
Preparativos
Para esta parte del viaje, tuvimos que realizar los siguientes preparativos:
- Realización de itinerarios.
- Compra del Paseo en barco por los canales. Precio total (2 personas): 30 €.
Adquirimos las entradas para el paseo en barco por los canales a través de Civitatis pues pagábamos lo mismo que en la web de Lovers Canal Cruises pero así contábamos con el apoyo y la cobertura del equipo de Atención al Cliente de Civitatis, que tanto nos gusta a nosotros.
Puedes visitar la web de Civitatis aquí.
- Compra de la Entrada a la Casa de Ana Frank. Precio total (2 personas): 32 €.
Adquirimos las entradas para visitar la que fue la casa de Ana Frank en la web oficial.
- Reserva de la Excursión a Volendam, Marken, Edam y Zaanse Schans. Precio total (2 personas): 70 €.
Contratamos la Excursión a Volendam, Marken, Edam y Zaanse Schans a través de Civitatis.
Puedes visitar la web de Civitatis aquí.
- Compra de la Entrada al museo Madame Tussauds. Precio total (2 personas): 41 €.
Adquirimos las entradas para museo de cera de Ámsterdam a través de Civitatis pues pagábamos lo mismo que en la web oficial del museo pero así contábamos con el apoyo y la cobertura del equipo de Atención al Cliente de Civitatis, que tanto nos gusta a nosotros.
Puedes visitar la web de Civitatis aquí.
DÍA 10: Itinerario por el Barrio de los museos, el Cinturón de Canales y el Barrio Judío
Tras regresar de Noruega, íbamos a pasar 3 días completos recorriendo La Venecia del Norte…
Para el primer día en la ciudad y, ya que habíamos podido visitar algunos de sus atractivos antes de embarcar en el crucero, habíamos preparado un itinerario para recorrer las atracciones más emblemáticas del Barrio de los Museos de Ámsterdam y de su Cinturón de Canales, así como para visitar su Barrio Judío (Recorrido total caminando: 1,14 h – 6,0 Km).
Cuando nos levantamos aquel día, nuestro barco ya había atracado en el puerto de Ámsterdam. Sin embargo, aún no nos estaba permitido desembarcar. Así que, recogimos todas nuestras pertenencias con calma y nos fuimos a desayunar al buffet Windjammer, que nos tenía enamorados…
Tras el desayuno, por megafonía se nos informó de que ya estaba permitido desembarcar, así que, muy a nuestro pesar, tuvimos que despedirnos del Jewel of the Seas y de todo lo que habíamos vivido a bordo… ¡Nuestro crucero por los Fiordos Noruegos nos había dejado maravillados!
Habíamos reservado estancia en el mismo hotel del inicio de nuestro viaje así que, una vez desembarcamos, adquirimos un nuevo GVB Multi-day ticket a través de la aplicación de GVB y tomamos el tranvía 26 en la estación de Muziekgeb. Bimhuis en dirección a la Estación Central, de modo inverso a cuando lo hicimos hacía 9 días…
En unos 10 minutos habíamos llegado a la Estación Central. Allí, tomamos el autobús número 22 de GVB con dirección el intercambiador de Sloterdijk, escaneando el código QR de nuestro GVB Multi-day ticket sobre el escáner habilitado para ello y, tras poco más de 20 minutos de trayecto, nos apeamos en el intercambiador.
En el intercambiador de Sloterdijk, tomamos el autobús número 369 de la compañía GVB hacia la estación de autobuses de Knooppunt Schiphol Nrd, a la que llegamos una media hora más tarde.
Tras 5 minutos andando, habíamos llegado al hotel. Hicimos el check in y subimos a la habitación a refrescarnos un poco, aunque rápidamente cargamos con la mochila y la cámara de fotos para aprovechar el día…
Nos dirigimos de nuevo hacia la estación de autobuses de Knooppunt Schiphol Nrd para tomar el autobús 369 de la compañía GVB con destino a la parada de Louis Davidsstraat.
