Para esta parte del viaje tuvimos que realizar los siguientes preparativos:
Realizamos la reserva del pase en una agencia de viajes online con disponibilidad para la compra de entradas y actividades.
Nuestro vuelo de regreso a La Gran Naranja partía del aeropuerto de la capital de Hawái casi a las 9 de la noche. Por lo tanto, teníamos aún unas horas para disfrutar de Oahu.
Habíamos reservado ese día para visitar tres atracciones más al sur de la isla: Manoa Falls, Halona Blow Hole y Halona Beach Cove.
Así que, tras desayunar en la cafetería del hotel, realizamos el check out y nos dirigimos al bosque de Honolulu Watershed Forest Reserve donde se localizaba nuestra primera parada, las Manoa Falls.
Tardamos pocos minutos en llegar y aparcar nuestro coche en el estacionamiento de pago localizado al comienzo del sendero que llevaba a las cataratas. Eso sí, aunque sólo nos separaban unos pocos kilómetros de Waikiki, el paisaje y el clima eran completamente diferentes: selva tropical y una humedad extrema…
Sin más dilación, nos pusimos en marcha hacia las cataratas a través del sendero. Las casi dos millas de paseo nos exigieron un poco: por el calor y porque éste se encontraba algo embarrado por la humedad; pero la flora que nos rodeaba era impresionante, tanto era así que, al llegar a las cataratas, nos sentimos como si estuviéramos en medio del jurásico (de hecho algunas de las escenas de la película ‘Jurassic Park’ se rodaron allí, jeje): casi 46 metros de caída de agua entre una vegetación exuberante… ¡El esfuerzo mereció mucho la pena!
Algo más de media hora de camino nos hizo falta para llegar a las siguientes paradas del itinerario, pasado ya el medio día… Aparcamos el coche en un pequeño estacionamiento situado al borde de la carretera…
Cuando visualizamos el
Halona Blow Hole vimos que se trataba de un agujero que impulsaba el oleaje entrante en un tubo de lava estrecho y fundido hasta casi los 10 metros de altura… No nos extrañó que el Halona Blow Hole fuera uno de los puntos más visitados por los turistas en Oahu… ¡Era una pasada ver cómo el agua del mar salía disparada a través de ese ‘agujero’ que se formó miles de años atrás como consecuencia de las erupciones volcánicas!
Situada a poca distancia del Halona Blow Hole encontramos la
Halona Beach Cove, una preciosa ensenada rodeada por grandes rocas, famosa por la escena de pasión entre Deborah Kerr y Burt Lancaster en ‘De aquí a la Eternidad’…
Vistas las atracciones previstas para el día, decidimos hacer una parada para comer antes de tomar rumbo al aeropuerto.
Luego, fuimos a devolver el coche de alquiler a la oficina y la van de nuestra compañía de alquiler nos dejó en la terminal del aeropuerto de Honolulu...
Nuestro vuelo con la compañía Hawaiian Airlines salía a la hora programada por lo que, 40 minutos antes, nos dieron permiso para embarcar...
Desde la ventana del avión, nos despedimos definitivamente de Honolulu y de todo el archipiélago hawaiano pero nos llevamos en la retina un sinfín de paisajes espectaculares…
Como ya te contamos en el Diario de Viaje: Los Ángeles en 2 días (Parte I del Diario de Viaje: Hawái en 20 días), decidimos hacer una parada para disfrutar del 4 de Julio en Las Vegas y volver a visitar el mundo mágico de Disney en Anaheim antes de regresar a casa y así reducir los efectos del jet lag, como en el viaje de ida. Así que, en poco más de 5 horas de vuelo y, tras alguna que otra cabezada, llegamos a Los Ángeles aunque, con el cambio horario, llegamos poco antes de las 5 de la madrugada del 4 de Julio al continente americano…
Tras recoger nuestro equipaje en las cintas, nos dirigimos a la parada destinada a las compañías de alquiler de coches y aguardamos unos minutos al minibús gratuito que nos llevaría a la agencia de alquiler de coches en la que habíamos reservado un SUV para los días que nos restaban de viaje.
