Para esta parte del viaje tuvimos que realizar los siguientes preparativos:
Para saber si debíamos adquirir un PASS de Oahu o no para el viaje, primeramente, calculamos cuál sería el precio total que pagaríamos por las atracciones que queríamos visitar si comprábamos las entradas en sus webs o en las taquillas de la atracción; luego, comparamos ese coste con el precio del PASS que había en ese momento y vimos que nos ahorrábamos aproximadamente un 40 %, por lo que decidimos adquirirlo.
Como queríamos visitar bastantes atracciones en pocos días (concretamente, 8 atracciones en 3 días), era más interesante para nosotros en este viaje elegir el PASS ilimitado para 3 días: Oahu All-Inclusive Pass. Compramos el pase directamente en su web.
Una de las actividades que queríamos realizar aprovechando nuestra tarjeta PASS era realizar un recorrido en catamarán alrededor de la costa de Honolulu. Esta actividad era una de las que requería reserva, así que reservamos para nuestro segundo día completo en Oahu para el trayecto de la 1 de la tarde. No tuvimos que pagar nada por adelantado, simplemente tuvimos que indicar nuestros números de tarjeta PASS.
Las entradas para un día concreto para acceder al USS Arizona Memorial, situado en el Pearl Harbor National Memorial, se ponen a la venta el mismo día a partir de la hora de apertura del parque, si bien la cantidad de entradas a distribuir es limitada y suele acabarse antes del mediodía. Por ello, decidimos realizar la reserva online para asegurarnos el acceso al memorial. El coste de la reserva fue de 1,5 $ por persona.
Con la compra de nuestra tarjeta PASS para 3 días, recibimos una actividad premium adicional a elegir entre 6 actividades. Nos decantamos por asistir al Polynesian Cultural Center para disfrutar de una comida y fiesta típica hawaiana en un auténtico luau. Esta actividad era una de las que requería reserva, así que reservamos para nuestro tercer día completo en Oahu para el turno de las 4 de la tarde. No tuvimos que pagar nada por adelantado, simplemente tuvimos que indicar nuestros números de tarjeta PASS.
Otra de las actividades que queríamos realizar aprovechando nuestra tarjeta PASS era realizar esnórquel en Hanauma Bay. Esta actividad era otra de las que requería reserva, así que reservamos para nuestro cuarto día completo en Oahu. No tuvimos que pagar nada por adelantado, simplemente tuvimos que indicar nuestros números de tarjeta PASS.
Otra de las actividades que queríamos realizar aprovechando nuestra tarjeta PASS era visitar el rancho de Kualoa para realizar el recorrido por los escenarios hawaianos utilizados en series y películas. Esta actividad era otra de las que requería reserva, así que reservamos para nuestro cuarto día completo en Oahu. En este caso tuvimos que pagar la actividad por adelantado, una vez allí nos devolverían el dinero al presentar nuestras tarjetas PASS.
Nuestro vuelo con destino a la capital del estado de Hawái y de Oahu, la isla más poblada del archipiélago hawaiano, partía del aeropuerto de Kona casi a las 4 de la tarde así que, tras desayunar en nuestro restaurante favorito, realizamos el check out y fuimos a comprar souvenirs a uno de los centro comerciales Walmart de la isla que teníamos cerca del hotel...
No pudimos resistirnos a comprar un pequeño ukelele, camisas hawaianas y un montón de flores lei para el pelo...
Luego, fuimos a devolver el coche de alquiler a la oficina y la van de nuestra compañía de alquiler nos dejó en la terminal del aeropuerto de Kona...
Dos horas antes de la salida de nuestro vuelo ya estábamos en el aeropuerto, aunque no lo parecía porque, como ya dijimos a nuestra llegada, el aeropuerto se encontraba al aire libre. Facturamos las maletas, obtuvimos las tarjetas de embarque, pasamos el control de seguridad y nos desplazamos a la peculiar puerta de embarque.
Nuestro vuelo con la compañía Hawaiian Airlines salía a la hora programada por lo que, 40 minutos antes, nos dieron permiso para embarcar...
En menos de 45 minutos de vuelo llegamos a Honolulu, pasadas las 16:30 horas de la tarde.
El aeropuerto de Honolulu ya se parecía más a un aeropuerto convencional...
