Para ese día teníamos prevista una excursión de un día de duración para visitar la capital de los Estados Unidos: Washington D.C. Para desplazarnos hasta allí, habíamos reservado desde casa un coche de alquiler, que recogeríamos en el propio Manhattan. Y no reservamos cualquier coche… ¡reservamos un Mustang!
Se tardan unas 4 horas y media en llegar a Washington desde Manhattan(sin contar con el tráfico) así que, para aprovechar el día, decidimos madrugar bastante para intentar salir de Manhattan como muy tarde a eso de las 8 y media.
Después de haber desayunado en la cafetería del hotel, tomamos el metro dirección Uptown en la estación de 34 St.-Penn Station hasta la 96 St. para ir al 808 de Columbus Av., donde se situaba la empresa de alquiler.
Tras tomarnos los datos y alquilar un GPS, nos dieron las llaves de nuestro flamante Mustang amarillo y emprendimos el viaje hacia la capital del país.
Una vez abandonamos los estados de Nueva York y Nueva Jersey y nos adentramos en el estado de Pennsylvania, el paisaje cambió radicalmente: pasamos de ver grandes ciudades e imponentes rascacielos a ver pequeños pueblos… Si bien, la carretera continuó describiendo una larga recta y manteniendo de media 4 o 5 carriles por sentido del tráfico… lo habitual en el país americano.
Tras pasar Baltimore, en el estado Maryland, nos vimos rodeados de un inmenso bosque que no dejamos prácticamente hasta llegar a Washington… ¡qué paisaje!
Después de una parada técnica y 4 horas y media de viaje, llegamos a nuestro destino, sobre las 2 de la tarde.
Buscamos un parking para dejar nuestro supercoche y entramos a comer a un restaurante que se encontraba dentro del museo del aire y del espacio que, además, era nuestra primera parada del itinerario para Washington.
Para aquel día en Washington D.C., habíamos diseñado un itinerario que recorría el National Mall, esa zona ajardinada de casi 4 kilómetros de longitud que se extiende ente el Capitolio de los Estados Unidos y el Lincoln Memorial, y un poquito del Downtown. (Recorrido total caminando: 1,46 h - 8,6Km).
Después de llenar el estómago, nos dispusimos a ver el Smithsonian National Air & Space Museum, que ha servido de escenario para la película ‘Noche en el Museo 2’ y que es el museo más visitado del National Mall.
Si has leído nuestro Diario de Viaje: Nueva York en 4 días (Parte I del Diario de Viaje: Combinado Nueva York-Riviera Maya), sabrás que a Borja le encanta el mundillo de los aviones... por lo que este museo era perfecto para él, pues muestra la historia de la aviación, desde el primer vuelo motorizado hasta las misiones espaciales...
Recorrimos todas las salas del museo y vimos las joyas que poseía, a saber: el Wright Flyer (avión que realizó el primer vuelo propulsado en 1903), el Lockheed Vega de Amelia Earhart (primer avión pilotado en solitario por una mujer que cruzó el océano Atlántico), el módulo del Apolo XI (con el que los humanos llegamos a la Luna), el transbordador espacial Enterprise, el Air Force One de 1960 (avión presidencial en el que viajaba JFK),...
Cuando terminamos de visitar el museo, salimos a los jardines de The Mall para fotografiar el Capitolio pero no pudimos realizar ni una foto decente ya que, por aquel entonces, su cúpula se encontraba rodeada de andamios, pues estaban realizando labores de rehabilitación en su fachada. Lo que si pudimos apreciar fue lo amplio que era el National Mall... Cuando diseñamos el itinerario parecía que todos los lugares que queríamos visitar estaban cerca unos de otros, pero no imaginamos que las distancias serían tan enormes...
Decidimos no perder ni un minuto más y acercarnos a los National Archives, la siguiente parada del itinerario. Para ello, tomamos la 7th St. hasta el cruce con la Constitution Av.