La agencia estaba a tan solo 5 minutos del aeropuerto...
Una vez que recibimos las llaves de nuestro coche, dejamos atrás la gran urbe de Los Ángeles y pusimos rumbo a nuestra querida Ciudad de las Luces atravesando el Desierto de Mojave, viendo a los lados dunas y Joshua Trees y, después, los primeros casinos...
Por tercera vez en nuestra vida, Las Vegas se nos apareció en el horizonte tras poco más de 4 horas de viaje, a eso de las 11 de la mañana, y los grandes hoteles, como el MGM, el Luxor o el Caesars Palace ocuparon de nuevo nuestras retinas.
Como aún no había llegado la hora del
check in en nuestro hotel, el
Westgate Las Vegas Resort & Casino (hotel que conocíamos de nuestro anterior viaje a la Ciudad del Pecado), decidimos aprovechar la mañana del 4 de Julio yendo de
shopping a uno de los
outlets de la ciudad. Elegimos para ello
Las Vegas South Premium Outlets…
Pasamos la mañana recorriendo las tiendas de ese centro comercial de la cadena Simon y compramos bastantes cosas a buen precio... Además, aprovechamos para hacer un brunch, como buenos americanos, tomando una rica hamburguesa acompañada de un milkshake… ¡El cambio horario y el asfixiante calor nos habían trastornado un poco!
Luego, nos dirigimos al hotel, aparcamos el coche en su parking gratuito y, ya sí, hicimos el check in… Como en nuestro anterior viaje a Las Vegas, al acceder al lobby del hotel, nos vimos rodeados nuevamente de máquinas tragaperras y mesas de dados y ruletas...
Subimos a la habitación a dejar las maletas, refrescarnos un poco, descansar del viaje y recobrar fuerzas…
Ese día iba a ser la segunda vez que íbamos a celebrar la festividad del 4 de Julio en el continente americano… Habíamos leído que el 4 de Julio solía reunir a miles de personas en el valle de Las Vegas debido a la variedad de eventos que tienen lugar durante el día festivo como, por ejemplo, el show de fuegos artificiales… Así que, a eso de las 8:30 de la tarde, nos acercamos a los alrededores del Stratosphere Casino, Hotel & Tower (recientemente renombrado The STRAT Hotel, Casino & Skypod) para coger un buen sitio para el espectáculo pirotécnico que tendría lugar a las 9:15 de la noche.
A la hora indicada, el cielo se inundó de luz y color, pues cientos de fuegos artificiales fueron lanzados desde los más alto de la torre Stratosphere... El espectáculo pirotécnico, aunque no tan maravilloso como el que habíamos visto en Nueva York, fue también espectacular.
Luego, para seguir disfrutando de la festividad, decidimos desplazarnos a The Strip.
Como ya contamos en el
Diario de Viaje: Las Vegas en 10 días, para disfrutar de los casinos y atracciones de La Franja sin tener que andar bastante o pagar para dejar el coche en el parking de algún hotel, una buena opción es alojarse en un hotel cercano a una de las paradas de
Las Vegas Monorail, que es lo que hicimos nosotros al elegir el Westgate Las Vegas Resort & Casino. Por eso, regresamos a nuestro hotel y canjeamos nuestra reserva para el monorraíl en la parada que se encontraba justo en la puerta de nuestro hotel.
Bajamos en la estación Harrah's & The Linq y atravesamos el paseo
The Linq Promenade, una de las zonas más animadas durante el 4 de Julio, repleta de banderas estadounidenses y con todo adornado con los colores rojo, azul y blanco.
Después, nos acercamos al Bellagio Hotel and Casino para poder volver a ver el espectáculo gratuito de las
Fountains of Bellagio.