Tras recoger nuestro equipaje en las cintas, nos dirigimos a la parada destinada a las compañías de alquiler de coches y aguardamos unos minutos al minibús gratuito que nos llevaría a la agencia de alquiler de coches en la que habíamos reservado un coche mediano para desplazarnos por la isla esos días.
La agencia estaba a tan solo 5 minutos del aeropuerto...
Una vez que recibimos las llaves de nuestro coche, introdujimos en nuestro GPS la dirección del hotel que habíamos reservado en la zona de Waikiki, a poca distancia de la capital.
Después de conducir unos 20 minutos por la carretera, llegamos a nuestro hotel en Waikiki. Reservamos el parking, hicimos el check in y accedimos a nuestra habitación. Habíamos reservado una habitación con vistas tipo corner y lo cierto es que, una vez arriba, nos pareció espectacular... ¡Las vistas eran increíbles! Además, nos habían obsequiado con una cadena de leis frescas y una cesta de frutas... Después de tomarnos un tiempo disfrutando de las vistas desde la terraza de la habitación, nos pusimos el bañador para aprovechar la tarde recorriendo a pie algunas de las mejores playas del área.
A tan sólo media milla de nuestro hotel se encontraba la playa Kahanamoku Beach, repleta de bañistas y personas tomando el sol. Era una delicia sentarse en esa arena, disfrutar de un agua turquesa espectacular y de buenas vistas de los grandes hoteles y edificios de Waikiki, con el Diamond Head al fondo.
Más tarde, andando por la arena, llegamos a la Hilton Lagoon, una laguna improvisada de uno de los hoteles Hilton de la zona donde pudimos ver gente en kayak... Y en sus alrededores pudimos disfrutar de un ensayo de hula de un pequeño club hawaiano...
Siguiendo nuestro paseo, llegamos a Magic Island y a Ala Moana Beach, donde nos quedamos a disfrutar del atardecer...
De noche, nos dispusimos encontrar un sitio para cenar y localizamos un restaurante de una cadena americana donde no habíamos estado nunca pero que nos dejo muy buenas sensaciones...
Había sido un día completo así que, después de la cena, nos fuimos a descansar...
Nuestro primer día en la isla de Oahu comenzó con un buen desayuno tipo buffet en la cafetería del hotel (las frutas y, en especial, la piña estaban deliciosas); y es que la noche anterior nos obsequiaron con un descuento para el desayuno y decidimos aprovecharlo.
Para ese día habíamos planeado pasar la mañana visitando los atractivos del Downtown de Honolulu, la capital de Hawái, y pasar la tarde a remojo en la mítica playa de Waikiki...
Decidimos dejar nuestro coche aparcado en el hotel y desplazarnos paseando hasta el distrito financiero de Honolulu...
Nuestra primera parada fue el
Aliiolani Hale, la sede de la Corte Suprema del Estado de Hawái, pues allí se encontraba la
estatua del rey Kamehameha I, un gran guerrero, diplomático y líder, que unió las islas hawaianas en un reino real en 1810 después de años de conflicto.
Justo enfrente nos topamos con el Iolani Palace, monumento histórico nacional y la única residencia estatal oficial de la realeza en Estados Unidos desde 1882 hasta 1893, pues fue la residencia oficial de los dos últimos monarcas del reino de Hawái: El rey Kalakaua y su hermana y sucesora, la reina Lili'uokalani... Justo detrás del Iolani Palace encontramos una estatua en honor a la reina, la Queen Lili'uokalani Statue, y el edificio del State Capitol, la sede del gobierno de Hawái en Estados Unidos.
Luego, tomamos la S Hotel St. hasta su cruce con Bishop St. y seguimos en dirección a la costa hasta que nos topamos con la
Aloha Tower, un icono de Hawái, ya que funcionó durante muchos años como faro de bienvenida para los visitantes de la isla, pues antiguamente el viaje hasta Oahu se realizaba exclusivamente por mar. Aunque, en la actualidad, la Aloha Tower todavía es un puerto de atraque para los barcos, nuestro principal interés por este icono de Hawái radicaba en su plataforma de observación, localizada en la planta 10 del monumento... ¡Todo un acierto! Obtuvimos unas vistas y fotografías incomparables del puerto de Honolulu y la cordillera de Koʻolau... ¡Y, además, gratis!
De allí, nos desplazamos al barrio chino de Honolulu, uno de los más antiguos de Estados Unidos y una vorágine de restaurantes tradicionales de dim sum, tiendas de fideos, lofts reconvertidos en bares de moda, abarrotados mercados asiáticos de antigüedades y puestos de venta de collares de flores, además de algún que otro templo...
