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Diario de Viaje: Budapest en 6 días

Jet lag Adictos • jun 16, 2024

El Viaje

Desde hace algunos años, por nuestra cabeza rondaba la idea de descubrir el Triángulo Imperial pero, por unas circunstancias o por otras, siempre habíamos tenido que posponer ese viaje… Así que, para esos días que habíamos podido reservar para el inicio del verano de 2023, decidimos retomarlo viajando a la capital de Hungría y visitando también otro de los vértices del triángulo: Viena…


Después de realizar una búsqueda exhaustiva en internet para encontrar nuestro viaje ideal, nos decantamos por contratar todos los servicios por separado. Los vuelos de Ryanair y Wizz Air, así como el hotel los reservamos a través de eDreams.


Puedes visitar la web de eDreams aquí.


Esto fue lo que contratamos:


Budapest en 6 días. Del 10 al 15 de Junio de 2023. Precio total (2 personas): 676,32 €.


  • Vuelos.


o  Madrid (MAD)- Budapest (BUD).

o  Budapest (BUD)- Madrid (MAD).


  • 5 Noches en Hotel 3* (HD).

El Itinerario

Día 0: Madrid - Budapest.

Días 1-4: Budapest.

Día 5: Budapest - Madrid.

Índice

  • Preparativos.
  • Día 0: Madrid - Budapest.
  • Día 1: Buda y misterios y leyendas de Budapest.
  • Día 2: La II Guerra Mundial y el Balneario Gellért.
  • Día 3: Más de Pest y el Balneario Széchenyi.
  • Día 4: Excursión a Viena.
  • Día 5: Budapest - Madrid.

Preparativos

Para nuestro viaje a Budapest, tuvimos que realizar los siguientes preparativos:


  • Solicitud de la tarjeta sanitaria europea.


No tuvimos que volver a solicitar la tarjeta sanitaria europea ya que, como la habíamos solicitado meses atrás, todavía permanecía en vigor.

  • Compra del Paseo en barco por el Danubio al anochecer. Precio total (2 personas): 38 €.


Adquirimos las entradas para el paseo en barco por el Danubio al anochecer a través de Civitatis pues pagábamos lo mismo que en la web de Legenda Sightseeing Boats pero así contábamos con el apoyo y la cobertura del equipo de Atención al Cliente de Civitatis, que tanto nos gusta a nosotros.


  • Reserva del Free tour de los misterios y leyendas de Budapest.


Reservamos el free tour para conocer los misterios y leyendas de la capital húngara a través de Civitatis, pues así contábamos con el apoyo y la cobertura del equipo de Atención al Cliente de Civitatis, que tanto nos gusta a nosotros.


  • Reserva del Free Tour de la II Guerra Mundial.


Reservamos el free tour para conocer los estragos de la Segunda Guerra Mundial en la capital húngara a través de Civitatis, pues así contábamos con el apoyo y la cobertura del equipo de Atención al Cliente de Civitatis, que tanto nos gusta a nosotros.


  • Compra de la Entrada al Balneario Gellért. Precio total (2 personas): 18800 HUF.


Adquirimos las entradas para visitar el Balneario Gellért en la web oficial.


  • Compra de la Entrada al Balneario Széchenyi. Precio total (2 personas): 18800 HUF.


Adquirimos las entradas para visitar el Balneario Széchenyi en la web oficial.


  • Compra de billetes de tren Budapest - Viena - Budapest. Precio total (2 personas): 74 €.


Adquirimos los billetes de tren para realizar una excursión de un día de duración a la capital de Austria desde Budapest para el día 14 de Junio a través de un buscador de billetes de tren. Seleccionamos un tren de ida que partía de la estación de Budapest-Keleti a las 8:40 horas de la mañana y llegaba a la estación central de trenes de Viena tras 2 horas y 40 minutos de recorrido; y un tren de vuelta que partía, nuevamente, de la estación central de Viena a las 20:37 horas de la tarde y llegaba a la estación de Budapest-Keleti tras, aproximadamente, el mismo tiempo de recorrido que a la ida.


  • Realización de itinerarios.

DÍA 0: Madrid – Budapest

Aquel día no había amanecido aun cuando llegamos al aeropuerto; con unas 2 horas de margen para la salida de nuestro vuelo… Tras pasar el control de seguridad, nos dirigimos a la puerta de embarque.


El vuelo directo de Ryanair con destino al aeropuerto internacional Ferenc Liszt de Budapest salía a la hora programada, por lo que 45 minutos antes, nos dieron permiso para embarcar...


