El verano de 2020 se tornó bastante incierto debido a las restricciones de viaje en todo el mundo consecuencias de la pandemia de COVID-19 y con la incidencia subiendo hacia el final del verano… Así que, aunque teníamos muchas ganas de viajar después del confinamiento al que nos vimos sometidos antes de comenzar la primavera, para las vacaciones que disponíamos para ese verano, decidimos quedarnos cerca de casa y e intentar buscar un lugar lo más alejado posible de las masificaciones. Nos decantamos, finalmente, por un destino próximo y que conocíamos muy bien, pues solíamos visitarlo todos los años en invierno para practicar uno de nuestros deportes favoritos: el esquí; y ese destino fue: Andorra, El País de los Pirineos.
Después de realizar una búsqueda exhaustiva en internet para encontrar nuestro viaje ideal, nos decantamos por contratar el hotel a través de Logitravel.
Puedes visitar la web de Logitravel aquí.
Esto fue lo que contratamos:
Andorra en 8 días. Del 23 al 30 de Agosto de 2020. Precio total (2 personas): 372,56 €.
Contratamos el seguro de viaje Go easy de InterMundial que nos ofrecía asistencia y coberturas COVID-19.
Puedes visitar la web de InterMundial
aquí.
Día 0: Madrid-Andorra.
Días 1-5: Andorra.
Día 6: Carcassonne.
Día 7: Andorra.
Día 8: Andorra-Madrid.
Para nuestro viaje al País de los Pirineos, tuvimos que realizar los siguientes preparativos:
Adquirimos un abono de 3 días en la propia web de Caldea para el spa Adults Only del balneario: Inúu, que permitía tanto el acceso al mismo como al Termolúdico de Caldea, durante 4 horas cada día.
A primera hora de la mañana y, una vez cargadas las maletas en el coche, pusimos rumbo a Andorra, así evitamos las horas de más calor y llegamos a nuestro destino poco antes de la hora de comer.
Lo primero que hicimos al llegar fue dejar el coche en el sitio habilitado para carga y descarga frente al hotel que habíamos reservado en Escaldes-Engordany, situado a tan sólo 8 minutos andando del espacio termolúdico de Caldea y a unos 5 de la principal área de compras de Andorra, y hacer el check in. También aprovechamos para reservar en recepción una hora en la piscina climatizada del hotel (cuestión de las restricciones de aforos que permanecían vigentes por el COVID) …
Como solíamos viajar a Andorra a esquiar, sabíamos que aparcar gratuitamente por las calles del centro de Andorra o de Escaldes-Engordany era imposible; así que, no quedaba otra que dejar el coche en un parking... Por tanto, tras subir las maletas a la habitación, nos subimos de nuevo al coche para dirigirnos al parking público de Escaldes Centre y poder dejar el coche aparcado allí… Total, el aparcamiento estaba al lado de nuestro hotel y salía bastante más económico que el parking del hotel (sacamos un forfait de parking para 7 días por 50 euros). Debes saber que, en invierno, los aparcamientos públicos suelen estar hasta la bandera, por lo que no queda otra opción que utilizar los aparcamientos de los hoteles, que son bastante caros; pero, en verano, temporada baja en Andorra, la cosa cambia…
Con el coche ya aparcado, fuimos a comprar algo para comer. Elegimos la comida en una hamburguesería de una conocida cadena y nos la llevamos a la habitación del hotel. Allí permanecimos hasta que llegó la hora de la reserva para la piscina climatizada…
Subimos a la azotea del hotel, donde se encontraba la piscina, y nos dimos un merecido baño, aunque hemos de decir que nos resultó algo raro encontrarnos con otras personas sin mascarilla en un mismo recinto después de meses de encierro… Después, aprovechamos la situación de la azotea del hotel para sacar unas bonitas fotos tanto de Escaldes-Engordany como de Andorra La Vella, así como para tomar unos rayos de sol en el solárium.