Tras recorrer el Downtown de Honolulu, emprendimos la vuelta hacia el hotel para hacer una parada para comer y recoger los enseres necesarios y las toallas de baño que éste nos ofrecía para disfrutar de la playa de
Waikiki.
¿Qué decir de Waikiki? Que su ambiente era simplemente espectacular... Sólo el acceso a la playa ya era curioso: ¡un pasillo lleno de tablas de surf! Pasamos la tarde a remojo y rodeados de surfistas que esperaban coger buenas olas...
A última hora de la tarde, ya secos, nos dirigimos a fotografiar la
Duke Kahanamoku Statue, la icónica estatua del Padre del Surf Moderno, siempre repleta de gente y cadenas de flores; y la
Makua & Kila Statue, una escultura preciosa que mostraba a un joven surfista (Makua) compartiendo un momento con una foca monje...
Para terminar el día paseamos por la zona (siempre rodeados por las tiendas de ropa de diseño), encontrándonos con mucha actividad gracias a las coctelerías junto a la playa, los restaurantes de lujo y los espectáculos de
hula
de la playa...
Nuestro segundo día en Oahu volvió a comenzar con un buen desayuno buffet en la cafetería del hotel...
Para la mañana de ese día habíamos planeado desplazarnos al este de la isla, a la Winward Coast, para conocer el Valle de los Templos y, más concretamente el Byodo-in Temple: y, para la tarde, la realización de un recorrido en catamarán por la costa de Waikiki... (Recorrido total caminando: 2,42 h - 12,9 Km).
Sin más dilación, nos montamos en el coche y pusimos rumbo a la costa este de Oahu. Nos llevó algo más de media hora alcanzar la localización del Valle de los Templos debido al tráfico pero nos hizo mucha ilusión encontrarnos por el camino un auténtico Jeep de la película ‘Jurassic Park’ (no obstante algunas escenas de las películas de la saga de Steven Spielberg se rodaron en Oahu) y ver por primera vez las montañas de la cordillera Ko’olau que reconocíamos de algunas series y películas...
La principal atracción del Valle de los Templos era un templo japonés llamado Byodo-in Temple, algo así como el Templo de la Igualdad, que fue concebido como una réplica a escala del templo en Uji, en Japón, para conmemorar los cien años de la llegada de los primeros inmigrantes japoneses a Hawái... Así que nos dirigimos hacía allí. Aparcamos el coche en el parking y canjeamos la primera atracción de nuestro PASS en la taquilla.
Nada más entrar, nos quedamos con la boca abierta pues, aunque habíamos visto el templo en una de las escenas de la serie ‘Lost’, no habíamos visto nunca un lugar parecido y es que las elevadas Ko’olau Mountains le conferían un contraste espectacular...
Después de tomar unas cuantas fotos, nos dedicamos a recorrer el templo, no sin antes hacer sonar la campana sagrada de bronce de tres toneladas y 1,5 metros de altura (bon-sho) con un tronco de madera llamado shu-moku para pedir felicidad y longevidad. En el interior de Byodo-in encontramos un gigantesco Buda recubierto de oro y algunos visitantes rezando... En el exterior, vimos un montón de pavos reales y cisnes negros rondando por el jardín y sapos, tortugas y peces koi en los estanques... ¡Nos encantó!
A la salida, recorrimos el valle con el coche y no pudimos no fijarnos en el precioso cementerio japonés que había en los alrededores...
Tras la visita al Valle de los Templos, era hora de dirigirnos al emplazamiento de la segunda actividad prevista para el día: el crucero en catamarán por la costa de Waikiki con Makani Catamaran.
La compañía con la que íbamos a navegar fondeaba sus catamaranes en el puerto de Kewalo Harbor, cerca del Downtown de Honolulu, que disponía de parking, pero la compañía nos había aconsejado no llegar en coche porque el parking solía estar bastante concurrido. Así que regresamos de nuevo al hotel para dejar el coche y emprendimos el camino andando.
Tardamos unos 40 minutos en alcanzar el puerto, pero antes de la 1 del mediodía nos encontramos allí. Aportamos nuestra reserva y nuestra tarjeta PASS en la taquilla de la compañía y en unos minutos embarcamos en el catamarán.