Después de algo más de 3 horas de vuelo llegamos a nuestro destino, alrededor de las 10 menos veinte de la mañana (hora local). Tras salir del avión, nos dirigimos a la salida siguiendo las indicaciones para ir en busca del autobús expreso que conectaba el aeropuerto con el centro de la ciudad. Encontramos la parada del autobús 100E Airport Express Bus nada más salir de la terminal...


Adquirimos los billetes en las máquinas expendedoras dispuestas a tal efecto a tan sólo unos metros de la parada (2200 HUF/adulto) y montamos en el bus. En pocos minutos partimos de la terminal internacional del aeropuerto y pusimos rumbo al centro de la capital húngara.


En unos 40 minutos habíamos llegado a la parada que tenía en la calle Astoria y, desde allí, caminamos hacia nuestro hotel en línea recta, tomando la calle Rákóczi út, ya que se encontraba a poco más de 10 minutos a pie.

Llegamos al hotel cerca de las 11 de la mañana. Hicimos el check in, fuimos a la habitación a dejar las maletas y, tras refrescarnos un poco, salimos de nuevo a la calle para empezar a disfrutar de la ciudad.


Nada más salir del hotel encontramos un supermercado de una conocida marca alemana; por lo que decidimos entrar y comprar algo para desayunar antes de dar comienzo al itinerario que teníamos preparado para ese día.


Después de haber saciado nuestro apetito, iniciamos nuestro itinerario previsto para ese día, el cual nos llevaría a visitar la mayor parte de los atractivos del centro de Pest y terminaría dando un paseo en barco para disfrutar de la iluminación nocturna de la ciudad y de las aguas del Danubio.

Caminamos hacia el suroeste por Rákóczi út y giramos hacia Dohány u. hasta que nos topamos con la entrada al antiguo barrio judío (del que aprenderíamos más gracias al Free Tour de la II Guerra Mundial que realizaríamos dentro de dos días) y la fachada de la impresionante Gran Sinagoga de Budapest, la mayor sinagoga de Europa y la segunda más grande del mundo… Tras hacer las fotos oportunas, rodeamos el edificio para localizar el cementerio judío en el jardín trasero de la sinagoga: un cementerio muy especial, puesto los enterramientos en las sinagogas van en contra de las tradiciones del pueblo judío pero que, en este caso, se llevaron a cabo debido a que la sinagoga pertenecía al gueto judío durante los años 40… Un poco más adelante, encontramos el Emanuel Tree, perteneciente al Raoul Wallenberg Holocaust Memorial Park, una escultura en forma de sauce llorón cuyas hojas llevaban inscripciones con los nombres de los 400000 judíos húngaros que fueron asesinados por los nazis durante el Holocausto… ¡Sobrecogedor!

Tomando la calle Síp u. y luego la Dob u. nuevamente hacia el sur, llegamos a la segunda para de nuestro itinerario para ese día: el Carl Lutz Memorial, una conmovedora estatua en memoria del diplomático suizo Carl Lutz, quien salvó a muchos judíos durante el Holocausto, y que representaba a un ángel levantando a los caídos…


Después de nuestra primera aproximación al barrio judío, nos dirigimos al sur por Dob u., giramos a la derecha en Károly krt. y seguimos caminando hasta que nos topamos con la Sisí Statue, una estatua dedicada a la antigua emperatriz del imperio austrohúngaro y colocada a la entrada del distrito que llevaba su nombre…


Seguidamente nos dirigimos a la Plaza de Erzsébet, considerada el área verde más grande de Budapest. Para ello, continuamos unos pasos más por Károly krt. y cruzamos a la concurrida plaza de Deák Ferenc tér donde tuvimos la oportunidad de hacer las primeras fotografías de los tranvías que recorrían la ciudad…

La Plaza de Erzsébet es uno de los lugares más visitados por los turistas en Budapest y eso se notaba, pues estaba repleta de gente… Dando un paseo por la plaza, encontramos la preciosa Fuente Danubio y la Noria de Budapest, una de las atracciones más concurridas de la ciudad.


Tras las fotos de rigor, salimos de la plaza y tomamos la calle Bajcsy-Zsilinszky út hasta que llegamos a la plaza de Szent István tér, donde encontramos la espectacular Basílica de San Esteban, el edificio religioso más grande de Hungría. Tomamos fotos preciosas de la basílica desde la plaza pero, sin duda, la mejor fotografía la obtuvimos desde una de las calles aledañas… ¿Tú qué opinas?

