Tras hacer el
check out y desayunar, tocaba despedirse de Las Vegas para emprender rumbo hacia dos de los parques nacionales más grandes de California: Death Valley y Yosemite, pero antes quisimos hacer dos paraditas: una para comprar algún que otro
souvenir; y otra, para conocer la casa de empeños de Rick, del programa ‘La Casa de Empeños’ (‘Pawn Stars’, en inglés).
Para comprar algunos recuerdos elegimos una tienda que se encontraba a pocos metros del Stratosphere Las Vegas, Bonanza Gift Shop, que es un símbolo en Las Vegas, no solo por llevar abierta desde 1980, sino porque además, tiene el récord de serla tienda de souvenirs más grande del mundo con cerca de 3700 m2 de superficie comercial.
Después de las compras, nos acercamos a Gold & Silver Pawn Shop a echar un vistazo. Estuvo bastante gracioso porque incluso pudimos hacernos una foto con Rick...
Las Vegas nos despidió con un ‘Drive Carefully, Come Back Soon’ al salir de la Ciudad del Pecado a través de Las Vegas Boulevard y encontrarnos con Las Vegas Sign...
Pusimos rumbo al primer Parque Nacional de California que íbamos a visitar, el Valle de la Muerte.
Como se recomienda llevar el depósito lleno en el Death Valley, decidimos hacer una parada para cargar el tanque de gasolina. Justo antes de dejar la US-95 y tomar el desvío a la NV-373, vimos un cartel que indicaba un área de descanso, así que tomamos la salida... lo que no sabíamos es que ese área se correspondía con el Area 51 Alien Center, repleta de souvenirs de la enigmática Área 51...
Posteriormente supimos que unos metros más allá del área de descanso había un desvío para dirigirse a Rachel, un pueblecito de Nevada, que es la Capital Mundial de los Ovni; su publicidad se debe a que se localiza en plena Extraterrestrial Highway (antigua Hwy 375), una carretera que se halla en el extremo este de la Base Aérea Nellis, donde se dice se encuentra el Área 51...
Tras 3 horas de camino, llegamos al Death Valley, una tierra de superlativos pues es un parque nacional que posee tres récords estadounidenses: el punto más bajo de Estados Unidos (Badwater Basin, a 86 m por debajo del nivel del mar), la mayor extensión para un parque nacional, sin contar los de Alaska (13500 Km2) y la mayor temperatura registrada (57 ºC) en Julio de 1913... Pagamos el pase de acceso por vehículo (25 $) y nos dirigimos al centro de visitantes de Furnace Creek para pedir prestado un mapa.
Tras conducir unos 27 Km desde Furnace Creek llegamos a nuestra primera parada dentro del parque: el
Badwater Basin, el punto más bajo de Estados Unidos. Aparcamos nuestro vehículo pero nos daba miedo salir al exterior pues ¡la temperatura había subido hasta la friolera de los 50 ºC! ¡Y eso que no estábamos en pleno verano! Sin embargo, el paisaje formado por una llanura salada de belleza espectacular bien merecía el sacrificio... Salimos del coche, nos hicimos fotos y caminamos por el paseo elevado sobre el lecho de agua salada mineralizada en constante evaporación sintiendo, eso sí, que la brisa quemaba nuestra piel...¡Una experiencia increíble!
Cuando regresamos al coche pusimos a tope el aire acondicionado y nos dirigimos a la Artists Drive.
Comenzamos a circular por esa hermosa carretera circular de 15 Km pero enseguida sentimos que algo no iba bien en nuestro coche... La temperatura del coche comenzó a subir peligrosamente... Así que tuvimos que parar el coche y abrir el capó para refrigerarlo...
Subsanado el percance seguimos conduciendo por la carretera y al fin pudimos ver la increíble explosión de colores en las colinas formada por los minerales y la ceniza volcánica.
Desde allí nos dirigimos a Ubehebe Crater a donde llegamos al atardecer y donde hace cientos de años una explosión volcánica causada por la mezcla de magma con un manantial subterráneo provocó ese cráter profundo de 183 metros.
Cuando cayó la noche salimos del parque, que nos había parecido espectacular y de otro planeta, y condujimos unas 2 horas y media hasta Bishop, un pueblecito con encanto, perteneciente nuevamente al estado de California, a medio camino entre el Death Valley y Yosemite donde habíamos reservado una noche de hotel.
Rendidos, por el viaje y por el calor que habíamos soportado durante el día, después de hacer el check in en el hotel, nos fuimos directamente a dormir...
