Con el itinerario previsto para ese día en la Gran Manzana teníamos intención de visitar algunas atracciones del Midtown y del Uptown, comenzando por la visita guiada al Madison Square Garden y terminando con una cena al más puro estilo Broadway en el famoso Ellen's Stardust Diner.
(Recorrido total caminando: 1,02 h – 4,8 Km).
Tras comprar algo para desayunar, nos subimos al metro en la estación de Whitehall St. hasta la 34 St.-Herald Square. Una vez allí, caminamos unos 5 minutos por la 33 St. en dirección a la 7th Av. donde se encontraba el Madison Square Garden.
Accedimos al estadio y entramos en la tienda para canjear nuestro PASS por la entrada al All Access Tour, con el que queríamos visitar las instalaciones del estadio.
Comenzamos el tour caminando a través de los pasillos del estadio, donde pudimos ver algunos de los carteles y objetos de los eventos más importantes que han tenido lugar en el recinto como, por ejemplo, el Combate del Siglo,entre Muhammed Alí y Joe Frazier...
Accedimos seguidamente a uno de los palcos VIP, que ofrecía comodidades para unas 20 personas a un precio que podía alcanzar el millón de dólares por temporada...
Luego, nos sentamos en una de las butacas del graderío para contemplar la cancha, que cambia rápidamente según el evento que vaya a albergar.
Visitamos una de las salas de cerveza, que proveen de barriles para surtir a todo el estadio de esta bebida, en sus diferentes presentaciones.
Finalmente, entramos en los vestuarios de los Knicks y de las New York Liberty. Nos llamó la atención la forma circular de estos espacios, gracias ala cual los jugadores pueden mirarse directamente a los ojos...
Tras terminar el tour, caminamos por la 7th Av. hasta su cruce con la 42St. para alcanzar la siguiente parada del itinerario: el museo Ripley's Believe It or Not!
Canjeamos nuestro PASS por la entrada al museo y entramos. Aunque se encuentra en otras partes del mundo, esa era la primera vez que visitábamos un museo Ripley y la verdad que nos encantó pues, además, de poder ver los objetos más raros y extravagantes que te puedas imaginar, era posible interactuar con algunos de los objetos o desafiar al Black Hole, lo que fue bastante divertido... Además, nos lo pasamos en grande con el reto lingual que se proponía al inicio del museo y cuya solución se recibía justo al salir... Te recomendamos que lo hagas, jajaja.
Tras realizar una parada técnica para comer, nos dirigimos a la
New York Public Library .¡Por fin pudimos visitar la sala de lectura Rose Main Reading Room!
Luego, tomamos la 5th Av. en dirección norte para visitar la Trump Tower. Esa vez encontramos mucha más seguridad que hace dos años, por razones obvias... Entramos al edificio para visitar los espacios públicos del rascacielos. Nada más entrar pudimos ver la ostentosidad de la decoración a base de mármol rosa, dorados y espejos... Subimos por las escaleras mecánicas hasta el espacio verde del piso superior y luego, cotilleamos las tiendas y restaurantes del interior del edificio. Nuestro lado friki hizo acto de presencia...
Nuestra siguiente parada era el Top of the Rock, por lo que bajamos por la 5th Av. hasta la 50 St. y buscamos la alfombra roja en las cercanías de la entrada el mirador. Al intentar canjear nuestra reserva por la entrada, nos dijeron que no quedaban entradas hasta bien entrada la noche... Como queríamos disfrutar de las vistas del atardecer en el mirador, decidimos canjear la reserva por una entrada para el día siguiente a las 18:30.
Caminamos hacia la Rockefeller Plaza para alcanzar el siguiente punto del itinerario: la tienda Nintendo NY Store. La tienda, con casi 1000 metros cuadrados de extensión y 2 plantas, era el paraíso para unos amantes de los videojuegos como nosotros... Pudimos encontrar los últimos videojuegos de la marca (incluso pudimos probar alguno de ellos), una exposición con las primeras videoconsolas y, por supuesto, estanterías llenas de merchandising de los famosos personajes de Nintendo. Nos fue imposible salir con las manos vacías de la tienda y no sucumbir a la tentación de comprar algún artículo…
Como ya empezaba a caer la noche, decidimos ir al Ellen's Stardust Diner pues habíamos leído que se formaba bastante cola para recibir mesa... Andamos hacia el oeste por la 50 St. hasta su cruce con la 7th Av. y giramos a la derecha hasta la 51 St. Nada más tomar la 51 St. vimos una enorme fila que salía del restaurante... al parecer los rumores eran ciertos. Nos pusimos a la cola a esperar pero, cuando llevábamos unos 15 minutos esperando, el maître salió a preguntar por mesas para dos y entramos en el restaurante sin tener que esperar toda la fila...
La comida no estuvo mal, pero sin duda lo mejor fue el espectáculo que nos ofrecieron los camareros-cantantes... Nos encantó el ambiente al más puro estilo de musical de Broadway y lo bien que cantaban los camareros... ¡No pudimos resistirnos a cantar mientras cenábamos como el resto de comensales!¡Todo un acierto!
Para terminar el día, tomamos el metro en la 49 St. hasta la parada de Whitehall St., que teníamos enfrente del hotel.