De ahí, continuamos nuestro paseo por Révay u. hasta que llegamos a la siguiente parada del itinerario que teníamos previsto para ese día: la Ópera de Budapest… La fachada del edificio era impresionante (no obstante está considerado como uno de los edificios neorrenacentistas más importantes de Hungría) pero, lo mejor, lo encontramos en su interior pues, aunque sólo pudimos disfrutar de su hall, era increíblemente elegante…


Un paseo de poco menos de 15 minutos tomando Lázár u., Ó u., Bajcsy-Zsilinszky út y Bank u., nos llevó a nuestra siguiente parada: la Plaza de la Libertad, donde encontramos el Monumento a las Víctimas de la Ocupación Alemana, un monumento precioso aunque no libre de controversia por parte del pueblo húngaro…


Nuestra siguiente parada nos llevó al muelle de Pesto, a orillas del Danubio: el monumento Zapatos en la Orilla del Danubio, un monumento compuesto por sesenta pares de zapatos creado en recuerdo a las víctimas de la II Guerra Mundial que fueron ejecutadas y arrojadas a las aguas del río Danubio... ¡Sin palabras!

Allí, a las orillas del gran Danubio, decidimos hacer una parada técnica para descansar los pies y, así, disfrutar de las vistas de la colina de Buda, del monte Géllert y de los puentes que conectaban Buda y Pest…


Tras la parada técnica, caminamos a orillas del río en dirección norte hasta que alcanzamos el icono de la capital húngara: el Parlamento de Budapest, el tercer parlamento más grande del mundo, tras los de Rumanía y Argentina. ¡Una maravilla!


Cuando ya no podíamos hacer más fotos del parlamento, recorrimos los monumentos de la plaza Kossuth Lajos tér. Encontramos el Monumento a Kossuth, la Estatua Ecuestre de Francisco Rákóczi II, el Monumento a la Revolución Húngara de 1956 y la Estatua de Attila József y, también, accedimos gratuitamente al Memorial dedicado a las víctimas de la masacre del 25 de Octubre de 1956, que localizamos junto al túnel de ventilación sur…


Luego, tomamos la Alkotmány u. hasta su cruce con Bajcsy-Zsilinszky út para alcanzar nuestra siguiente parada: la preciosa estación de trenes de Nyugati Pályaudvar… La foto habla por sí sola, ¿verdad?

En las inmediaciones de la estación de trenes hicimos una parada para comer. Elegimos para ello, un local de una conocida franquicia americana de comida rápida.



Cuando hubimos llenado el estómago y viendo que nos quedaba bastante tiempo hasta la salida de nuestro crucero por el Danubio, decidimos adelantar parte de los itinerarios que teníamos previstos para los siguientes días. Así que, tomamos el metro de la línea 3 en la estación de Nyugati Pályaudvar hasta Ferenciek tere, comprando billetes sencillos a través de la aplicación móvil de BudapestGO.

Una vez en la superficie, cruzamos el Puente Elizabeth hasta Buda.


Cuando llegamos a la orilla opuesta del Danubio nos encontramos con el precioso Monumento a Szt. Gellért, con cascadas incluidas.


Después de las fotos y, para bajar la comida, ascendimos (no sin esfuerzo) por uno de los caminos hasta lo alto de la colina Gellért, donde localizamos la Liberty Statue, una estatua en memoria de la liberación de Hungría por parte de la Unión Soviética durante la II Guerra Mundial. Tuvimos que conformarnos con tomar fotos desde una valla dispuesta a unos metros de la estatua porque el monumento se encontraba en obras pero desde las inmediaciones, en cambio, obtuvimos una panorámica preciosa de la ciudad.


Luego de un descanso para las piernas, emprendimos el descenso y volvimos a cruzar el Puente Elizabeth. Ya en Pest, caminamos paralelos a las vías del tranvía y a las orillas del Danubio hasta que llegamos a la plaza de Vigadó tér, donde hallamos la famosa Estatua de la Princesita. Allí, también pudimos obtener buenas fotos de las líneas más antiguas de tranvía…

Un poco antes de las 8:30 de la tarde, nos acercamos al muelle de la compañía Legenda Sightseeing Boats para entregar nuestro voucher para el Paseo en barco al anochecer que habíamos reservado a través de Civitatis. A las 8:45 de la tarde nos ofrecieron una bebida y comenzamos nuestro paso por el Danubio río abajo hasta llegar al Puente de la Libertad, donde dimos la vuelta para ir en dirección norte… La ciudad iba encendiendo sus luces a media que iba anocheciendo, ofreciéndonos un paisaje espectacular a ambos lados del río… Sólo tienes que ver las fotos… 

Después de una hora, bajamos del barco habiéndonos quedado muy satisfechos con el paseo, y emprendimos el regreso al hotel.