El recorrido de unas 2 horas de duración nos encantó pues disfrutamos mucho viendo: las exuberantes montañas de Ko'olau al fondo, el skyline de Honolulu y Waikiki y el majestuoso Diamond Head... Todo creaba un paisaje absolutamente impresionante y el escenario perfecto para una tarde inolvidable sobre las aguas turquesas de Hawái...
Tras el recorrido en barco, tocaba hacer una parada para comer... Así que, una vez en el hotel, cogimos el coche y nos desplazamos a los alrededores de Waikele Premium Outlets, donde comimos y ¡pasamos la tarde de shopping!
Después de las compras y la cena, regresamos al hotel para descansar del intenso día...
Ese día nos esperaban experiencias inolvidables: habíamos planeado pasar buena parte de la mañana visitando el Pearl Harbor National Memorial y el resto del día lo pasaríamos en el Polynesian Cultural Center donde asistiríamos a un auténtico luau.
Tras desayunar en la cafetería del hotel, nos montamos en el coche y nos pusimos en ruta…
Menos de 20 minutos en coche nos separaban del puerto naval de Pearl Harbor, tristemente famoso tras el ataque japonés del 7 de diciembre de 1941 durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que a primera hora de la mañana ya habíamos aparcado nuestro coche en el recinto del memorial.
Una vez dentro, nos dirigimos al Centro de Visitantes para recoger un mapa del complejo, canjear nuestra reserva para la visita al USS Arizona Memorial y nuestro Oahu PASS para el servicio en español de audioguía USS Arizona Narrated Tour y para las visitas del Battleship Missouri Memorial y del Pearl Harbor Aviation Museum pues, si bien la entrada al memorial (así como el aparcamiento) era gratuita, el acceso a las audioguías y la visita a estas dos últimas atracciones, requería una tarifa adicional. Eso sí, nos entristeció conocer que no íbamos a poder visitar el interior del USS Arizona Memorial pues, para llegar al monumento conmemorativo colocado justo encima del lugar donde ocurrió el hundimiento del USS Arizona, debíamos tomar un barco y atracar en una plataforma colocada en uno de los laterales del monumento y la plataforma se encontraba en labores de reparación desde el 27 de Mayo, al descubrirse que no estaba asegurada firmemente al fondo del océano…
Ya con las entradas y las audioguías, nos dirigimos al Pearl Harbor Memorial Theater donde pudimos ver un documental sobre el ataque del 7 de Diciembre de 1941 como parte del programa de 75 minutos de duración del USS Arizona Memorial.
Nada más salir, embarcamos en el barco que nos llevaría al USS Arizona Memorial… Durante el recorrido, pudimos obtener buenas vistas de la bahía con Pearl City de fondo y gracias a las audioguías fuimos identificando los pequeños memoriales construidos sobre el agua en honor al resto de buques hundidos el 7 de diciembre de 1941…
Por fin, llegamos al USS Arizona Memorial, situado justo encima del buque hundido, del que aún pudimos ver su chimenea sobresalir por encima del nivel del mar… Fue el buque que más daños sufrió durante el ataque, y de los pocos que no se pudieron reflotar. También fue donde hubo más muertos, muchos de ellos aún en el interior del buque… Sólo la visión del memorial nos puso el vello de punta: el buque que habíamos visto destrozado en la película ‘Pearl Harbor’ estaba ahí mismo, a tan sólo unos metros bajo nuestros pies…
Tras desembarcar, continuamos visitando los alrededores del centro de visitantes con ayuda de las audioguías. Hicimos parada en el Remembrance Circle, una exhibición que rendía homenaje a los hombres, mujeres y niños, tanto militares como civiles, que fueron asesinados como resultado del ataque del 7 de diciembre de 1941 y donde, además, había un mapa tridimensional de Oahu ilustrando los diversos objetivos del ataque de ese día; y también frente a la USS Arizona Anchor, una de las anclas rescatadas del fatídico buque…
Después de recorrer el lugar, devolvimos las audioguías y nos dirigimos a los shuttles que conectaban el centro de visitantes con Fort Island para realizar la visita del Battleship Missouri Memorial y del Pearl Harbor Aviation Museum.
El trayecto hasta Fort Island nos llevó unos 10 minutos y nada más llegar tuvimos enfrente al imponente Battleship Missouri, el último acorazado encargado por los Estados Unidos y sitio de la rendición japonesa el 2 de septiembre de 1945, marcando el final de la Segunda Guerra Mundial… Entregamos nuestras entradas y nos unimos a uno de los tours gratuitos ofrecidos por los veteranos, tras el cual pudimos recorrer el barco por nuestra cuenta. ¡Espectacular!