El agua y sol nos sentaron de maravilla y sirvieron para que recargáramos las pilas después de las horas que habíamos pasado al volante. Así que, sin más, nos dispusimos a hacer un poco de turismo por Escaldes-Engordany y Andorra La Vella…
Tomando como referencia el río Valira, nos dirigimos un poco río arriba para visitar la
Font del Roc del Metge… A pesar de que habíamos estado en otras ocasiones en el País de los Pirineos, nunca hasta ese año habíamos visitado la fuente de agua termal que servía al gran Termolúdico de Caldea, situado unos metros más debajo de esa fuente… Nos dejó bastante impresionados, porque de la Font del Roc del Metge brotaba un agua superclara pero también muy caliente, nada más y nada menos que a 70 ºC…
Después, continuamos la ruta turística río abajo, teniendo la oportunidad de fotografiar por el camino uno de los muchos puentes románicos que se encuentran en el país: el
Pont d’Engordany, algo asimétrico debido al desnivel existente entre sus dos extremos…
Nuestra segunda parada fue la iglesia de
Sant Pere Martir (cuyas campanas nos despertarían los siguientes días) y, a cuyos pies, se localizaba la bonita escultura de la
Puntaire… A pocos metros, también pudimos contemplar algunos de los preciosos edificios típicos de la arquitectura andorrana, como el que acogía el
Museo Carmen Thyssen (como ya nos conocerás un poco, sabrás que no somos muy amantes del arte moderno por lo que nosotros no accedimos a sus instalaciones, aunque el museo está considerado como uno de los
must see del país… Cuestión de gustos, ¿no?) Un poco más abajo, nos topamos con la silueta inconfundible de uno de los grandes referentes del ocio termal de Europa:
Caldea y, aunque ya teníamos ganas de disfrutar de sus aguas, en ese primer contacto con el balneario, sólo nos detuvimos a tomar unas cuantas fotografías…
Siempre caminando río abajo, llegamos a la rotonda del túnel del puente Plan de Escaldes-Engordany, donde se encontraba la fuente Calidea i la Dama del Gel, que siempre encontrábamos helada en nuestras visitas invernales al país; y, un poco más abajo, al Pont de París, que da la bienvenida a la capital a todo el que la visita y que es el punto de partida de la Avenida Meritxel, eje comercial de la ciudad y sector central de The Shopping Mile.
Tras las fotos de rigor, nos adentramos en
The Shopping Mile, la parcialmente peatonal milla comercial de Andorra, que la ha convertido en uno de los paraísos de las compras de Europa… Las tiendas moda y complementos, de ropa y material deportivo, las perfumerías y las tiendas con las últimas novedades en electrónica nos rodearon a partir de entonces… aunque también encontramos espacio para la cultura en la escultura de la
Nobleza del Tiempo de Salvador Dalí, repleta, como en tiempos pre-pandemia, de turistas deseosos de tomarse una foto…
Pasamos el resto de tarde ojeando regalos y comparando precios en las tiendas para así hacer un buen shopping los próximos días…
Para cenar, nos dirigimos al Centro Comercial Illa Carlemany, que tenía una buena oferta gastronómica…
Y, sin más, después de la cena, regresamos dando un paseo al hotel para dormir y recargar las pilas para el completo día que habíamos preparado para el día siguiente.
El Principado de Andorra está configurado por siete divisiones administrativas, conocidas como parroquias: Andorra la Vella (capital del país), Canillo, Encamp, Escaldes- Engordany, La Massana, Ordino y Sant Julià de Lòria; y en cada una de ellas se encuentran atractivos imprescindibles… Así que, teniendo en cuenta los días que íbamos a pasar en Andorra, prácticamente podríamos haber dedicado un día entero a cada una de ellas, pero decidimos visitar algunas de ellas conjuntamente para así poder disfrutar de nuestras tres visitas a Caldea con tranquilidad y realizar alguna excursión fuera del principado…
Para ese primer día completo en El País de los Pirineos, confeccionamos un itinerario que pasaba por dedicar la mañana a conocer a fondo atractivos de la parroquia de La Massana y algunos de los de la parroquia de Canillo, y la tarde, a hacer la primera visita a Caldea.
Comenzamos el día con el desayuno tipo buffet que se servía en la cafetería del hotel.
Con el estómago lleno, nos dirigimos caminando al parking de Escaldes Centre en busca de nuestro coche. Desde allí, ya motorizados, pusimos rumbo a la parroquia de La Massana…
La Massana ocupa el flanco occidental del Principado de Andorra, siendo una de sus parroquias de alta montaña, pues alberga el pico más alto de todo el país: el Alto de Comapedrosa, con casi 3000 metros de altitud… Así que, nuestra primera parada dentro de la parroquia se encontraba, como no, en plena montaña, y era, nada más y nada menos, que el Mirador Coll de la Botella… El
Mirador Coll de la Botella se encuentra a pie de carretera, a 2069 metros de altitud, en el punto kilométrico 13,3 de la CG-4 (que parte del municipio homónimo de La Massana), una carretera que conocemos casi a la perfección, pues va en dirección a la estación de esquí
Vallnord-Pal Arinsal… Esa vez el paisaje que encontramos por la carretera fue algo diferente al que estábamos acostumbrados pues el verde de la vegetación y no el blanco, lo inundaba todo… Dejamos a un lado, de momento, los preciosos pueblos de Erts y Pal, y fuimos derechos al mirador, donde encontramos un espacio ancho y asfaltado para poder aparcar… Al bajar del coche pudimos disfrutar, no sólo de quitarnos la mascarilla y que el aire puro inundara nuestros pulmones, sino también: de la vista panorámica que nos ofreció el mirador del valle de La Massana, de la increíble escultura Tormenta en una taza de té y, al otro lado de la carretera, de la vista sobre el Valle de Setúria, que estábamos acostumbrados a descender sobre los esquís… ¡Disfrutamos muchísimo!