Cuando llegó el autobús, escaneamos el código QR de nuestro GVB Multi-day ticket sobre el escáner habilitado para ello y montamos. El trayecto hasta la parada de Louis Davidsstraat nos llevó poco más de 10 minutos.
Allí, tomamos el tranvía número 1 en dirección a Muiderpoortstation, escaneamos el código QR de nuestro GVB Multi-day ticket sobre el escáner habilitado para ello y, tras poco más de 15 minutos de trayecto, nos apeamos en la parada de 1e Con. Huygensstraat.
Después de caminar unos 300 metros por la Eerste Constantijn Huygensstraat, llegamos a nuestra primera parada del itinerario para ese día: las Zevenlandenhuizen, es decir, las Casas de los Siete Países… Entre los números 20 y 32 de la calle Roemer Visscherstraat nos topamos con siete casas de finales del siglo XX, cada una adosada a la otra, que representaban a 7 países: Alemania, con una casa llena de detalles góticos; Francia, con una casa que nos recordaba a los chateux franceses; España, con una casa con reminiscencias árabes que nos recordaban a la Alhambra de Granada o a la Mezquita de Córdoba; Italia, con una casa renacentista; Rusia, cuya casa contaba con cúpulas como las del Kremlim; Países Bajos, con una casa de estilo renacentista holandés; e Inglaterra, con una típica casa de campo inglesa… ¡Nos parecieron superoriginales! En un pequeño paseo que apenas duró un minuto, recorrimos siete países diferentes de la Vieja Europa, al menos desde el punto de vista arquitectónico...
Seguidamente, cruzamos el puente de Vondelpark y continuamos por la Van Baerlestraat hasta que alcanzamos la Museumplein o Plaza de los Museos, que estaba abarrotada de gente, en parte porque albergaba los 3 museos más importantes de la ciudad: el Museo Van Gogh, el Museo Stedelijk de Arte Moderno y el Rijksmuseum, además de otros museos como el Museo del Diamante o el MOCO. Como nuestra estancia en Ámsterdam era más bien corta y como no somos muy amantes de las pinacotecas, decidimos conformarnos con contemplar las fachadas de los museos; no obstante, la fachada del Rijksmuseum era impresionante…
Para llegar a la siguiente parada del itinerario que teníamos preparado para ese día, atravesamos los soportales del Rijksmuseum y cruzamos el Museumbrug; luego, caminamos por Zieseniskade pegados a uno de los canales y, seguidamente, por Kleine-Gartmanplantsoen, hasta que alcanzamos la Leidseplein, una de las plazas más animadas de la ciudad que, también, contaba con varias joyas arquitectónicas, como el Teatro Municipal o el American Hotel…
De allí, caminamos rectos por la Leidsestraat atravesando la red principal de canales hasta que llegamos al Mercado de las Flores… El Bloemenmarkt nos pareció un placer para los sentidos (al menos para la vista y para el olfato) y uno de los mejores lugares de Ámsterdam para comprar recuerdos que llevar a casa como los famosos bulbos de tulipán… ¡No pudimos resistirnos!
A 5 minutos andando desde el final del mercado, encontramos el Bridge of Bridges o Puente de los 15 Puentes, justo en la esquina de las calles Reguliersgracht y Herengracht. En teoría, cuando uno sube el puente sobre el Reguliersgracht, estando de espaldas a la plaza Thorbeckeplein, se ven seis puentes de arcos uno tras otro; a mano izquierda, se ven otros seis puentes seguidos sobre el canal Herengracht; y, a mano derecha otros dos; sumándolos se obtiene un total de catorce puentes siendo el número quince el puente que uno está pisando… A nosotros nos costó verlos todos… Debió de ser porque, como dicen, es más fácil verlos desde el nivel del agua…
Muy cerca de allí, encontramos la siguiente parada de nuestro itinerario: la Rembrandtplein, en cuyo centro pudimos ver la estatua más antigua de Ámsterdam, en homenaje a Rembrandt van Rijn, uno de los pintores barrocos más famosos e influyentes de Holanda…
Ya que, a esas alturas del itinerario, nos encontrábamos en una de las plazas más céntricas de la ciudad y a que empezaba a apretar el hambre, decidimos hacer una parada para comer, eligiendo para ello un restaurante de una conocida cadena de bocadillos…
Saciada nuestra hambre, nos dispusimos a continuar con nuestro itinerario pero, nada más salir del restaurante, nos topamos con una especie de pasacalles bastante curioso formando por seguidores de Hare krishna… ¡Curiosísimo!