Tras eso, regresamos en el monorraíl al hotel y paseamos por sus alrededores hasta que encontramos un restaurante de una conocida cadena, donde nos quedamos a cenar.
Por último, jugamos unas partidas al
black jack en el casino de nuestro hotel antes de irnos a dormir...
Nuestro segundo día completo en Las Vegas comenzó con un buen desayuno en nuestro restaurante favorito…
Pleno Julio y Las Vegas: sinónimo de calor asfixiante… Pensamos que pasear por el Strip por la mañana a pleno sol, a pesar del aire acondicionado de los hoteles-casinos, no sería una buena idea… Por eso, para la mañana de ese día, planeamos bajar nuestra temperatura corporal visitando una de las mejores piscinas de la Ciudad del Pecado: la Nirvana Pool del Hard Rock Hotel and Casino Las Vegas. Ya por la tarde seguiríamos visitando atractivos del Strip…
Tomamos el monorraíl hasta la estación Flamingo & Caesars Palace Station. Luego, caminamos por la Flamingo Rd. hasta su cruce con Paradise Rd. y seguimos en dirección sur hasta que nos topamos con el Hard Rock Hotel and Casino Las Vegas.
Al llegar allí, no pudimos no echar una ojeada al hotel, pues inspirado en la vida de las estrellas de rock, llamaba mucho la atención… Es una lástima que a día de hoy ya no pueda visitarse, pues el Hard Rock Hotel and Casino ha sido sustituido por el nuevo Virgin Hotel.
Tras eso, nos dirigimos a la piscina… La entrada tenía un precio de 10 $ por adulto pero nadie nos indicó que debíamos abonarla, así que...
No nos extrañó que la Nirvana Pool estuviera considerada una de las mejores piscinas de Las Vegas pues el Hard Rock Hotel and Casino Las Vegas había diseñado un gran complejo de piscinas que recreaban la playa: con palmeras y arena de mar en el fondo… Pasamos una mañana a remojo estupenda…
El agua de la piscina había abierto otra vez nuestro apetito, así que nos dirigimos a un restaurante de una conocida cadena americana que se localizaba en el centro comercial The Forum Shops pegado al Caesars Palace, donde ya habíamos comido alguna vez en anteriores visitas a Las Vegas…
Después de comer tomamos de nuevo el monorraíl en la estación Flamingo & Caesars Palace Station y regresamos a nuestro hotel a darnos una ducha.
Cuando hubieron pasado las horas de más calor, nos montamos en el coche para ir a hacernos unas fotos en Las Vegas Sign, ya que una visita la Ciudad del Pecado no puede estar completa sin un shelphy con el famoso cartel con las letras de Welcome to Fabolous Las Vegas Nevada, ¿no?
Mucha gente debió de pensar lo mismo que nosotros pues encontramos bastante cola para poder sacarnos una foto… Tanto, que casi se hizo de noche… Pero así, el paseo en coche por Las Vegas Blvd. de vuelta al hotel con todas las luces de neón de los hoteles y casinos encendidas, fue aún más espectacular…
Dejamos de nuevo aparcado el coche en el parking de nuestro hotel y montamos nuevamente en el monorraíl. Esta vez nos apeamos en la Bally’s & Paris Station para así poder visitar tranquilamente nuestros hoteles-casinos favoritos de The Strip.
Nuestro paseo por The Strip nos llevó a visitar por tercera vez el interior del Paris Las Vegas, del Bellagio Hotel and Casino, del Caesars Palace, del The Mirage y del fabuloso The Venetian… Y, para despedirnos una vez más de esa magnífica ciudad, vimos el espectáculo gratuito de The Volcano...
No muy tarde, regresamos en el monorraíl al hotel para cenar, echar nuestra última partida y recoger nuestras maletas pues al día siguiente debíamos levantarnos temprano para desplazarnos a Anaheim, nuestro último destino del viaje...
Dos días en Las Vegas habían sido suficientes para volver a enamorarnos de sus casinos, sus luces y su magia…