Nuestra siguiente parada del día nos llevaba a descender en dirección al municipio de Pal pero antes decidimos continuar la CG-4 hasta su término, cerca de la frontera con España, para disfrutar de unas vistas diferentes del valle desde el Coll de Cabús…
Cuando nos hubimos hartado de hacer fotos, emprendimos el descenso hacia Pal, si bien el trayecto hacia allí fue un poco más lento de lo esperado pues alguna que otra simpática vaca decidió cambiar su lugar de pastoreo cruzando la carretera…
Aunque, si bien es cierto que el turismo ha llenado la mayor parte de los pueblos del principado de hoteles, tiendas y centros de ocio y los ha convertido en pequeñas ciudades, aún sobreviven algunas aldeas de montaña que apenas han sido tocadas por la varita de la modernidad; y ese es el caso de Pal, uno de los pueblos más bonitos de Andorra y uno de los mejores ejemplos de arte románico del país… Cuando llegamos, sus casas de piedra y sus techos de pizarra junto al verde de las montañas nos brindaron un paisaje de esos que quedan para el recuerdo... El tiempo parecía haberse detenido a nuestros pies…
Después de eso, nuestro itinerario nos llevó a cambiar de parroquia hacia la parroquia de Canillo.
Canillo se localiza al noreste del Principado de Andorra y es la parroquia más extensa del país; por eso, en nuestro viaje por Andorra, dedicamos dos días a conocer sus atractivos más importantes. Aquel día visitamos las atracciones más próximas a La Massana.
La siguiente parada de la mañana marcada en nuestro itinerario dentro de Canillo fue la Cascada de Les Moles… De unos 35 metros de altura, la Cascada de los Moles nos dejó bastante impresionados porque se encontraba a pie de carretera de la CG-2 y llevaba bastante agua pese a encontrarnos a finales del verano…
A apenas 500 metros de la cascada, nos topamos con una de las iglesias románicas más bonitas de toda Andorra: la Iglesia de Sant Joan de Caselles… Fechada entre los siglos XI-XII, Sant Joan de Caselles sigue el esquema arquitectónico característico de las iglesias románicas de Andorra: nave rectangular con cubierta de madera, ábside semicircular y campanario de estilo lombardo, pero su enclave es simplemente espectacular pues no hay nada a su alrededor: solamente montañas…
Tras tomar unas bonitas fotos de la iglesia, ascendimos a través de una sinuosa y fotogénica carretera hasta nuestra siguiente parada: el Mirador del Roc del Quer… Justo antes de llegar, a la izquierda, encontramos una amplia zona de aparcamiento y desde allí, un camino de unos 400 metros nos acercó al mirador... El mirador constaba de una pasarela de unos 20 metros de largo cuyos últimos 12 se encontraban suspendidos en el aire… ¡nos hizo creer que estábamos volando! Además, buena parte de su pavimento era de vidrio transparente, lo cual remarcaba la sensación de altura y de suspensión… Pero, lo mejor, fueron sus espectaculares vistas panorámicas y es que, bajo nuestros pies, se situaban los valles de Montaup y del Valira d’Orient, teñidos de verde… ¡Espectacular!
Aunque el sentido de la vista había quedado realmente saciado por los lugares que habían visto esa mañana, nuestro estómago empezaba a sentir que necesitaba alimento. Así que regresamos a Escaldes, aparcamos el coche y fuimos a comer…
Repuestas las fuerzas, subimos a la habitación para ponernos el bañador pues nos esperaba la primera visita de las vacaciones a Caldea…
En menos de 10 minutos andando llegamos a las puertas de Caldea… Lo primero que hicimos fue canjear el bono de 3 días que habíamos adquirido por internet (habíamos adquirido un bono de 3 días válido para días no consecutivos para el spa Adults Only del balneario: Inúu, que permitía tanto el acceso al mismo como al Termolúdico de Caldea, durante 4 horas cada día). Tras eso, recibimos un par de albornoces, toallas y chanclas, y accedimos a Inúu…
Nuestro primer contacto con las aguas termales de Inúu se produjo en la Gran Laguna Interior, donde disfrutamos de la calidez de las aguas termales (32-33 ºC). La espectacular Gran Laguna Interior constaba de tres lagunas en forma de cascadas y contaba con asientos de agua, cuellos de cisne y una multitud de chorros de diferentes presiones. Nos relajamos tanto que no solo nuestros cuerpos flotaron, también nuestras mentes…
Después accedimos al Berlingot, donde nos aislamos de todo en sus camas de burbujas mientras contemplamos las vistas de las montañas y el valle de Andorra a través de sus grandes ventanas…
Tras eso, pasamos a la Laguna Exterior que gozaba de unas magníficas vistas a las montañas del pirineo andorrano, una cascada central de agua y varias camas de agua.