Hicimos una parada para cenar en un restaurante de una conocida cadena de bocadillos que se encontraba a pocos metros la plaza Blaha Lujza tér y, tras eso, regresamos al hotel a darnos una ducha y descansar, dando por concluido nuestro primer día genial en la capital de Hungría…


Día 1: Buda y misterios y leyendas de Budapest

La actual Budapest está formada por la agrupación de dos ciudades con una dilatada historia: Buda y Pest, situadas en la orilla occidental y oriental del Danubio, respectivamente; y en cada una de ellas se encuentran atractivos imprescindibles… Así que, teniendo en cuenta los días que íbamos a pasar en Budapest, decidimos dedicar un día entero a patear por nuestra cuenta cada una de ellas… El día que llegamos a la capital húngara, como ya habrás podido leer, le pegamos un buen mordisco a Pest; así que, para ese primer día completo en La Perla del Danubio, confeccionamos un itinerario que pasaba por dedicar la mañana a conocer a fondo los atractivos de Buda, y la tarde, a hacer un recorrido especializado para conocer los misterios y leyendas de la ciudad en modalidad free tour (Recorrido total caminando: 2,09 h – 9,0 Km).

Comenzamos el día con el desayuno tipo buffet que se servía en la cafetería del hotel.


Con el estómago lleno, nos dispusimos a tomar el autobús número 5, que se encontraba a unos metros de la entrada de nuestro hotel, hasta la parada de Alagút utca, ya en la parte de Buda y a poca distancia de la primera parada del itinerario previsto para ese día. Adquirimos 2 billetes sencillos a través de la aplicación móvil BudapestGO (450 HUF/adulto) y accedimos al bus, no sin antes escanear el código QR para validar los billetes.

El trayecto en bus nos llevó poco más de 10 minutos.


Una vez nos apeamos del bus, atravesamos el paso subterráneo de Alagút, también conocido como Túnel del Castillo de Buda. A la salida, nos topamos con la plaza Clark Ádám ter, desde pudimos contemplar la primera atracción de nuestro itinerario: el Puente de las Cadenas; y sí, tuvimos que conformarnos con contemplarlo, pues el puente permanecía cortado por obras de restauración hasta Agosto… Aun así, el Puente de las Cadenas nos pareció precioso.

Después de tomar algunas fotos del puente, nos acercamos hasta la Piedra del Kilómetro 0, situada en la misma plaza, entre el Puente de las Cadenas y la base del Funicular Sikló… La escultura marca el punto de referencia desde el cual se miden todos los caminos que conducen a Budapest, al igual que lo hace la placa situada en nuestra Puerta del Sol…


Vistos todos los atractivos que la plaza Clark Ádám tér tenía que ofrecer, ya no quedaba otra cosa que ascender a la cima de la colina de Buda. Para ello, teníamos dos opciones: tomar el Funicular Sikló o subir andando. En nuestro caso, decidimos subir andando para disfrutar de las vistas del lado de Pest y del Danubio. La ascensión nos llevó algo menos de 10 minutos.


Cuando llegamos a lo alto de la colina nos encontramos con unas vistas increíbles y, también, con la imponente fachada del Castillo de Buda, el que fuera la antigua residencia de los reyes de Hungría.


Tras rodear el castillo para obtener buenas fotos, nos dirigimos hacia el Palacio Sándor, la residencia oficial del presidente de la república, donde, además, pudimos asistir al cambio de guardia de los militares que velaban por la seguridad del edificio…


Seguidamente, tomamos la calle Szent György u. y luego la Dísz tér hasta que alcanzamos la Casa de Houdini, un museo dedicado a honrar la memoria del que fuera uno de los mayores ilusionistas y escapistas de la historia… Nos conformamos con ver la fachada del museo pues decidimos no visitarlo. Por otra parte, enfrente de la Casa de Houdini nos encontramos con un pequeño parque que albergaba una escultura preciosa pero que no habíamos incluido en nuestro recorrido. Se trataba de la Estatua de la Guerra de Independencia, una escultura en honor a los luchadores por la libertad del asedio del Castillo de Buda de 1849…


Justo cuando teníamos intención de continuar con nuestro itinerario, encontramos una tienda que vendía uno de los dulces húngaros por excelencia: el chimney cake y que, además, los hacía de la manera tradicional… Así que, como buenos golosos, no pudimos resistirnos a hacer un inciso y probar uno de esos dulces relleno de crema de chocolate y avellanas… ¡Una auténtica delicia!


