Para aquel día teníamos previsto un itinerario que recorría algunos de los lugares del Corazón y el Norte de Roma que nos dejamos en el tintero en nuestro anterior viaje a Roma y que empezaba visitando el Ponte Milvio y terminaba tirando una moneda en la Fontana de Trevi
(Recorrido total caminando: 2,31 h - 11,6 Km).
Tras haber desayunado en la cafetería del hotel, montamos en el coche para comenzar nuestro itinerario por la Ciudad Eterna...
Nuestra primera parada se encontraba en el Norte de Roma: el Ponte Milvio, donde colocamos un candado en nuestra anterior visita a la ciudad. Esta vez queríamos disfrutar de la arquitectura del puente pues en nuestra anterior visita a Roma lo contemplamos con poca luz al llegar allí de noche después de una larga caminata.
Tardamos algo más de 20 minutos en llegar allí en coche desde el hotel debido al intenso tráfico pero mereció la pena: el puente se veía imponente.Eso sí, aunque caminamos a lo largo del puente buscándolo, no pudimos encontrar nuestro candado... ¡Snif, snif!
Luego, nos dirigimos al centro y aparcamos el coche justo detrás de las Termas de Caracalla, en el aparcamiento gratuito que encontramos durante nuestra anterior visita a la ciudad y que se localizaba a tan sólo 1 Km del Coliseo.
Desde allí, nos dirigimos a la siguiente parada del itinerario para ese día, la Pirámide Cestia. Para ello, dimos un largo paseo por la Viale Giotto... Sin embargo, nuestra caminata no tuvo un final feliz porque que encontramos la pirámide repleta de andamios, ya que la estaban restaurando, y no pudimos tomar ni una foto decente... Tendríamos que dejarlo para otra futura visita a la ciudad...
Hicimos una parada para almorzar en una pequeña
trattoria tras lo que iniciamos el rumbo hacia nuestra siguiente parada, la
Piazza dei Cavalieri di Malta. La plaza no tenía, en principio,ningún interés especial para el turista; de hecho, no es una atracción a destacar en muchas guías de viaje, pero nosotros habíamos oído que la plaza escondía un maravilloso secreto: a través del ojo de la cerradura de la enorme puerta del Priorato de los Caballeros de Malta se obtenían las vistas con más encanto de toda Roma. Así que, como queríamos ser participes de ese secreto, incluimos esa parada en nuestro itinerario... Caminamos por la Via Marmorata y luego por la Via Asinio Pollione hasta su cruce con la Via di Porta Lavernale y, al final de ésta, aparecimos en la Piazza dei Cavalieri di Malta, la plaza diseñada por Giovanni Piranesi. Había algunos turistas sentados alrededor de la plaza descansando pero la gran puerta del priorato se encontraba despejada... Nos acercamos allí y pusimos el ojosobre la cerradura... ¡Qué sorpresa! Sí que encontramos una de las vistas con más encanto de la ciudad: pudimos ver un jardín y al fondo entre los setos ¡la cúpula de la Basílica de San Pedro! Mientras hacíamos unas fotos, levantamos la curiosidad de los turistas que se encontraban en la plaza y pronto se formó una gran cola para ver a través del ojo de la cerradura...
Caminamos por la Via di Santa Sabina y el Clivo dei Publicii, giramos a la izquierda en Via della Greca y a la derecha en la Piazza della Bocca della Veritá. Finalmente, tomamos la Via Luigi Petroselli y desembocamos en la Via del Teatro di Marcello donde se encontraba el Teatro Marcelo, el único teatro de la Antigua Roma que se conserva parcialmente en la Ciudad Eterna y que es considerado el hermano menor del Coliseo.
A pocos metros encontramos la Piazza Mattei, que contenía una de las fuentes que nos perdimos en nuestro anterior viaje a Roma, la Fontana delle Tartarughe.
Continuando con nuestro itinerario, cruzamos el río Tíber para visitar
El Trastevere... Era cierto lo que se decía en nuestra guía: era una verdadera delicia perderse por las calles adoquinadas del Trastevere... ¡El barrio respiraba vida! Visitamos la preciosa iglesia de Santa Maria in Trastevere y no perdimos la ocasión de tomar un cócktel en una de las terrazas de la plaza principal...
Luego, nos adentramos en el Gianicolo, la arboleda que delimitaba el barrio, y continuamos por la Via Garibaldi hasta que llegamos a la bonita Fontana Paola...
