Como ya te contamos en el Diario de Viaje: Los Ángeles en 2 días (Parte I del Diario de Viaje: Hawái en 20 días), decidimos hacer una parada para disfrutar del 4 de Julio en Las Vegas y volver a visitar el mundo mágico de Disney en Anaheim antes de regresar a casa y así reducir los efectos del jet lag, como en el viaje de ida. Así que, en poco más de 5 horas de vuelo y, tras alguna que otra cabezada, llegamos a Los Ángeles aunque, con el cambio horario, llegamos poco antes de las 5 de la madrugada del 4 de Julio al continente americano…
Tras recoger nuestro equipaje en las cintas, nos dirigimos a la parada destinada a las compañías de alquiler de coches y aguardamos unos minutos al minibús gratuito que nos llevaría a la agencia de alquiler de coches en la que habíamos reservado un SUV para los días que nos restaban de viaje.
La agencia estaba a tan solo 5 minutos del aeropuerto...
Una vez que recibimos las llaves de nuestro coche, dejamos atrás la gran urbe de Los Ángeles y pusimos rumbo a nuestra querida Ciudad de las Luces atravesando el Desierto de Mojave, viendo a los lados dunas y Joshua Trees y, después, los primeros casinos...
Por tercera vez en nuestra vida, Las Vegas se nos apareció en el horizonte tras poco más de 4 horas de viaje, a eso de las 11 de la mañana, y los grandes hoteles, como el MGM, el Luxor o el Caesars Palace ocuparon de nuevo nuestras retinas.
Como aún no había llegado la hora del
check in en nuestro hotel, el
Westgate Las Vegas Resort & Casino (hotel que conocíamos de nuestro anterior viaje a la Ciudad del Pecado), decidimos aprovechar la mañana del 4 de Julio yendo de
shopping a uno de los
outlets de la ciudad. Elegimos para ello
Las Vegas South Premium Outlets…
Pasamos la mañana recorriendo las tiendas de ese centro comercial de la cadena Simon y compramos bastantes cosas a buen precio... Además, aprovechamos para hacer un brunch, como buenos americanos, tomando una rica hamburguesa acompañada de un milkshake… ¡El cambio horario y el asfixiante calor nos habían trastornado un poco!
Luego, nos dirigimos al hotel, aparcamos el coche en su parking gratuito y, ya sí, hicimos el check in… Como en nuestro anterior viaje a Las Vegas, al acceder al lobby del hotel, nos vimos rodeados nuevamente de máquinas tragaperras y mesas de dados y ruletas...
Subimos a la habitación a dejar las maletas, refrescarnos un poco, descansar del viaje y recobrar fuerzas…
Ese día iba a ser la segunda vez que íbamos a celebrar la festividad del 4 de Julio en el continente americano… Habíamos leído que el 4 de Julio solía reunir a miles de personas en el valle de Las Vegas debido a la variedad de eventos que tienen lugar durante el día festivo como, por ejemplo, el show de fuegos artificiales… Así que, a eso de las 8:30 de la tarde, nos acercamos a los alrededores del Stratosphere Casino, Hotel & Tower (recientemente renombrado The STRAT Hotel, Casino & Skypod) para coger un buen sitio para el espectáculo pirotécnico que tendría lugar a las 9:15 de la noche.
A la hora indicada, el cielo se inundó de luz y color, pues cientos de fuegos artificiales fueron lanzados desde los más alto de la torre Stratosphere... El espectáculo pirotécnico, aunque no tan maravilloso como el que habíamos visto en Nueva York, fue también espectacular.
Luego, para seguir disfrutando de la festividad, decidimos desplazarnos a The Strip.
Como ya contamos en el
Diario de Viaje: Las Vegas en 10 días, para disfrutar de los casinos y atracciones de La Franja sin tener que andar bastante o pagar para dejar el coche en el parking de algún hotel, una buena opción es alojarse en un hotel cercano a una de las paradas de
Las Vegas Monorail, que es lo que hicimos nosotros al elegir el Westgate Las Vegas Resort & Casino. Por eso, regresamos a nuestro hotel y canjeamos nuestra reserva para el monorraíl en la parada que se encontraba justo en la puerta de nuestro hotel.
Bajamos en la estación Harrah's & The Linq y atravesamos el paseo
The Linq Promenade, una de las zonas más animadas durante el 4 de Julio, repleta de banderas estadounidenses y con todo adornado con los colores rojo, azul y blanco.
Después, nos acercamos al Bellagio Hotel and Casino para poder volver a ver el espectáculo gratuito de las
Fountains of Bellagio.
Tras eso, regresamos en el monorraíl al hotel y paseamos por sus alrededores hasta que encontramos un restaurante de una conocida cadena, donde nos quedamos a cenar.
Por último, jugamos unas partidas al
black jack en el casino de nuestro hotel antes de irnos a dormir...