Luego, disfrutamos del Jacuzzi Exterior, que poseía las mejores vistas de todo el centro (ya que era el baño exterior más elevado de Caldea) y una temperatura de 35 ºC…
Cuando casi había transcurrido una hora desde nuestra entrada a Inúu accedimos al Espacio de reactivación: un conjunto completo de servicios que despertaban los sentidos… Allí, se encontraban: un hammam, varias camas de agua, duchas cromáticas a diferentes presiones y temperaturas, unos cuantos bancos de mármol caliente, así como una sauna de pared salina…
Después de habernos relajado en todas y cada una de las estancias de Inúu, nos colocamos el albornoz y las chanclas para visitar el espacio Orígenes de Caldea y el Termolúdico…
El espacio Orígenes de Caldea es una zona que requiere un suplemento si sólo se adquiere la entrada a Caldea pero cuyo acceso está permitido sin cargo para los visitantes que, como nosotros, habíamos adquirido entradas para Inúu.
Lo primero que hicimos en el espacio Orígenes fue disfrutar del Baño Relajante: una piscina en medio de un entorno zen y que contaba con una cascada de agua cromática (a medida que cambiaba de color, cambiaba la temperatura del agua).
Luego, pasamos por el Hammam; una sauna húmeda equipada con bancos anchos para poder estirar las piernas y una fuente de hielo y agua fría para poder refrescarse…
Seguidamente, accedimos al Baño Azteca, donde realizamos varios recorridos ayudados por su corriente para relajar las plantas de nuestros pies y activar la circulación, con la ayuda de las piedras que encontramos sobre su suelo…
Después, y antes de salir a la zona exterior del espacio Orígenes, pasamos un buen rato exfoliando nuestra piel en el Baño de Pomelos…
En la zona exterior del espacio Orígenes encontramos otros dos Jacuzzis Exteriores… ¡Qué gozada!
Ya habíamos consumido 2 de las 4 horas de nuestra primera visita al balneario cuando accedimos al Termolúdico de Caldea… Lo primero que hicimos en ese espacio fue adentrarnos en la Gran Laguna Interior que, con el agua termal entre 32 °C y 34 °C, nos ofreció diferentes experiencias: tazas de hidromasaje que masajeaban diferentes partes de nuestro cuerpo, cuellos de cisne y cascadas que masajeaban la parte superior de la espalda, jacuzzis de efecto relajante muscular, máscaras de agua vaporizada para la hidratación facial y piano de agua para relajar los pies…
A través del río con corriente que nacía de la Gran Laguna Interior, pasamos a la Laguna Exterior. Allí, disfrutamos del magnífico paisaje andorrano tumbados en las camas de burbujas, de pie en el gran jacuzzi central o bajo la cascada de agua…
Tras eso, regresamos al interior del Termolúdico para activar la circulación de nuestras piernas en el genial Baño Islandés, que combinaba hielo, agua fría y agua muy caliente, y acceder a la recién inaugurada Laguna Termal Panorámica que se situaba en la terraza exterior del Termolúdico y que contaba con dos niveles: el superior, con jacuzzis, y el inferior, con chorros de hidromasaje, una cascada y una sección transparente y translúcida que sobresalía de la terraza con la que sentimos que sobrevolábamos el río Valira… ¡Una maravilla!
Cuando nos quedaba algo menos de una hora para el fin de nuestra entrada, regresamos a Inúu para tener cerca los vestuarios cuando llegara la hora de marcharse. Durante ese tiempo prácticamente pudimos disfrutar del espacio en soledad…
Cuando salimos de Caldea estábamos increíblemente relajados y el sueño empezó a acecharnos, así que cenamos algo rápido y nos fuimos derechos a la habitación del hotel a dormir…
Para ese segundo día completo en El País de los Pirineos, confeccionamos un itinerario que pasaba por dedicar la mañana a conocer a fondo atractivos de la parroquia de Ordino (con una ruta de senderismo de por medio), y la tarde, a hacer shopping por la milla de las compras de Andorra.
Comenzamos el día con el desayuno tipo buffet que se servía en la cafetería del hotel.