Cruzamos de nuevo el Tíber por el Ponte Sisto, tomamos la Via dei Pettinari y giramos en Via Capo di Ferro. Luego, tomamos Vicolo delle Grotte y giramos a la izquierda para dar con nuestra siguiente parada: Campo de' Fiori. La plaza nos gustó mucho pues estaba muy animada y repleta de puestos en los que se vendían flores y también de numerosas terrazas... Descubrimos la estatua en honor a Giordano Bruno y junto a ella a unos faquires realizando uno de sus números... ¡Muy curioso!
Al caer la tarde y, tras tomar unas cuantas fotografías, continuamos nuestra caminada hacia el Panteón y la Fontana de Trevi pues, nuestra intención en ese viaje, era contemplar ambos monumentos de noche e iluminados...
Tomamos la Via dei Baullari, giramos a la derecha en el Corso Vittorio Emanuele II, a la izquierda en la Via Monterone y seguimos recto por la Via della Rotonda hasta que nos topamos con el Panteón de Roma... Aunque ya no pudimos acceder a su interior por la hora, su exterior iluminado era impresionante...
Por último, tomamos la Via del Seminario y la Piazza S. Ignazio hasta Vicolo de' Burrò, giramos a la derecha en Via di Petra y continuamos por la Via delle Muratte hasta que dimos con la Fontana di Trevi, que estaba aún más bonita si cabe que durante el día, aunque seguía estando abarrotada de turistas.
Lanzamos una moneda para volver a Roma y, después de realizar unas cuantas fotos, compramos un
crêpe de Nutella y un
gelato en una tienda cercana y nos sentamos alrededor de la fuente a descansar antes de regresar andando hasta el coche, volver al hotel y dar por terminado otro día maravilloso en la Ciudad Eterna.
Nuestro vuelo de regreso a Madrid partía del aeropuerto internacional Leonardo da Vinci (Roma-Fuimicino) a eso de las 9 de la noche. Por lo tanto, teníamos aún unas horas para disfrutar de la ciudad.
Para ese día, habíamos planeado visitar las Catacumbas de San Calisto, uno de los cementerios oficiales de la Iglesia de Roma en el siglo III d.C. y que, pese a ello, no suelen estar recogidas en las guías de Roma.
Como habíamos andado bastante el día anterior, nos levantamos algo más tarde de lo habitual...
Tras recoger nuestras cosas y hacer las maletas, fuimos a desayunar y realizamos el check out del hotel. Luego, nos desplazamos en coche hasta allí, para así ir directamente al aeropuerto después.
Con un poco de esfuerzo encontramos aparcamiento gratuito en los alrededores de las catacumbas...
Pagamos 8 euros por adulto para participar en una visita guiada en español que daba acceso a las Catacombe di San Callisto.
Cuando se hubo formado nuestro grupo de turistas de habla hispana iniciamos el descenso a las catacumbas y comenzamos la visita guiada.Realizamos un recorrido por distintas las distintas áreas del cementerio: la cripta de los Papas, la cripta de Santa Cecilia (patrona de la música), los cubículos de los sacramentos, la zona del Papa Milcíades, la cripta del Papa San Cayo y la cripta del mártir San Eusebio, acompañado por los curiosos y buenos datos de nuestro guía. Pasamos alrededor de una hora visitando las catacumbas...Salimos encantados porque las explicaciones de nuestro guía nos permitieron imaginar cómo los cristianos de la Antigua Roma las utilizaban...
Como aún nos quedaba algo de tiempo para devolver el coche e ir al aeropuerto, echamos mano de la improvisación y nos plantamos frente a la verdadera catedral de Roma: San Giovanni in Laterano pues no la habíamos visitado en nuestro anterior viaje a Roma y en esta visita habíamos entrado sólo en una iglesia... ¡Bellísima! Lo único que nos dio pena no poder ver la Scala Santa pues sólo abría unas horas por la mañana...
Después, aparcamos el coche nuevamente en el aparcamiento de las termas y nos dirigimos andando al centro, para dar una vuelta alrededor del Coliseo y buscar una trattoria para comer.
A media tarde, nos dirigimos a la agencia de alquiler de coches; devolvimos el vehículo y nos llevaron en minibús a la terminal del aeropuerto... Habían sido unos días fantásticos en los que habíamos visto muchas cosas... ¡Italia nuevamente nos dejó encantados! Pero tocaba despedirse de La Ciudad Eterna, de Nápoles y de la Costa Amalfitana... hasta nuestro próximo encuentro...