Después del inciso en nuestro recorrido, tomamos la calle Úri u. y giramos a la derecha en Szentháromság u. hasta que nos encontramos con la plaza Szentháromság tér, donde se hallaba la Iglesia de Matías, la iglesia católica más importante de Hungría… Era una iglesia preciosa en la que destacaban sus imponentes gárgolas y las tejas de su tejado de llamativos colores colocadas en zigzag…


Rodeando la iglesia, encontramos el último de los atractivos que teníamos previsto visitar en Buda: el Bastión de los Pescadores. Allí pudimos ver las siete torres que conmemoraban a las siete tribus fundadoras de Hungría y la Estatua de Esteban I a caballo y, también, obtuvimos unas vistas maravillosas del Parlamento de Budapest desde sus terrazas…

Vistos ya todos los atractivos de Buda que habíamos incluido en nuestro recorrido, tomamos el bus número 16, que tenía parada en la parte trasera de la plaza Szentháromság tér, hacia Pest.


Adquirimos 2 billetes sencillos a través de la aplicación móvil BudapestGO (450 HUF/adulto) y accedimos al bus, no sin antes escanear el código QR para validar los billetes.

El trayecto en bus hasta la céntrica plaza de Deák Ferenc tér nos llevó poco más de 20 minutos.


El chimney cake que habíamos tomado nos había dejado con el estómago lleno así que decidimos aprovechar el tiempo que nos quedaba hasta el comienzo del free tour que habíamos contratado, paseando por la comercial y turística calle peatonal de Váci Utca en busca de souvenirs


Poco antes de las 5 de la tarde, nos acercamos a la Plaza Erzsébet, pues allí se encontraba el punto de encuentro de inicio del free tour.


Allí, encontramos a Almudena, nuestra guía, y al resto de hispanohablantes con los que íbamos a realizar el tour. Cuando hubieron llegado todos los participantes, dimos comienzo al Free Tour de los misterios y leyendas de Budapest


Durante las dos horas y media que duró el free tour aprendimos las historias y leyendas de personajes tales como los Habsburgo, Bela Lugosi, Vlad Tepes o la Condesa Sangrienta…

También, aprendimos la canción maldita húngara y visitamos lugares tan emblemáticos como el Puente de las Cadenas, la Escultura de la Princesita o el Puente de la Libertad, donde finalizaba el recorrido… ¡Terminamos encantados!

Aprovechando nuestra localización y que aún quedaban algunas horas de sol, aprovechamos para cruzar el Puente de la Libertad hacia Buda. Nada más cruzar el Danubio nos encontramos con la Iglesia Rupestre de Budapest, una iglesia inspirada en Nuestra Señora de Lourdes en Francia, construida en las rocas y cuevas de la colina Gellért… ¡Qué pena que ya la encontráramos cerrada! No obstante, ver su fachada bien merecía la pena.

Caminando unos 2 minutos hacia el sureste llegamos hasta la fachada del magnífico Hotel Gellért, que era preciosa… Después de hacer las fotos de rigor, investigamos dónde se encontraba la entrada al balneario, que visitaríamos al día siguiente.


Tras eso, regresamos a las inmediaciones de nuestro hotel dando un largo paseo y, cuando nos encontramos por la zona, aprovechamos para cenar en un restaurante de una conocida cadena de comida rápida. Saciado nuestro apetito, regresamos al hotel a darnos una ducha y descansar, dando por concluido nuestro segundo día perfecto en la capital de Hungría…


Día 2: La II Guerra Mundial y el Balneario Gellért

Por una parte, Budapest bien puede considerarse uno de los asedios más espectaculares de la II Guerra Mundial; y, por otra parte, gracias a sus más de 100 manantiales naturales y artificiales, Budapest también es un referente mundial de los baños termales y terapéuticos; por eso, para aquel día confeccionamos un itinerario que pasaba por dedicar la mañana a conocer la historia que vivió la ciudad durante ese conflicto del siglo XX mediante un free tour, y la tarde, por ponernos a remojo en uno de los mejores baños termales de la capital húngara (Recorrido total caminando: 1,0 h – 4,3 Km).

Comenzamos el día con el desayuno tipo buffet que se servía en la cafetería del hotel.


Con el estómago lleno, caminamos hacia el suroeste por Rákóczi út, giramos hacia Dohány u. y luego hacia Károly krt. hasta que nos topamos con la Sisí Statue, pues allí se encontraba el punto de encuentro de inicio del free tour.


Allí, encontramos a Juanfran, nuestro guía, y al resto de hispanohablantes con los que íbamos a realizar el tour. Cuando hubieron llegado todos los participantes, dimos comienzo al Free Tour de la II Guerra Mundial, a eso de las 10:30 de la mañana.


Durante las dos horas y media que duró el free tour aprendimos sobre los sucesos que ocurrieron durante el Sitio de Budapest y visitamos lugares tan emblemáticos como la Gran Sinagoga de Budapest, el Carl Lutz Memorial, el Mural a Ángel Sanz Britz o los restos del Muro del Gueto Judío, donde finalizaba el recorrido… ¡Terminamos encantados!