Tomando otro shuttle llegamos hasta el Pearl Harbor Aviation Museum que ocupaba 2 hangares enteros y en el que pudimos ver muchos de los aviones utilizados ese 7 de Diciembre y durante la Segunda Guerra Mundial.
A media mañana abandonamos Pearl Harbor para dirigirnos al Polynesian Cultural Center, un parque temático y museo de temática polinesia ubicado en Laie, en la costa noreste de Oahu. Nos llevó casi una hora alcanzar el norte de la isla pero al ir pegados a la costa pudimos disfrutar el recorrido gracias a las vistas…
Una vez en el Polynesian Cultural Center nos acercamos al Centro de Visitantes para canjear nuestra reserva y mostrar nuestra Oahu PASS. Tras indicarnos cuál iba a ser nuestro restaurante, nuestros asientos para el mismo y para el espectáculo de la tarde y ofrecernos un mapa del complejo, comenzamos la visita al parque…
En el mapa pudimos ver que el Polynesian Cultural Center exhibía 6 pueblos auténticos: Hawái, Fiji, Aotearoa (Nueva Zelanda), Samoa, Tahití y Tonga, y cada uno de ellos mostraba parte de su cultura a través de diferentes presentaciones y actividades… Para conocer los bailes y la música de cada uno de ellos, decidimos asistir primero al espectáculo Canoe Pageant, un concurso único que tenía lugar en medio del río que atravesaba el parque… Cada isla presentó una bella representación de sus bailes y su música en grandes canoas con plataforma, mientras los turistas observábamos desde las distintas áreas de observación distribuidas a lo largo del río. ¡Precioso! Los bailes de Tahití nos sorprendieron gratamente: ¡que baile más rápido!
Después de este espectáculo y antes de comer, nos acercamos al pueblo de Tonga para asistir a su presentación… La presentación nos hizo aplaudir con ganas y nuestras risas llenaron el aire… Y es que, si quieres divertirte, no puedes olvidarte de asistir a la presentación de este pueblo: aprendimos a bailar sentados, disfrutamos de la música isleña pisando fuerte y vimos a los voluntarios de la audiencia transformarse en poderosos bateristas…
Y llegó la hora de la comida, así que nos dirigimos a nuestro restaurante para el luau… Ya antes de entrar, la experiencia prometía pues al ingresar al luau ¡fuimos recibidos con un lei de orquídeas fresco!
Luego, tras recibir asiento junto a una simpática familia americana, disfrutamos de la procesión de la Corte Real, la presentación del imu (horno subterráneo), la deliciosa comida tradicional tipo buffet y el animado entretenimiento hawaiano en un restaurante cubierto pero con un fondo de cascadas y exuberante vegetación… ¡Nos encantó!
Para bajar la comida, nos acercamos al Pacific Theater para ver el corto Hawaiian Journey, con efectos 4D, y recorrimos las tiendas de souvenirs…
Después, nos desplazamos al pueblo de Hawái para asistir a la última presentación del día. Allí, asistimos a una auténtica clase de hula…
Finalmente, y antes de tomar asiento en el Ali’i Luau para el espectáculo de la tarde: Ha: Breath of Life, tomamos el tour Laie & Temple Visitors Center. Con este tour en autobús realizamos un recorrido por la Universidad Brigham Young-Hawaii, la ciudad de Laie y el Templo de Laie de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días…
A las 7 nos dirigimos al Ali’i Luau para tomar asiento para el espectáculo… Debido al paquete que habíamos adquirido con la Oahu PASS, pudimos sentarnos casi en primera fila… A las 7:30 el espectáculo dio comienzo… No hay palabras… ¡Maravilloso! Ha: Breath of Life nos introdujo en una historia de pasión llena de acción repleta de fuego, canciones y bailes, con más de 100 artistas polinesios de todo el Pacífico durante más de una hora…
Tras el fin del espectáculo, ya de noche, el Polynesian Cultural Center cerró sus puertas y llegó la hora de volver al hotel…
Paseamos por el paseo marítimo próximo a nuestro hotel y dimos por finalizado un gran día cayendo en un sueño profundo y reparador...
Las horas de sueño de la noche anterior nos sentaron genial y nos despertamos con muchas ganas de seguir descubriendo Oahu...