Comenzamos el día desayunando en el hotel. Después volvimos a colocar las maletas en el coche e hicimos el check out para emprender rumbo hacia el siguiente Parque Nacional de California que íbamos a visitar: Yosemite.
El paisaje hasta llegar allí era completamente diferente a lo que habíamos visto en losdías anteriores de nuestro viaje pues habíamos dejado atrás el desierto para adentrarnos en los bosques y montañas de Sierra Nevada...
En menos de 2horas habíamos alcanzado las puertas de entrada al Parque Nacional de Yosemite por el puerto de Tioga. Pagamos el pase de acceso por vehículo (20 $) y empezamos nuestra visita atravesando el parque conduciendo por la Tioga Rd.
La Tioga Rd.es la única carretera que atraviesa el parque. Recorre 90 Km a una altitud entre los 1888 m del Crane Flat y los 3031 m del puerto de Tioga por lo que las fuertes nevadas la suelen mantener cerrada al tráfico desde Noviembre hasta principios de Mayo y, la verdad, que no nos extrañó pues a poca distancia de la entrada del puerto de Tioga ¡comenzamos a ver nieve!
Nos paramos en uno de los miradores, situado en un lateral de la carretera, para retratar la espectacular belleza del lugar: las montañas se reflejaban en el lago seminevado de
Tenaya que estaba rodeado de imponentes árboles... Llegamos incluso a tocar la nieve, que a esas alturas del año, aún estaba blanda... Fue muy curioso tocar la nieve en manga corta... ¡Espectacular!
Seguimos conduciendo en dirección a Yosemite Valley, donde se concentraba la actividad de los visitantes, pero antes de tomar el desvío hacia la Big Oak Flat Rd. nos encontramos con Toulumne Grove, uno de los tres hogares de secuoyas gigantes del parque.
La secuoya gigante está considerada la especie arbórea más grande del mundo y la tercera más longeva, por lo que mientras caminábamos por el sendero habilitado contemplando las gigantescas secuoyas de Toulumne Grove (en total, dos millas ida y vuelta) no podíamos hacer otra cosa que sentirnos muy pequeños...
Continuamos nuestra visita conduciendo por la Big Oak Flat Rd. y tomamos la carretera de El Portal en dirección al Yosemite Valley pegados al río Merced. Conduciendo por esa carretera circular tuvimos la oportunidad de ver un sinfín de cascadas, a cual más bonita y espectacular, a poca distancia andando desde la carretera y, después de comer en uno de los restaurantes de Yosemite Village sentados en mesas de picnic rodeados de ardillas, vimos sin duda la más impresionante, la cascada de Yosemite, que se despeña desde más de 700 metros al suelo en tres niveles y que es considerada como la cascada más alta de América del Norte.
Salimos de El Portal y tomamos la Wawona Rd. para llegar a Tunnel View... Las vistas que obtuvimos desde allí... no se pueden describir con palabras... ¡Simplemente espectaculares! Desde allí pudimos ver los famosos macizos graníticos de El Capitán, que con 2307 m es uno de los monolitos más grandes del mundo, y la Half Dome, que con sus 2695 m y su silueta redonda era inconfundible. Y, además, apreciamos la imponente Bridalveil Fall... ¡Fue el colofón perfecto a nuestra visita!
Dicen que Yosemite es el parque nacional más bello de Estados Unidos... ¡Damos fe!
Nos daba pena tener que marcharnos, pero se nos echaba la noche encima y aún nos esperaba un largo camino hasta nuestro siguiente destino: San Francisco; así que salimos del parque por la entrada de Big Oak Flat y tomamos la Hwy 120.
Después de 3 horas y media de viaje entramos en San Francisco por el puente San Francisco-Oakland Bay Bridge. Esta entrada, preciosa de noche, nos permitió descubrir que nuevamente nos adentrábamos en una gran ciudad, pues los grandes edificios iluminados nos rodearon...
Nuestro hotel estaba situado a unos 10 minutos en coche del famoso Fisherman's Wharf así que no nos quedó más remedio que subir las características e increíblemente empinadas calles hasta llegar allí.
Hicimos el check in y dejamos las maletas. Luego, paseamos por la zona hasta que encontramos un restaurante típico americano donde cenamos buena carne a la parrilla y pollo a la barbacoa... Llenado el estómago, nos fuimos a descansar para empezar pronto el día siguiente en San Francisco.