Cruzando el Halvemaansbrug y atravesando la Staalstraat, llegamos al Staalmeestersbrug, que nos pareció uno de los puentes con mejores vistas de la ciudad (no obstante la hermosa vista de la torre de Zuiderkerk, ha sido capturada por multitud de artistas, como por el increíble Monet) y también uno de los más románticos (prueba de ello era la cantidad de candados de amor que encontramos en los cables de sujeción del puente)…
Luego, caminando por el borde del río Amstel llegamos al Magere Brug, el último puente levadizo operativo de la ciudad (todavía hoy se abre para dejar paso a las embarcaciones de cierta envergadura)… ¡Nos pareció un puente precioso!
Para alcanzar los últimos puntos del itinerario previsto para ese día, tuvimos que abrir el paraguas… Eran las primeras gotas que mojaban nuestros cuerpos en todo el viaje, así que no nos podíamos quejar… Caminamos por el borde opuesto del río Amstel hasta su cruce con la Nieuwe Amstelstraat y, a pocos metros, encontramos la fachada de la Sinagoga Portuguesa, una de las sinagogas más grandes del mundo y uno de los edificios más importantes de la comunidad judía en Ámsterdam… Nos hubiera encantado acceder a su interior para ver sus bancos de madera originales y sus lámparas así como pisar su suelo cubierto por arena fina pero vimos que había cerrado sus puertas a primera hora de la tarde…
De ahí, nos desplazamos hasta el parque Wertheimpark, al que llegamos casi de noche. Dentro del parque, visitamos el último punto del itinerario previsto para ese día, el Auschwitzmonument, un monumento en honor a las víctimas que perdieron sus vidas en el campo de concentración de Auschwitz hecho de vidrios rotos que pretendía reflejar las heridas permanentes que el hombre ha causado en el cielo… ¡Sobrecogedor! Allí, también descubrimos otro monumento que nos llamó la atención: el monumento en recuerdo de los Médicos sin Fronteras asesinados…
Vistos todos esos lugares, emprendimos el camino de vuelta al hotel. Salimos del parque y tomamos el tranvía número 14 hacia la Estación Central. Una vez en la Estación Central, montamos en el autobús 22 hasta el intercambiador de Sloterdijk y, ya en el intercambiador de Sloterdijk, volvimos a coger el autobús 369 hasta la estación de autobuses de Knooppunt Schiphol Nrd…
Hicimos una parada para cenar en un restaurante de una conocida cadena de comida rápida que se encontraba a pocos metros de la estación de autobuses y, tras eso, regresamos al hotel a darnos una ducha y descansar, dando por concluido otro día genial en la capital de los Países Bajos…
DÍA 11: Paseo en barco por los canales e itinerario por Chinatown, el Barrio Rojo y Jordaan
Para ese segundo día en la ciudad habíamos preparado un itinerario que empezaba recorriendo en barco el cinturón de canales, visitaba el Barrio Chino de Ámsterdam y el icónico Barrio Rojo y terminaba recorriendo algunas de las atracciones más emblemáticas del barrio de Jordaan, como la que fuera la casa de Ana Frank. (Recorrido total caminando: 1 h – 4,9 Km).
Comenzamos el día con el desayuno tipo buffet que se servía en la cafetería del hotel.
Con el estómago lleno, nos acercamos caminando a la estación de autobuses de Knooppunt Schiphol Nrd para tomar el autobús 369 de la compañía GVB con destino al intercambiador de Sloterdijk.