Después de eso, caminamos por Király u. hasta llegar a la plaza de Deák Ferenc tér y, allí, nos dispusimos a tomar el tranvía número 49 hasta Szent Gellért tér-Műegyetem M.


Adquirimos 2 billetes sencillos en la máquina expendedora que se situaba justo enfrente de la parada (450 HUF/adulto) y validamos los billetes en el propio tranvía.

Una vez allí, sólo unos metros nos separaban de la entrada al balneario que habíamos localizado el día anterior. Como se acercaba la hora de comer, decidimos acceder ya al balneario pues pensamos que así encontraríamos menos gente en sus instalaciones.


Presentamos nuestra reserva, nos colocaron sendas pulseras en las muñecas, que servían tanto para acceder al balneario como para abrir y cerrar las taquillas, y accedimos al balneario sin colas.


Nuestro primer contacto con las aguas termales del Balneario Gellért se produjo en la Gran Piscina Interior, una piscina que ha salido tanto en revistas como en anuncios de televisión (el clásico anuncio de ‘cuerpo danone’ se rodó allí). Esa piscina, de agua fría, servía únicamente para la práctica de natación pero el entorno era absolutamente precioso… Juzga por ti mismo…

Después, disfrutamos de la Piscina Termal Común, una piscina termal en forma de semicírculo que se localizaba detrás de la Gran Piscina Interior.


Tras eso, pasamos a la zona exterior del balneario. Allí encontramos la preciosa y enorme Piscina de Olas Exterior, de agua fría; la Piscina Aventura que, con una temperatura de 36ºC,  gozaba de cuellos de cisne, cascadas y varias camas de agua…; y el Solarium.


Cuando ya había transcurrido una hora desde nuestra entrada al Balneario de Géllert, accedimos de nuevo al interior y descubrimos las otras 4 Piscinas Termales Art Nouveau. Sus aguas, con temperaturas entre los 35 y los 40ºC eran una delicia, y la decoración, a base de mosaicos y esculturas, era impresionante…


Ya habíamos consumido 2 horas de nuestra visita al balneario cuando pasamos a uno de sus Hammam; unas saunas húmedas equipadas con bancos anchos para poder estirar las piernas y una fuente de hielo y agua fría para poder refrescarse… y probamos algunas de sus saunas, con temperaturas entre los 50 y los 80ºC…


A eso de las 17:00 horas, el balneario se quedó prácticamente vacío y, hasta su cierre pudimos disfrutar de todo el espacio casi en soledad… ¡Qué maravilla!


Cuando salimos del Balneario Gellért estábamos increíblemente relajados y el sueño empezó a acecharnos a pesar de que aún era de día, así que tomamos de nuevo el tranvía número 49, esta vez hasta la parada de Astoria, para acercarnos hasta las inmediaciones de nuestro hotel. Adquirimos 2 billetes sencillos en la máquina expendedora que se situaba justo al lado de la parada (450 HUF/adulto) y validamos los billetes en el propio tranvía.

Cogimos algo de cena para llevar y nos fuimos derechos a la habitación del hotel para ducharnos y dormir…


Día 3: Más de Pest y el Balneario Széchenyi

Para ese día teníamos preparado un itinerario que pasaba por pasar la mañana visitando atractivos de la zona noreste de Pest que nos habían quedado pendientes en nuestro primer día por la capital Húngara; y la tarde, por ponernos a remojo en otro de los mejores baños termales de la capital húngara (Recorrido total caminando: 1,06 h – 4,9 Km).

Comenzamos el día con el desayuno tipo buffet que se servía en la cafetería del hotel.


Nuestra primera parada prevista del itinerario para ese día era la Plaza de los Héroes pero, siguiendo las recomendaciones de Juanfran, el guía con el que realizamos el free tour de la II Guerra Mundial el día anterior, decidimos incluir en nuestro itinerario el museo Terror Háza, un museo que trataba de recordar a los húngaros que fueron víctimas de los nazis y del régimen comunista durante el siglo pasado… Así que, para llegar hasta allí, tomamos la calle Osvát u. y luego la Erzsébet krt. hasta que alcanzamos la Avenida Andrássy, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y considerada la calle más elegante de Budapest… A pocos metros, encontramos un edificio que resaltaba entre todas las construcciones de la avenida: el museo Terror Háza.


