Para nuestra ruta por el sur de Italia, tuvimos que realizar los siguientes preparativos:
Para viajar seguros, solicitamos la tarjeta sanitaria europea a través de la web de la Seguridad Social.
Llegamos al aeropuerto 2 horas antes de la salida de nuestro vuelo para facturar nuestro equipaje y obtener nuestras tarjetas de embarque. Luego, traspasar el control de seguridad, nos dirigimos a la puerta de embarque.
El vuelo directo de Alitalia con destino al aeropuerto internacional Leonardo Da Vinci (Roma-Fuimicino) salía a la hora programada, por lo que 45minutos antes, nos dieron permiso para embarcar...
Tras poco más de 2 horas de vuelo llegamos a nuestro destino, alrededor de la 8 y media de la mañana. Tras salir del avión y recoger las maletas, nos dirigimos a la salida siguiendo las indicaciones de Rental Cars para ir en busca de nuestro coche de alquiler. Ya fuera de la terminal, aguardamos unos minutos al minibús gratuito que nos llevó a la agencia de alquiler de coches en la que habíamos reservado un coche mini para nuestra ruta por el sur de Italia.
La agencia estaba a tan solo 10 minutos del aeropuerto...
Una vez que recibimos las llaves de nuestro coche, un FIAT 500 perfecto para realizar una ruta por Italia, introdujimos en nuestro GPS la dirección del hotel que habíamos reservado en Pozzuoli, una población costera situada a menos media hora en coche del centro de Nápoles, localizada en el área del litoral al oeste conocida como Nápoles Imperial. La razón por la que habíamos seleccionado esta población como nuestro cuartel general durante los días que visitaríamos la Costa Amalfitana residía en que allí encontraríamos importantes yacimientos de la época romana y tendríamos muy cerca los Campi Flegrei y podríamos ver algún que otro volcán... Además, la zona, relativamente desconocida para el turismo, tenía hoteles con precios más asequibles que en el centro de Nápoles, hecho que valoramos positivamente en ese viaje...
Tras poco más de 3 horas y media de viaje por carretera llegamos a nuestro destino, pasada la 1 del mediodía.
El hotel que habíamos seleccionado se encontraba en una zona elevada, por lo que teníamos unas vistas estupendas de los alrededores. Nos registramos en el hotel y subimos a la habitación a dejar las maletas y refrescarnos un poco para comenzar el itinerario previsto para ese día, que recorría los lugares más emblemáticos de Pozzuoli y que empezaba visitando el Anfiteatro Flavio y terminaba con la visita al Monte Nuovo.
Tras unos 10 minutos en coche, llegamos a nuestro primer punto del itinerario, el Anfiteatro Flavio, el tercer anfiteatro de la época romana más grande del mundo. Pagamos la entrada (4 €) y accedimos... Aunque no tan impresionante como el Coliseo de Roma o el Anfiteatro de El Djem, en Túnez, el Anfiteatro Flavio bien merecía una visita, sobre todo por la conservación de los sistemas situados debajo de la arena para las venationes (cacerías de animales salvajes)... Y es que en ningún otro teatro del mundo tienen tan buen estado de conservación (principalmente porque gran parte de la estructura permaneció enterrada hasta hace relativamente poco tiempo).
Después de la visita al anfiteatro, nos desplazamos andando en dirección al puerto hasta llegar al
Macellum de Pozzuoli, también llamado Templo de Serápide, donde se situaba el mercado público de la antigua Puteoli romana. El lugar nos encantó porque podías imaginarte como se comerciaba en aquella época e incluso pudimos ver las marcas dejadas por una especie de moluscos en las columnas que indicaban que el lugar se hundió bajo el nivel del mar para volver a emerger posteriormente...
Antes de continuar nuestra ruta, paramos en un restaurante de una de las calles adyacentes. Aprovechando que estábamos al lado del puerto, degustamos uno de los puntos fuertes de la gastronomía local: pescado y marisco. Comimos calamar, cozze, seppia, polipo y coquinas... ¡mmm! ¡Impresionante!
Para bajar la comida, caminamos por el paseo del puerto en dirección al coche y tomamos preciosas fotografías del mar.
Luego, nos dirigimos en coche a la
Solfatara, uno de los volcanes más interesantes de la sucesión de cráteres volcánicos de los Campi Flegrei. Pagamos la entrada (7 €) y accedimos al campo... La Solfatara era un volcán llano cubierto de cenizas y de azufre: su principal actividad post-volcánica eran las malolientes fumarolas de azufre que emergían de la tierra a más de 160º... Pasear por la Solfatara se asemejaba a caminar por un desierto lunar... Vimos las fumarolas de azufre y también los campos de lodo donde, en la antigüedad, se tomaban baños a modo de balneario... ¡El lugar era espectacular!