Como no teníamos mucho tiempo, tras pasar el control de seguridad, nos dirigimos directamente al Charters of Freedom, la magnífica rotonda donde se exponen 14 documentos importantísimos en la fundación de los Estados Unidos y que aparece en una de nuestras películas favoritas: ‘La Búsqueda’ (‘National Treasure’, en inglés). Contemplamos la Constitución, la Declaración de Independencia y la Carta de Derechos... Luego, nos dirigimos a la tienda de recuerdos para adquirir una réplica de la Declaración de Independencia tal y como hizo Nicholas Cage en la película...
Continuamos caminando por la Constitution Av. hasta el cruce con la 15th St., volvimos a los jardines de The Mall para fotografiar el
Washington Monument, el obelisco en honor al primer presidente de los Estados Unidos: George Washington.
Luego, volvimos sobre nuestros pasos y tomamos la 15th St. en dirección norte hasta su cruce con la H St. para alcanzar la siguiente parada de nuestro itinerario: La Casa Blanca.
En esos días, nuestro rey se encontraba de visita oficial en Washington D.C. y se había ampliado el perímetro de seguridad alrededor de La Casa Blanca. Debido a ello, no nos fue posible contemplar la parte posterior del edificio y tuvimos que conformarnos sólo con realizar fotos de su fachada delantera, desde el parque Lafayette. Aún así, tirando del zoom de la cámara, conseguimos buenas fotos...
Bajamos por la 17th St. hasta alcanzar nuevamente la Constitution Av. y seguimos andando hasta llegar al Vietnam Veterans Memorial, un sencillo monumento en honor a los caídos en el conflicto bélico de Vietnam. Además de turistas como nosotros, vimos a personas buscando el nombre de sus seres queridos en las paredes de granito o dejando recuerdos... y también a los guardas del Servicio de Parques Nacionales dejando rosas frescas o cambiando las que comenzaban a marchitarse... ¡sobrecogedor!
Seguidamente, visitamos el Lincoln Memorial. Subimos las escaleras del monumento para contemplar la imponente escultura del 16º presidente de los Estados Unidos, considerado tanto por los historiadores como por la opinión pública uno de los mejores presidentes que ha tenido el país.
Fotografiamos el bajorrelieve con la frase I Have a Dream, en honor a Martin Luther King Jr., que se encuentra en el escalón superior del monumento. Si visitas el memorial al atardecer o por la noche como nosotros, ten cuidado de no perdértelo (truco: moja con agua la piedra de la escalera para encontrarlo).
Luego, nos dispusimos a contemplar el atardecer sentados en las escaleras del memorial, viendo cómo se reflejaba el Washington Monument en el agua del estanque Reflecting Pool.
Después, nos dirigimos al Korean War Veterans Memorial, el monumento en memoria de los caídos en la guerra de Corea que consta de 19 estatuas con forma de soldados, marchando sobre un terreno yermo hacia la bandera estadounidense...
Comenzaba a caer la noche así que, viendo que nos esperaba un largo trayecto de regreso a Nueva York, decidimos volver a por el coche.
Caminamos los casi 4 Km de distancia que separan el Lincoln Memorial del Capitolio por la Independence Av. hasta llegar al parking.
Nos hicimos unas cuantas fotos con el Mustang y emprendimos el camino de vuelta a Nueva York no sin antes despedirnos de Washington D.C, aquella ciudad rica en historia que nos enamoró... hasta la próxima...
Llegamos a Manhattan sobre las 2 de la madrugada, pues también paramos para cenar una porción de pizza por el camino.
Debíamos devolver el coche en una sucursal de la compañía de alquiler situada en el 225 de la 43 St.... Desconfiábamos un poco de tomar el metro a esas horas y, aunque no estábamos muy lejos de nuestro hotel para volver andando, teníamos un dolor de pies considerable, por lo que decidimos coger un taxi para volver al hotel.