Con el estómago lleno, nos dirigimos caminando al parking de Escaldes Centre en busca de nuestro coche. Desde allí, ya motorizados, pusimos rumbo a la parroquia de Ordino…
La parroquia de Ordino se encuentra a unos 1300 metros de altitud, al noroeste del Principado de Andorra… Nuestra primera parada dentro de la parroquia se encontraba, como no, en plena montaña, y eran, nada más y nada menos, que los Estanys de Tristaina, a los que se llegaba realizando una ruta de senderismo desde el aparcamiento de la zona de servicios de La Coma de la estación de esquí Ordino Arcalís (nuestra estación favorita para la práctica del deporte rey en Andorra, pues suele ofrecer la mejor calidad y mayor cantidad de nieve del Pirineo andorrano), que se encuentra al final de la carretera CG-3 (que parte del municipio de La Massana); así que nos dirigimos hacia allí…
El paisaje que encontramos por la carretera nuevamente estaba repleto de verde y no del blanco con el que estábamos familiarizados… Dejamos a un lado, de momento, los preciosos pueblos de Llorts y El Serrat, y fuimos derechos a la estación de esquí, donde encontramos un espacio ancho y asfaltado para poder aparcar… Al bajar del coche, nos dirigimos al punto de venta de forfaits de l’Hortell, el primer acceso a pistas de la estación (1950 metros de altitud), y adquirimos los forfaits de ida y vuelta para el Telecabina de Tristaina (14 € por adulto) para subir a la zona de servicios de La Coma pues, en verano, el acceso a La Coma por carretera se reserva únicamente a ciclistas y senderistas que quieren coronar el Port d’Arcalís, siendo la subida en telecabina la única forma de acceso directo a La Coma… A pesar de que el trayecto hasta La Coma sólo duró 5 minutos pudimos disfrutar de unas vistas panorámicas increíbles de las pistas de la estación…
Una vez en La Coma, empezamos la ruta de senderismo hasta los lagos de alta montaña de Tristaina… La subida a los Estanys de Tristaina era una ruta con un grado de dificultad moderado, apta para senderistas de todos los niveles; eso sí, completamos el tramo de ascenso hasta el primer lago en unos 40 minutos y no sin algo de esfuerzo, no por el camino en sí, sino por el sol que pegaba de lleno sobre nuestras espaldas y que hacía que tuviéramos bastante calor, a pesar de encontrarnos a más de 2000 metros de altitud… Pese a eso, el trayecto mereció la pena pues ¡el paisaje era espectacular! Realizando un trayecto circular, rodeamos el lago Primer, el más pequeño de los tres y que estaba situado a unos 2250 metros de altitud, con unas aguas supercristalinas y donde nos atrevimos a meter los pies; luego, alcanzamos el lago del Mig, a 2300 metros de altitud, un poco más grande y rodeado de collados; y, finalmente, a 2330 metros de altura, nos encontramos con el lago de Més Amunt, el de mayor superficie, de aguas más oscuras y situado a las faldas del pico de Tristaina, de 2878 metros…
A última hora de la mañana emprendimos encantados el descenso hacia La Coma y, cuando llegamos, tomamos el telecabina de bajada hacia el aparcamiento…
Nos quedaban unos cuántos puntos más que visitar en la parroquia de Ordino… El siguiente, no era otro que el precioso pueblo de El Serrat donde, además de poder contemplar sus preciosas casas de piedra, pudimos ver y escuchar con fuerza cómo bajada el agua del río Rialb, afluente del Valira del Norte…
Luego, la carretera nos llevó a Les Salines, una urbanización de montaña situada al sur de El Serrat, donde pudimos ver su famosa piscifactoría, encargada de la cría, reproducción y repoblación de truchas, con las que tanto disfrutan los pescadores que visitan el país.
A pocos metros de Les Salines, tuvimos la oportunidad de fotografiar otro de los muchos puentes románicos que se encuentran en el país: el Pont d’Ordino, el puente románico de la parroquia de Ordino…
Luego, nuestro itinerario nos llevó a visitar brevemente el pueblo de Llorts, punto de inicio de la Ruta del Ferro de Andorra, cuyas casas y calles empedradas nos dejaron fascinados pese a su pequeño tamaño.
Se nos había ido la mañana entera visitando atractivos de la parroquia de Ordino, por lo que realizamos la parada para comer algo más tarde de los habitual. Luego, dejamos el coche en el parking y subimos a la habitación a refrescarnos antes de salir a hacer compras…
El agua de la ducha reveló quemaduras del sol en nuestros cuellos y gemelos… ¡Cómo pegaba el sol en la montaña!
Cuando decidimos que ya estábamos lo suficientemente embadurnados de after sun, bajamos a la calle y nos dirigimos andando a The Shopping Mile. Allí pasamos lo que quedaba de tarde realizando compras…
Tras las compras, regresamos al hotel y nos fuimos pronto a dormir pues al día siguiente teníamos previsto levantarnos más pronto para realizar una excursión y visitar Carcassone, en la Occitania francesa…
Para ese día teníamos prevista una excursión de un día de duración para visitar la ciudad francesa de Carcassonne, conocida por su ciudadela amurallada y su conjunto arquitectónico medieval y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1997.
Se tardan poco más de 3 horas en llegar a Carcassone desde Andorra (sin contar con el tráfico) así que, para aprovechar el día, decidimos madrugar bastante para intentar salir de Andorra como muy tarde a eso de las 9 de la mañana.
Después de haber desayunado en la cafetería del hotel, nos pusimos en marcha.
Una vez abandonamos Andorra y nos adentramos en Francia y, más concretamente, en la región de Occitania, el paisaje cambió radicalmente: pasamos de ver montañas y verdes árboles a ver pequeños pueblos, viñedos e incluso campos de girasoles…
Después de poco más de 3 horas de viaje, llegamos a nuestro destino, poco antes de las 12 del mediodía.