Antes de adentrarnos en el museo, no pudimos hacer otra cosa que impresionarnos con la arquitectura del edificio, de 3 plantas, y con una fachada que estaba rodeada por fotografías de algunas de las víctimas de los regímenes fascista y comunista…

Una vez dentro del edificio, abonamos la entrada y, ayudados por una audioguía, fuimos recorriendo la exposición permanente del museo. Pudimos aprender sobre las relaciones del país con la Alemania nazi y la Unión Soviética y ver artefactos de las organizaciones fascistas y comunistas del país, como el Partido de la cruz flechada (similar al Partido nazi alemán) o el ÁVH (similar a la KGB soviética) y, también, pudimos visitar los sótanos del edificio y ver ejemplos de las celdas que la ÁVH utilizaba para romper la voluntad de los prisioneros… Nos pareció un museo imprescindible (aunque duro) para conocer la historia más reciente del país…


A la salida del museo y, para llegar a la siguiente parada de nuestro recorrido para ese día, caminamos por la Avenida Andrássy en dirección noreste, maravillándonos con la arquitectura de las casas y embajadas que se encontraban a uno y otro lado de la avenida y descubriendo algún que otro monumento, como el del Memorial de la I Guerra Mundial


Tras poco más de 20 minutos de paseo, llegamos a la gran Plaza de los Héroes, la siguiente parada de nuestro itinerario, uno de los puntos de mayor interés de Budapest y probablemente uno de los iconos de la capital húngara… Contemplamos: el Memorial del Milenio en el centro, una columna de 36 metros de alto coronada por una estatua del Arcángel Gabriel y con 7 estatuas ecuestres que representaban a los líderes de las 7 tribus fundadoras del país, a sus pies; las estatuas de bronce que representaban a los reyes húngaros colocadas en las columnatas situadas a la izquierda y a la derecha de la plaza; y la Tumba de los héroes anónimos, algo así como la tumba del soldado desconocido presente en muchos países europeos después de la I Guerra Mundial… Sin duda, ¡era una plaza espectacular!

Después de tomar las fotos de rigor en la plaza, nos adentramos en el parque de la ciudad, el Városliget, pues allí se encontraba nuestra siguiente parada del itinerario, el Castillo de Vajdahunyad.


Encontramos el castillo al lado de un lago, a poca distancia de la entrada al parque. Pese a que, actualmente, el castillo es la sede del Museo de la Agricultura de Hungría, nos pareció de gran belleza, pues era similar al castillo del Conde Drácula de Transilvania…


Luego y, tras caminar algo más de 5 minutos por el parque Városliget, llegamos a la entrada del Balneario Széchenyi. Como se acercaba la hora de comer, decidimos acceder ya al balneario pues pensamos que así encontraríamos menos gente en sus instalaciones, al igual que ocurrió el día anterior en el Balneario Géllert.


Presentamos nuestra reserva, nos colocaron sendas pulseras en las muñecas, que servían tanto para acceder al balneario como para abrir y cerrar las taquillas, y accedimos al balneario sin colas.


Nuestro primer contacto con las aguas termales del Balneario Széchenyi se produjo en la zona exterior del balneario. Allí encontramos: la preciosa y enorme Piscina-Jacuzzi Exterior que, con una temperatura de 33ºC,  gozaba de cuellos de cisne, cascadas, volcanes revitalizantes e, incluso, un río circular…; la Piscina de Natación Exterior, de agua fría y pensada, únicamente, para la práctica de la natación; y la Piscina Termal Exterior que, con una temperatura de 38ºC, era superrelajante y, además, contaba con mesas en su interior para practicar ajedrez… ¡Una maravilla! 

Cuando ya había transcurrido una hora desde nuestra entrada al Balneario de Széchenyi, accedimos al interior del recinto y descubrimos las otras 15 Piscinas Termales Interiores. Sus aguas, con temperaturas entre los 20 y los 40ºC eran una delicia…


Ya habíamos consumido 2 horas de nuestra visita al balneario cuando pasamos a uno de sus Hammam; unas saunas húmedas equipadas con bancos anchos para poder estirar las piernas y una fuente de hielo y agua fría para poder refrescarse… y probamos algunas de sus saunas, con temperaturas entre los 40 y los 60ºC…


Cuando ya habíamos descubierto todas las instalaciones interiores del balneario, regresamos al exterior para pasar el resto de lo que quedaba de tarde en las aguas calentitas de la Piscina-Jacuzzi Exterior y la Piscina Termal Exterior… ¡Qué maravilla!


Cuando salimos del Balneario Széchenyi estábamos increíblemente relajados y el sueño empezó a acecharnos a pesar de que aún era de día, así que decidimos tomar el autobús número 74, que se encontraba a unos metros de la salida del balneario, hasta la parada de Wesselényi utca/Erzsébet körút, a poca distancia de nuestro hotel. Adquirimos 2 billetes sencillos a través de la aplicación móvil BudapestGO (450 HUF/adulto) y accedimos al bus, no sin antes escanear el código QR para validar los billetes.

El trayecto en bus nos llevó unos 30 minutos.