Cuando llegó el autobús, escaneamos el código QR de nuestro GVB Multi-day ticket sobre el escáner habilitado para ello y montamos. El trayecto hasta el intercambiador de Sloterdijk nos llevó poco más de 30 minutos.
En el intercambiador de Sloterdijk, tomamos el autobús número 22 de GVB en dirección de Muiderpoortstation, escaneamos el código QR de nuestro GVB Multi-day ticket sobre el escáner habilitado para ello y, tras poco más de 20 minutos de trayecto, nos apeamos en la parada de Centraal Station.
El trayecto caminando hasta el muelle desde el que partía el barco con el que íbamos a recorrer el cinturón de canales sólo nos llevó 5 minutos.
Presentamos nuestro voucher en taquilla y esperamos a que viniera el barco con el que íbamos a realizar el paseo en barco por los canales.
Una vez a bordo, nos colocamos los cascos de la audioguía (que se ofrecía en español) y nos dispusimos pegados a las ventanas para sacar fotos… El paseo en barco nos llevó primeramente a navegar el canal Herengracht, la zona más lujosa de Ámsterdam, en la que vimos preciosas casas; luego navegamos por el canal Keizersgracht, pudiendo contemplar la famosa Casa de las Cabezas que, en su fachada de ladrillo y arena, tenía representadas seis cabezas de los dioses romanos Apolo, Minerva, Ceres, Marte, Baco y Diana… Por último, recorrimos el canal Prinsengracht, una de las zonas más modestas y acogedoras de Ámsterdam y pudimos ver, entre otras atracciones: la casa de Ana Frank, el Museo Casa Flotante, la iglesia De Duif o el Palacio de Justicia... El paseo en barco nos pareció una buena manera de conocer la ciudad desde otro punto de vista.
Después de haber recorrido en barco el cinturón de canales durante 1 hora, empezamos nuestro itinerario a pie por la Venecia del Norte.
Tomamos la calle Prins Hendrikkade y luego la Zeedijk hasta que vimos las primeras señales de tráfico bilingües chino-neerlandés y comprendimos que habíamos llegado a Chinatown, el barrio chino más antiguo de Europa. Allí, además de cotillear alguna de sus numerosas tiendas y mercados, visitamos el corazón de la comunidad chino-neerlandesa: el templo budista Fo Guang Shan He Hua, el edificio religioso chino más grande de Europa, cuyos tejados recordaban a las típicas pagodas orientales…
Después de perdernos un poco por las calles del barrio chino, tomamos la Oudezijds Achterburgwal pegados al canal y, seguidamente, la Grimburgwal, la Langebrugsteeg y la Watersteeg para dirigirnos a la siguiente parada del itinerario previsto para ese día, el Beginhoj.
Cuando llegamos al Beginhoj nos encontramos con un jardín interior rodeado de una treintena de elegantes casas (que haya por el siglo XII albergaron una hermandad femenina católica laica, las beguinas…). En ese bonito vecindario, además, pudimos ver la casa más antigua de Ámsterdam (una de las dos únicas casas de la ciudad que quedan con fachada de madera) y, también, la Capilla de Beginhof, la primera iglesia clandestina de la ciudad… ¡Precioso!
Antes de comer, nos dispusimos a visitar el Barrio Rojo; así que fuimos caminando por la Oudezijds Voorburgwaal, una de las dos calles principales del barrio… Evidentemente, lo que más nos llamó la atención de ese barrio fueron las famosas vitrinas de los prostíbulos con las distintivas luces de neón rojo de fondo, pues es algo muy inusual en otros países del mundo. Sin embargo, entre los coffee shops, sex shops y clubs de striptease, también nos sorprendieron: la preciosa fachada de la iglesia Oude Kerk (que ya habíamos visto al inicio del viaje) y, a pocos metros de ella, la estatua de Belle, una estatua de bronce no muy grande, en la que se mostraba a una prostituta apoyada con pose sugerente en el marco de una puerta (el primer monumento dedicado a las personas que trabajan como profesionales del sexo)…
Después de una parada técnica para reponer fuerzas, nos desplazamos al barrio de Jordaan.