De ahí, nos desplazamos al Monte Nuovo, otro de los volcanes de los Campi Flegrei. El cráter de ese volcán se formó tras una erupción en 1538 que devastó el pueblo termal de Tripergole y hoy en día es un oasis de vegetación... Ascendimos en un bonito paseo de casi una hora hasta el cráter y, una vez arriba, disfrutamos de las vistas y del atardecer...
Cuando conseguimos descender ya era prácticamente de noche así que paramos para tomar unas porciones de pizza napolitana para cenar y regresamos al hotel a descansar del intenso día...
Para ese día teníamos preparado un itinerario que pasaba por realizar una excursión al volcán Vesubio, visitar el sitio arqueológico de Pompeya y recorrer los bonitos pueblos de la Costa Amalfitana.
Tras un buen desayuno en el hotel, nos pusimos en marcha...
Nos dirigimos a Boscoreale y desde allí seguimos las indicaciones hacia el
Parque Nacional del Vesubio tomando la Via Cifelli. Al final de la carretera, llegamos al parking de la compañía Bus Via con la que íbamos a acceder al volcán. Pagamos el tour en bus 4x4 que incluía la entrada al parque nacional (20 €) y esperamos un rato a que el bus se completara... Tras eso, comenzamos nuestra excursión al Vesubio... Iniciamos una ruta a lo largo de la antigua carretera Matrone a través de la Riserva Alto Tirone Vesuvio montados en un autobús ecológico 4x4. Tras unos 25 minutos llegamos a la Piazzale Superiore ubicada a 1050 metros de altitud. Desde allí, continuamos nuestra ruta a pie hasta el cono... Un camino algo complicado por la altitud, pero las vistas entre las nubes lo compensaban... Al llegar al cono, nos reunimos con el guía y comenzamos la visita guiada, de una hora de duración, en la que aprendimos mucho sobre la última erupción del Vesubio, sobre la erupción que arrasó con Pompeya y Herculano y sobre cómo podría ser la próxima erupción del volcán; sobre los sistemas de aviso y los simulacros que recibe actualmente la población próxima al volcán... Después, tuvimos tiempo libre para hacer fotografías, recorrer la circunferencia del cráter por nuestra cuenta, observar el vapor de agua manar de la tierra y comprar algún
souvenir en las tiendas que allí se encontraban... ¡Fue impresionante estar frente al cráter del único volcán activo de Europa Continental!
Por último, hicimos el viaje inverso en el autobús 4x4 para recoger nuestro coche y dar por terminada la excursión, que nos había encantado.
Luego, nos dirigimos a Pompeya... Nos costó algo de tiempo encontrar aparcamiento pero finalmente pagamos unos 2 € por 4 horas de estacionamiento, suficiente para el tiempo que pensábamos pasar en el sitio arqueológico.
En las taquillas, adquirimos las entradas (11 €), audioguías (5 €) y un mapa... ¡Quedamos muy sorprendidos de la magnitud del lugar! Así que fuimos seleccionando en el mapa los lugares que creíamos que nos iban a llamar más la atención... ¡La ciudad era increíble! Hasta el más pequeño detalle, como los antiguos pasos de cebra, nos llamaba la atención... Lo mágico es que se podía ver Pompeya tal como era en el año 79, como si el tiempo se hubiera detenido (un poquito destruida por el volcán y los años, es verdad, pero con un poco de imaginación estaba todo ahí, completamente presente). Visitamos: el Templo de Apolo, la Basílica, el
macellum o mercado, el Gran Teatro, la Casa de Meandro, el Anfiteatro, las Termas Estabianas, el Lupanar, la Casa del Fauno, la Casa del Poeta Trágico, la Vía de los Sepulcros, el Almacén y disfrutamos de las vistas del Vesubio en la plaza del Foro... ¡Una maravilla! Realizamos una visita de unas 3 horas para la que un día fue hogar de 20000 personas y sepultura de 2000 de ellos bajo 6 metros de ceniza…
Siguiendo con el itinerario previsto para ese día, regresamos al coche para tomar la carretera que bordeaba la costa (la SS145 y luego, la SS163) para visitar los pueblos más bonitos de la Costa Amalfitana... Aunque el tráfico era infernal (con un carril por sentido la mayor parte del trayecto), no nos extrañó que estuviera considera como una de las carreteras costeras más bonitas del mundo pues, trazada entre las empinadas montañas por el lado de tierra y acantilados cortados a pico hacia el mar, sus curvas pronunciadas ofrecían una vista espectacular en cada giro... Después de parar en algunos miradores, llegamos al primer pueblo de cuento,
Positano, un pueblo asombrosamente vertical, al que no paramos de echar fotografías; luego, llegamos a
Praiano y, finalmente, a
Amalfi, al que llegamos completamente de noche, pero aún así pudimos apreciar que era un pueblo precioso...
Debido a que ya era noche cerrada y a que el tráfico estaba empeorando, decidimos regresar al hotel y dar por terminado otro gran día en el sur de Italia...