Buscamos un parking para dejar nuestro coche y nos dispusimos a hacer turismo.
Para aquel día en Carcassonne, habíamos diseñado un itinerario que recorría la
Cité, la pequeña ciudadela medieval situada inmediatamente al sureste de la ciudad de Carcassonne, en la ribera opuesta del río Aude.
Antes de acceder a la Cité, nos acercamos a la oficina de turismo para conseguir un mapa de la ciudadela. Mapa en mano, nos dispusimos a acceder a la ciudadela a través de la
Puerta de Narbona, con puente levadizo y todo… ¡Son sentíamos como en un cuento de hadas!
Lo primero que hicimos al acceder a la ciudadela fue rodearla realizando un paseo por la liza, el espacio que discurría entre la doble muralla de 3 Km que rodeaba la ciudad. El paseo nos permitió ver todas las torres y las 4 puertas principales de acceso, situadas cada una de ellas en uno de los puntos cardinales…
Luego, decidimos perdernos por las callejuelas adoquinadas de la ciudadela para trasladarnos a la época medieval: las casas de piedra con entramados de madera y los antiguos barrios de gremios y artesanos nos rodearon… Uno de los rincones que más nos gustó fue la plaza de Auguste Pierre, en el que se unían tres calles...
Después, contemplamos el exterior del Castillo Condal, el edificio más importante de la ciudadela y último baluarte defensivo de la ciudad.
Tras eso, nos dirigimos a la Basílica de Saint-Nazaire, uno de los lugares más bonitos de Carcassone, no sólo por su exterior, mezcla de estilos románico y gótico, sino también por su interior, que impresionaba con sus magníficas vidrieras de los siglos XIII y XIV, consideradas unas de las más bonitas del sur de Francia.
¡Carcassonne era una maravilla!
Si el interior de la ciudadela nos había dejado maravillados, más lo hizo la impresionante panorámica de la ciudad amurallada completa que obtuvimos cuando decidimos alejarnos de ella y observarla desde el Pont Neuf, un puente situado a unos 10 minutos andando de la Cité...
Habíamos pasado toda la mañana visitando la ciudad medieval, así que como nos esperaban 3 horas de viaje de regreso a Andorra, tocaba subirse al coche y ponerse a conducir, no sin antes hacer una parada para comer y despedirnos de Carcassonne, aquella ciudad rica en historia que nos enamoró... hasta la próxima...
Para ese nuevo día completo en El País de los Pirineos, confeccionamos un itinerario que pasaba por dedicar la mañana a hacer la segunda visita a Caldea y, la tarde, a conocer a fondo atractivos de las parroquias de Escaldes-Engordany y Andorra La Vella, así como terminar de visitar los atractivos de la parroquia de Canillo.
Comenzamos el día con el desayuno tipo buffet que se servía en la cafetería del hotel.
Con el estómago lleno, nos dirigimos caminando a Caldea…
En menos de 10 minutos andando llegamos nuevamente a las puertas de Caldea… Canjeamos nuestra segunda visita del bono de 3 días que habíamos adquirido por internet, recibimos otra vez el par de albornoces, las toallas y las chanclas, y accedimos…
Aquel día empezamos nuestra andadura en el balneario directamente en el Termolúdico de Caldea pues, en la primera visita, nos habíamos dejado algunos espacios sin visitar como, por ejemplo, los Baños Indorromanos…
El espacio de los Baños Indorromanos está inspirado en las grutas de la Isla de Elefanta, que se encuentran cerca de Mumbai, India; y están formados por dos piscinas: una de agua caliente con agua termal a 36 ºC y otra de agua fría con agua termal a 14ºC, así como por una zona de descanso… de forma similar a las antiguas termas de la Antigua Roma… En nuestro caso, aunque está demostrado que combinar el cambio de temperatura de agua fría a caliente y viceversa ayuda a mejorar la circulación y a tonificar los músculos, hemos de decir que pasamos prácticamente todo el tiempo sumergidos en las aguas termales de la piscina de agua caliente… ¡Era una auténtica gozada colocarse debajo de la figura del elefante cuya trompa manaba agua caliente hacia la piscina!
Después, pasamos al espacio de Aquamasaje, donde liberamos tensiones gracias al agua a presión…
Tras eso, pasamos unos minutos en la Sauna, que desprendía calor seco a una temperatura de 85 ºC, y en el Hammam que, por el contrario, desprendía calor húmedo a una temperatura de 55 ºC; intercalando entre ellos una ducha de agua fría pulverizada…
Luego, antes de disfrutar de las aguas termales de la Gran Laguna Interior, de la Laguna Exterior y de la Laguna termal panorámica, pasamos por el Baño Sirocco, un paseo entre cactus con aire caliente relajante…
Había pasado algo más de hora y media cuando decidimos subir al espacio Orígenes a disfrutar de sus atractivos… Desde su Terraza interior, pudimos asistir, además, a uno de los espectáculos que tenían lugar cada hora de forma automática en la Gran Laguna Interior del Termolúdico y que combinaban juegos de agua, música y luces…
La última hora y media la pasamos en Innú, donde terminamos de relajarnos por completo…
Nuestra segunda visita a Caldea tocó a su fin prácticamente a la hora de comer, por lo que nos acercamos al centro comercial Illa Carlemany a saciar nuestro apetito.