Habíamos reservado nuestra entrada para visitar la casa de Ana Frank, la atracción más emblemática del barrio, para las 19:15 horas así que, lo primero que hicimos fue acercarnos hasta la fachada de la
Westerkerk
y su imponente torre de 85 metros de altura… ¡Sacamos unas fotos preciosas!
Dando la vuelta a la iglesia nos topamos con el Homomonument, un monumento que recordaba a todos los homosexuales, gays y lesbianas sujetos a persecuciones por su orientación sexual…
Y, finalmente, fotografiamos la entrada de la Casa de Ana Frank y accedimos a su interior… Durante algo más de una hora y, con ayuda de la audioguía (que recogía algunos fragmentos del diario de Ana así como algunos testimonios de testigos), recorrimos el almacén del padre de Ana, los despachos de las personas que les ayudaron durante su encierro y las habitaciones donde vivieron las ocho personas que permanecieron escondidas durante la invasión nazi en la Segunda Guerra Mundial hasta que fueron descubiertas… Nos pareció una visita imprescindible pero, también, salimos algo tocados…
Tras la visita a la Casa de Ana Frank, emprendimos el camino de vuelta al hotel. A pocos metros de la casa, tomamos el tranvía número 13 hasta la parada de Amsterdam, Slotermerlaan. Una vez allí, volvimos a coger el autobús 369 hasta la estación de autobuses de Knooppunt Schiphol Nrd.
Hicimos una parada para cenar en un restaurante de una conocida cadena de comida rápida que se encontraba a pocos metros de la estación de autobuses y, tras eso, regresamos al hotel a darnos una ducha y descansar, dando por concluido nuestro segundo día genial en la capital de los Países Bajos…
DÍA 12: Tour por la Holanda rural
Para ese día habíamos reservado una excursión de día completo con guía en español para visitar los pueblos de la periferia holandesa: la famosa
Excursión a Volendam, Marken, Edam y Zaanse Schans, una de las excursiones imprescindibles si se visita Ámsterdam por primera vez.
Cuando terminamos de desayunar en la cafetería del hotel, hicimos el recorrido en autobús hasta Centraal Station como el día anterior, pues el punto de recogida de viajeros para la excursión se encontraba en la calle De Ruijterkade 153, en la acera que daba a la bahía, junto a los embarcaderos de los cruceros fluviales, muy cerca de la estación central de Ámsterdam.
Llegamos al punto de encuentro 15 minutos antes del comienzo de la excursión, teniendo tiempo para validar nuestro bono y tomar asiento en el autocar con el que realizaríamos el recorrido por los pueblos de la Holanda rural.
A las 9:30 en punto comenzamos la excursión.
Empezamos visitando
Zaanse Schans, un municipio a pocos minutos de Ámsterdam que recreaba las casas tradicionales holandesas del siglo XV y que contaba con varios molinos de viento que aún hoy se conservan… Lo primero que hicimos allí tras bajar del autocar fue visitar, acompañados de nuestro guía, una fábrica de zuecos (conocidos como
klompen, uno de los símbolos de los Países Bajos)… Durante la visita pudimos ver la fabricación de forma artesanal de un zueco a partir de un trozo de madera en pocos minutos… ¡Muy curioso! Después, tuvimos tiempo libre suficiente para recorrer la zona de los molinos y la aldea tradicional, cruzando estrechos canales a través de fotogénicos puentes de madera y visitando algunas tiendas de souvenirs situadas en antiguas casas tradicionales holandesas, ¡era un museo al aire libre!
Tras salir de Zaanse Schans, tomamos dirección noroeste para visitar Edam, ciudad de renombre gracias a sus conocidos quesos redondos... Acompañados de nuestro guía, recorrimos el pueblo, al que no le faltaban canales como buen pueblo holandés que era, casitas de piedra y ladrillo, puentes casi de juguete e iglesias... Después, visitamos una fábrica de quesos, donde aprendimos cómo se hacía el queso Edam de la manera tradicional y donde, además, pudimos probar y comprar algunos de ellos.