Ya que el día anterior nos habíamos empapado de historia y de cultura, ese día habíamos decidido dedicarlo a la naturaleza; habíamos planeado, para por la mañana, desplazarnos al sureste de la isla para hacer esnórquel en Hanauma Bay y, para por la tarde, realizar un tour por las localizaciones de series y películas en Kualoa Ranch, en la Winward Coast.
Hanauma Bay es una bahía que se localiza en el cráter de un volcán extinto y que se formó gracias a la erosión producida por el mar, la cuál derrumbó una de las paredes del volcán dejando paso al agua marina y permitiendo la creación de un ecosistema perfecto con diversas formaciones coralinas y casi 500 especies distintas de animales marinos… ¡Un lugar perfecto para la práctica del esnórquel! Por eso Hanauma Bay se convirtió en uno de los lugares más visitados, no solo de la isla de Oahu, sino de todo Hawái; tanto es así que el gobierno decidió tomar cartas en el asunto y declararlo reserva natural, de forma que se reguló su ingreso y se comenzó a trabajar en su conservación…
Habíamos leído que, a pesar del control de aforo, el estacionamiento en Hanauma Bay era bastante complicado, sobre todo en temporada alta, y que era habitual tener que esperar horas y horas para poder aparcar, así que decidimos utilizar nuestra tarjeta Oahu PASS y reservar el desplazamiento hasta allí con la compañía Kaimana Tours.
Un chófer de la compañía nos recogería a las 6:55 de la mañana en la puerta de nuestro hotel, así que aquel día disfrutamos del amanecer en la terraza de la habitación y desayunamos algo más temprano de lo habitual…
A la hora establecida, el chófer de Kaimana Tours se presentó en la puerta de nuestro hotel. Tras presentar nuestra reserva y las Oahu PASS, emprendimos el viaje hacia Hanauma Bay junto a 3 parejas más…
El trayecto nos llevó algo menos de media hora… Quedamos con el chófer a las 12:20 de la mañana en el mismo parking para el regreso, así que sin más dilación nos dirigimos a las taquillas pues, como Hanauma Bay está declarada reserva natural, para acceder había que abonar una entrada que no estaba incluida con la Oahu PASS (7,5 $ por adulto). Ya con nuestra entrada visionamos un vídeo informativo obligatorio donde se nos mostró cómo se formó la reserva y qué podíamos hacer y qué no...
Tras el vídeo, estábamos en condiciones de disfrutar de Hanauma Bay y del mejor esnórquel de Hawái…
Para llegar a la bahía en sí misma, había que bajar un caminito un poco empinado, pero nada difícil... ¡Las vistas de la bahía desde arriba eran impresionantes! ¡Preciosísima! Se podían apreciar las distintas tonalidades de azules y turquesas del agua y los corales bajo ella; los lados del volcán verde esmeralda emergiendo del agua, filas de palmeras y el arena dorada coronando el paisaje… No nos extrañó que allí el mismísimo Elvis Presley hubiera rodado algunas escenas de la mítica ‘Blue Hawaii’... ¡Era sólo el comienzo y la visita ya valía la pena!
Una vez abajo, llegó la hora de la diversión: el esnórquel. Nos instalamos en la arena y no tardamos ni 5 minutos en colocarnos nuestro equipo de esnórquel y meternos en el agua… El esnórquel fue espectacular: vimos muchísimas especies diferentes de peces de colores, algún que otro pulpo y, también, muchos corales. ¡Imprescindible!
Pasamos la mañana practicando uno de nuestros deportes acuáticos favoritos y también aprovechamos un rato para tomar el sol…
Un poco antes de la hora convenida con el chófer de Kaimana Tours, emprendimos el ascenso hasta el parking, parándonos de vez en cuando a tomar fotografías…
El agua nos había dado bastante hambre así que, tras pegarnos una ducha una vez regresamos al hotel, buscamos un restaurante de nuestra cadena americana favorita para disfrutar de una buena comilona.
Y, tras la comida, del sur nos dirigimos al norte de la isla, de nuevo hacia la Winward Coast, para visitar Kualoa Ranch.
