Para ese día teníamos previsto visitar el parque de atracciones
indoor del hotel Circus Circus, Adventuredome y, por la tarde, asistir al espectáculo permanente del Cirque du Soleil en The Mirage, The Beatles LOVE.
Esa mañana, nos dirigimos en coche a nuestro restaurante favorito para tomar un brunch y desde allí nos desplazamos al Circus Circus Hotel & Resort.
Cuando visitamos su interior, nos pasó como cuando visitamos el interior del Excalibur Hotel &Casino: nos decepcionó un poco porque no encontramos ninguna referencia al circo por ninguna parte... Si que vimos bastantes más juegos de arcade dedicados a los niños, pero nada más...
Así que pasamos al siguiente punto del itinerario para ese día, el parque de atracciones Adventuredome. Avanzamos por el interior del hotel y accedimos. ¡Ese parque sí que nos pareció un acierto! Adventuredome estaba repleto de atracciones infantiles, por lo que nos pareció el lugar perfecto para las familias que necesiten alejarse del gentío y del sol. Sin embargo, fue una verdadera lástima que las atracciones para adultos estuviesen cerradas porque tenían bastante buena pinta... aún así disfrutamos dando una vuelta por el lugar.
Seguidamente, nos acercamos al Trump International Hotel Las Vegas, uno de los pocos hoteles de la ciudad que no posee casino.
El edificio, que con una altura de 190 m, es la torre residencial más alta de Las Vegas, tenía una fachada preciosa, pues sus ventanas (cubiertas por capas doradas de 24 quilates) reflejaban las palmeras de su alrededor y las nubes del cielo...
Después, regresamos al hotel para dejar aparcado el coche, echarnos una siesta y cambiarnos para el espectáculo del Cirque du Soleil.
Una hora antes del inicio del espectáculo, tomamos el monorraíl en dirección sur hasta la Harrah's & The Linq Station.
Una vez allí, cruzamos al otro lado de la calle para entrar en The Mirage, donde tenía lugar el espectáculo del Cirque du Soleil.
Era la primera vez que íbamos a ver un espectáculo del Cirque du Soleil, por lo que estábamos bastante ansiosos y emocionados... 15 minutos antes del comienzo, nos dieron permiso para entrar y, para nuestra sorpresa, nos cambiaron los asientos a otros de mayor valor... El show nos encantó: las acrobacias, la puesta en escena, las coreografías y, por supuesto, la música de The Beatles... ¡Muy recomendable!
Tomamos el monorraíl de regreso a la Westgate Station y dimos un paseo para comprar algo para cenar y tomarlo cómodamente en la habitación del hotel y dimos por zanjado el día.