Después, nos acercamos al parking de Escaldes Centre en busca de nuestro coche para continuar la jornada haciendo turismo.
Nuestra primera parada se encontraba en el límite entre las parroquias de Escaldes-Engordany y Encamp: el Lago Engolasters. El Lago Engolasters, situado a más de 1600 metros, es el único lago de Andorra al que se puede acceder casi en exclusiva con vehículo, pues después de dejar el coche en el parking del lago, sólo hay que andar un pequeño camino para verlo… Si bien el paisaje que encontramos era espectacular, vimos el nivel del lago algo más bajo de lo esperado…
Seguidamente, nos desplazamos hacia la iglesia de Sant Miquel d’Engolasters, sin duda uno de los más bellos ejemplos del románico en Andorra pese a encontrarse a pie de la carretera CS-200… Nos sorprendió el particular contraste de alturas entre la nave y el campanario, de 17 metros, y la panorámica de Andorra La Vella que se obtenía desde allí…
La siguiente parada de nuestro itinerario para esa tarde se encontraba ya en la parroquia de Canillo, así que nos desplazamos hasta allí. En ese caso, se trataba de un atractivo que considerábamos un imprescindible de esa parroquia: el
Santuario de Meritxell, el templo religioso más importante de Andorra pues, además, de acoger la imagen de la patrona del país, posee el título de Basílica Menor y forma parte de la denominada Ruta Mariana, que recorre 4 importantes santuarios en España y Francia: el del Pilar, el de Montserrat, el de Torreciudad y el de Lourdes… Pese a que ya habíamos visto el santuario rodeado del blanco de la nieve en invierno, la modernidad de sus líneas y su ubicación privilegiada nos volvió a dejar impresionados…
Tras eso, nos desplazamos a la parroquia de Andorra La Vella, pues queríamos fotografiar el puente medieval más grande y más esbelto de los que se conservan en Andorra: el Pont de la Margineda, situado en la rotonda de la Margineda… ¡Fantástico!
A poca distancia encontramos el último punto de nuestro itinerario para aquel día y otro de los atractivos únicos del Principado: la iglesia de Santa Coloma, una de las iglesias más antiguas de Andorra que destaca por su campanario de planta circular… ¡Preciosa!
Cuando empezaba a caer la noche, dejamos aparcado el coche en el parking y dimos por finalizado el día pues la falta de luz impedía ya seguir haciendo turismo de naturaleza; eso sí, no faltó un paseo por los escaparates del centro antes de ir a dormir al hotel.
Hasta aquel día, habíamos recorrido 5 de las 7 parroquias del Principado… El 5º día de vacaciones iba a servirnos para visitar las 2 parroquias que nos faltaban: Encamp y Sant Julià de Lória.
Comenzamos el día con el desayuno tipo buffet que se servía en la cafetería del hotel.
Con el estómago lleno, nos dirigimos caminando al parking de Escaldes Centre en busca de nuestro coche. Desde allí, ya motorizados, pusimos rumbo a la parroquia de Encamp…
La parroquia de Encamp se encuentra localizada en el corazón del Principado de Andorra (a tan solo diez kilómetros de la capital del país) y cuenta con dos poblaciones principales: Encamp, la capital de la parroquia, y Pas de la Casa. Ese día teníamos previsto visitar Encamp y uno de sus mayores atractivos: el Funicamp.
El Funicamp es el telecabina más grande de Europa y permite, en menos de veinte minutos y después de recorrer más de seis kilómetros siguiendo el Valle dels Cortals, llegar hasta más de 2500 metros de altitud… El trayecto del Funicamp se inicia en el pueblo de Encamp y finaliza en Grau Roig, uno de los sectores de la estación de esquí de Grandvalira. Así que, una vez llegamos a Encamp, seguimos las indicaciones hacia el parking del Funicamp (que era gratuito ese año con la pase de ida y vuelta del Funicamp) y aparcamos el coche. Después, nos dirigimos hasta las taquillas, adquirimos el pase de ida y vuelta para el telecabina (11 € por adulto) y montamos…
Durante la media hora aproximadamente que duró el trayecto de ida obtuvimos unas vistas espectaculares: pudimos apreciar diversos valles, picos de montañas y pinares… ¡Sacamos muy buenas fotos! Al llegar arriba nos topamos con algo de niebla y una caída importante del termómetro pero la panorámica que obtuvimos de Grau Roig fue impresionante… Permanecimos un buen rato recorriendo el lugar y sacando fotos antes de emprender el trayecto de vuelta…
Cuando llegamos a la estación de Encamp, montamos de nuevo en el coche y nos acercamos a la segunda parada de nuestro itinerario para ese día dentro de la parroquia de Encamp: el Mirador de Encamp, desde el que obtuvimos unas fotos de postal de la capital de la parroquia…
Acercándose la hora de la comida, regresamos a Escaldes e hicimos una parada para comer.