Pegado a las espectaculares montañas Ko’olau, el Kualoa Ranch es una reserva natural privada así como un rancho ganadero que se localiza en un hermoso valle y cuyos senderos atraviesan junglas, pastos y arroyos y cuyas colinas ofrecen hermosas vistas del océano y de los verdes acantilados que forman las paredes del valle… Pero, además, es un lugar imprescindible para los aficionados al cine, pues se pueden descubrir lugares de rodaje de numerosos clásicos de Hollywood… Así que como buenos frikis que somos, no podíamos no incluir esta visita en nuestros itinerarios por Oahu… De entre los tours que ofrecía Kualoa Ranch elegimos realizar el Movie Sites and Ranch Tour, con el que podríamos ver dónde se filmaron más de 50 películas y programas de televisión de Hollywood y que, además, estaba incluido con nuestra Oahu PASS.
Nos llevó unos 40 minutos llegar a Kualoa Ranch… Nada más llegar allí, nos dirigimos a las taquillas para canjear nuestra reserva y presentar nuestra tarjeta PASS para que nos pudieran devolver el dinero adelantado por el tour.
A las 3:30 nos montamos en un autobús 4x4 y dimos comienzo el tour… Durante hora y media pudimos ver escenarios de muchas películas y series, como ‘Kong: La isla calavera’, ‘Jurassic Park’, ‘Pearl Harbor’, ‘Lost’, ‘Godzilla’, ‘50 primeras citas’,… Y nos hicimos fotos divertidísimas con un T-REX…
Saciada nuestra hambre friki, nos dirigimos al Ala Moana Center, el mayor centro comercial de Honolulu con más de 290 tiendas...
Caída ya la noche, regresamos al hotel y salimos a cenar. Luego, paseamos por el paseo marítimo próximo a nuestro hotel y dimos por finalizado otro gran día...
Aquel día iba a ser nuestro último día completo en la isla de Oahu y habíamos planeado desplazarnos al noroeste, prácticamente la única zona de Oahu que aún no habíamos pisado, para visitar las playas más visitadas por los surfistas y el Waimea Valley. Para por la tarde habíamos planeado también disfrutar de la que se considera la mejor playa, no sólo de Oahu y Hawái, sino de todo Estados Unidos, Lanikai Beach.
Tras el desayuno en la cafetería del hotel, iniciamos el camino hacia el norte de la isla…
El camino hasta North Shore nos llevó prácticamente una hora debido al tráfico que encontramos para salir de Honolulu. Una vez allí nos dirigimos a Waimea Bay, donde a pesar de no encontrar las olas gigantes que predominan en invierno, pudimos ver un buen número de surfistas a la caza de olas en las 3 playas más importantes de la bahía: Waimea Bay Beach Park, Banzai Pipeline y Sunset Beach.
Después de la visita a las playas, nos dirigimos a Waimea Valley, un jardín botánico que acogía también sitios arqueológicos y hogar de las Waimea Falls.
Pagamos la entrada (18 $ por adulto) y seguimos el camino principal (1,2 Km aproximadamente) a través del jardín botánico y los sitios históricos hasta el área de la cascada…
El camino nos gustó mucho pero la cascada, alimentada por el agua de lluvia, era espectacular: 14 metros de caída y un estanque de 30 metros de profundidad… Además, reconocimos perfectamente el lugar: ¡era la cascada donde Kate encontraba el maletín en la primera temporada de ‘Lost’! Pero, sin duda, lo mejor del lugar era ¡que estaba permitido el baño! Así que nos colocamos el chaleco salvavidas obligatorio y pasamos lo que quedaba de mañana bañándonos en ese agua tan limpia y refrescante…
Cuando nos hubimos secado, emprendimos el camino de vuelta hacia el parking de la entrada del valle donde habíamos dejado nuestro vehículo y fuimos en busca de un restaurante para comer.
Después de la comida, dejamos atrás el North Shore para regresar a la Winward Coast y visitar Lanikai Beach. En poco más de una hora nos plantamos allí…
Verdaderamente, Lanikai Beach tenía bien ganado el trofeo de mejor playa de Estados Unidos: el agua era cristalina y nos permitía avistar todo tipo de peces, el paisaje era increíble con dos islotes, los Nā Mokulua, al fondo, la arena era fina, blanca y coralina y, lo mejor, ¡estábamos casi solos! Pasamos la tarde a remojo disfrutando de esa playa paradisiaca y nos quedamos maravillados también con el atardecer desde su arena…
Cansados del intenso día, regresamos al hotel a dormir… Había sido un día completo perfecto como colofón y despedida de Oahu... ¡Prometemos volver, Oahu! Mahalo and Aloha! A Hui Hou until we meet again!