De vuelta al autocar, pusimos rumbo a Volendam, la siguiente parada de la excursión, atravesando los pólders, las tierras ganadas al mar por las cuales el nombre oficial de Holanda es Países Bajos… ¡Impresionantes!
Una vez en Volendam, uno de los pueblos pesqueros más bonitos de la zona debido a sus coloridas casas, sus estrechas calles y su precioso puerto, tuvimos tiempo libre curiosear y sacar fotografías, además de para saciar nuestro apetito… En este caso, elegimos uno de los puestos que había dispuestos a lo largo de la calle principal y probamos el kibbeling… ¡Delicioso!
Después de comer y ya en el autocar, nos dirigimos a
Marken, un hermoso pueblo situado en una península a orillas del lago IJsselmeer y última parada de la excursión… Acompañados de nuestro guía, visitamos el puerto y recorrimos el pueblo, repleto de bonitas casas de color verde y rayas blancas que se reflejaban en las aguas de los canales… ¡Precioso!
Finalmente, nos subimos al autocar y regresamos a Ámsterdam, dando por terminada la excursión justo en el punto donde la habíamos comenzado, a eso de las 6 de la tarde. ¡La Holanda rural nos pareció maravillosa!
Dado que al día siguiente regresábamos a Madrid, tras bajar del autocar, decidimos poner rumbo al hotel para rehacer la maleta y darnos una ducha antes de salir a cenar, por lo que caminamos hasta Centraal Station para hacer el recorrido inverso en autobús que habíamos hecho por la mañana, dando por terminado un día espectacular por la Holanda rural.
DÍA 13: Ámsterdam-Madrid
Nuestro vuelo de regreso a Madrid partía del aeropuerto de Schiphol un poco antes de las 9 de la noche. Por lo tanto, teníamos aún unas horas para disfrutar de la ciudad.
Esa mañana, por tanto, desayunamos en el hotel, recogimos nuestras cosas e hicimos el check out y, para no tener que ir cargados con las maletas durante toda la mañana, utilizamos el servicio de consigna del hotel.
Luego, decidimos desplazarnos hasta la Plaza Dam para visitar el museo de cera Madame Tussauds pues, como ya sabrás, ese tipo de museo nos encanta… Para ello, en la estación de autobuses de Knooppunt Schiphol Nrd tomamos el autobús 369 hasta la parada de Amsterdam, Antwerpenbaan y, luego, el tranvía número 2 desde Laan van Vlaanderen hasta Paleisstraat.
Una vez en el museo, presentamos nuestro voucher y entramos… Nuevamente, el
Madame Tussauds de Ámsterdam nos encantó: las figuras estaban muy bien conseguidas (nada que ver con el museo de cera de nuestra ciudad) y el museo era muy divertido… Recomendamos encarecidamente que visites este museo en cualquier parte del mundo porque siempre obtendrás unas fotos muy divertidas. Nosotros ya hemos visitado unos cuantos, como el que se encuentra en Las Vegas o el situado en Hollywood, en Los Ángeles.
Al salir del museo, recibimos un correo de KLM informándonos de retrasos importantes en el aeropuerto de Schiphol para pasar los controles de seguridad, por lo que decidimos regresar al hotel a recoger nuestras maletas y comer para llegar con suficiente antelación al aeropuerto y no perder nuestro vuelo (y menos mal que lo hicimos así porque, a pesar de que llegamos al aeropuerto con más de 4 horas de antelación a la salida de nuestro vuelo, una vez conseguimos pasar los controles de seguridad, nos tocó correr por la terminal para no perderlo…). Para llegar al aeropuerto, utilizamos el servicio de autobús gratuito que proveía nuestro hotel para hacer el traslado entre éste y el aeropuerto.
Desde la ventanas del autobús nos despedimos de Ámsterdam y de todo lo que habíamos vivido esos días… El listón de estas vacaciones se había situado muy alto, pero tocaba despedirse de los Fiordo Noruegos y de Ámsterdam... hasta nuestro próximo encuentro...