Repuestas las fuerzas, nos dirigimos en coche a la parroquia de Sant Julià de Loria…
Sant Julià de Lòria se encuentra localizada en el vértice septentrional del imperfecto triángulo andorrano y es la parroquia de menor altitud del Principado.
Como en una de nuestras visitas invernales a Andorra ya habíamos visitado la principal atracción de esta parroquia: el parque de aventuras Naturlandia, y su atracción principal: el Tobotronc, la tarde que dedicamos a la parroquia más cercana a la frontera con España la utilizamos para hacer shopping, pues Sant Julià de Lória contaba con grandes centros comerciales… En ellos se podía comprar de todo, desde lo último en electrónica hasta comida, ropa, calzado, pequeños electrodomésticos, artículos para el hogar y mucho más… Además, encontramos la farmacia más grande del país con todo tipo de productos y marcas reconocidas internacionalmente en parafarmacia con grandes descuentos...
Cuando empezaba a caer la noche, regresamos a Escaldes, dejamos aparcado el coche en el parking y dimos por finalizado el día; eso sí, no faltó un paseo por el centro y una buena cena antes de ir a dormir al hotel.
Para ese último día completo en El País de los Pirineos, confeccionamos un itinerario que pasaba por dedicar la mañana a terminar de conocer los atractivos de la parroquia de Encamp, y la tarde, a hacer la última visita a Caldea.
Comenzamos el día, como era habitual, con el desayuno tipo buffet que se servía en la cafetería del hotel.
Con el estómago lleno, nos dirigimos caminando al parking de Escaldes Centre en busca de nuestro coche. Desde allí, ya motorizados, pusimos, como el día anterior, rumbo a la parroquia de Encamp…
Ese día teníamos previsto visitar Pas de la Casa y ascender en coche a uno de sus mayores atractivos: el Port d’Envalira.
A medio camino del ascenso al Port d’Envalira por la CG-2, nos encontramos con uno de los pueblos más bonitos de la parroquia de Canillo y el segundo más alto del principado, Soldeu.
Vinculado a la nieve, el paisaje que nos ofreció Soldeu era inigualable pero lo que más nos llamó la atención fueron sus construcciones: encontramos increíbles hoteles a pie de pistas y preciosas casas de madera y piedra… ¡Panorámica espectacular!
Después de casi una hora al volante, llegamos a la base del
Port d’Envalira… Esta vez no encontramos el puerto sepultado bajo la nieve pero fue igualmente precioso ascenderlo… Hicimos una parada prácticamente a mitad de su ascenso en el mirador del Circ de Pessons con vistas a los lagos y al circo glaciar granítico de Pessons y luego otra, prácticamente en la cima y a pocos kilómetros del centro urbano de Pas de la Casa, en el mirador Port d’Envalira con vistas sobre el Valle de Orient… ¡Maravilla!
Bajando el puerto por la vertiente opuesta llegamos a Pas de la Casa, el último pueblo de Andorra antes de la frontera con Francia…
La temperatura en Pas de la Casa era bastante más fresca que en el resto de Andorra (llegamos a estar a tan sólo 4 ºC) pero, aun así, pasear por sus calles nos pareció una auténtica delicia pues nos encontramos rodeados de montañas en todo momento… Además, pudimos imitar a los franceses que venían a Pas de la Casa a hacer un buen shopping y recorrimos muchas de sus tiendas en busca de regalos… Nos acercamos también a pie de las pistas del sector de Pas de la Casa de la estación de
Grandvalira e imaginamos cómo sería esquiar sobre ellas incluso de noche, pues las pistas más próximas al pueblo poseían hasta iluminación… ¡Qué ganas teníamos de calzarnos los esquís!
Comimos por la zona y tras eso, regresamos al hotel.
Luego a eso de las 6, caminamos hacia
Caldea para hacer uso de la última entrada que disponíamos para el disfrute de sus instalaciones y, así, nos despedimos a lo grande del País de los Pirineos…
Poco más nos dio tiempo a hacer antes de salir hacia Madrid y dar por terminadas las vacaciones de 2020; tan sólo pudimos desayunar en el hotel, recoger nuestras cosas y hacer el check out…
Aquellas habían sido unas vacaciones geniales que nos habían permitido conectar con la naturaleza, ver muchas cosas y olvidarnos por unos días de los efectos de la pandemia de COVID-19… Pero, no obstante, tocaba despedirse de Andorra hasta un próximo encuentro... Adéu Andorra, fins aviat!