Cogimos algo de cena para llevar y nos fuimos derechos a la habitación del hotel para ducharnos y dormir…


Día 4: Excursión a Viena

Para ese día teníamos prevista una excursión de día completo para visitar la capital de Austria: Viena. Para desplazarnos hasta allí, habíamos reservado desde casa dos asientos de tren.


Se tardan unas 2 horas y 40 minutos en llegar a Viena desde Budapest en tren así que, para aprovechar el día, decidimos madrugar bastante y tomar el tren de las 8:40 de la mañana que partía de la estación de Budapest-Keleti.


Después de haber desayunado en la cafetería del hotel, caminamos unos 10 minutos en línea recta por la calle Rákóczi út hasta que llegamos a la preciosa estación de Keleti Pályaudvar, desde donde partía nuestro tren.


A la hora establecida nuestro tren partió del andén de la estación rumbo a Viena y, a eso de las 11:20 horas de la mañana, llegamos a la estación central de trenes de la capital austriaca…


Para aquel día en Viena, habíamos diseñado un itinerario que pasaba por recorrer y contemplar las atracciones más emblemáticas de La Capital de la Música Clásica. (Recorrido total caminando: 3,25 h – 15,0 Km).

Así que, nada más apearnos del tren, dimos comienzo nuestro itinerario caminando por la Arsenalstraße y luego por la Prinz-Eugen-Straße hasta que nos topamos con la entrada al Palacio Belvedere, nuestra primera parada del itinerario previsto para ese día.


Aunque del interior palaciego del conjunto arquitectónico que forma el Palacio Belvedere ya no queda prácticamente nada (actualmente alberga museos de arte), el Palacio Belvedere bien merecía una visita por fuera y un paseo por sus jardines; y es que la fachada de la antigua residencia de verano del Príncipe Eugenio de Saboya y su enorme jardín francés eran espectaculares, ¿no crees? Además, la entrada al complejo (que no a los museos) era completamente gratuita…

Después de tomar unas preciosas fotos del palacio, salimos del recinto y continuamos con nuestro recorrido. Caminando poco menos de 15 minutos por la Prinz-Eugen-Straße, llegamos hasta la plaza Schwarzenbergplatz, donde se encontraba el espectacular Monumento a los Héroes del Ejército Rojo, un monumento erigido para conmemorar a los 17000 soldados soviéticos caídos en la Batalla de Viena de la II Guerra Mundial.


Luego, saliendo de la plaza por una de sus arterias, llegamos hasta la Iglesia de San Carlos, en cuya fachada destacaban sus dos columnas, inspiradas en la Columna de Trajano de Roma, con una decoración en espiral que representaban escenas de la vida de San Carlos Borromeo…


Tras eso, atravesamos el parque que se encontraba en nuestro camino (aprovechando para saciar nuestra sed en una de sus fuentes públicas) y tomamos la Kärntner Str. Hasta que alcanzamos la fachada de uno de los edificios más importantes de Viena, la de la Ópera Estatal de Viena. Nos hubiera encantado visitar el interior de la ópera gracias a sus visitas guiadas pero, dado el tiempo que íbamos a estar en la capital austriaca, tuvimos que descartarlo y conformarnos con fotografiar su estructura que, ya de por sí, era impresionante…

Para llegar a la siguiente parada de nuestro itinerario para ese día, atravesamos el parque Burggarten, un parque que nos sorprendió gratamente pues, además de encontrar unos cuidados jardines y un estanque, encontramos: gran cantidad de monumentos y estatuas, siendo la que más nos llamó la atención la escultura de Mozart que te mostramos a continuación; así como unas vistas magníficas de la parte delantera del Palacio Imperial de Hofburg, el enorme conjunto arquitectónico que constituyó la residencia de los Habsburgo durante más de 600 años…

Aunque no íbamos a visitar las estancias del Palacio Imperial de Hofburg, sí que queríamos ver su conjunto arquitectónico. Así que, después de tomar unas buenas fotos de la parte delantera del palacio, lo rodeamos por su lateral izquierdo hasta encontrarnos con su parte trasera y con la impresionante plaza de Heldenplatz o Plaza de los Héroes, una plaza donde tuvieron lugar hechos históricos de gran trascendencia y, también, la que utilizó Hitler para anunciar la incorporación de Austria al III Reich en Marzo de 1938… Luego, tomando el paseo de In der Burg llegamos hasta otros dos edificios que conformaban el complejo arquitectónico del Palacio Imperial de Hofburg, el Museo Sisí y la Michaelertrakt, la fachada norte del palacio y, sin duda, uno de los lugares más bellos de Viena… Allí, tomamos la Reitschulgasse en dirección a Josefsplatz, una plaza localizada en el lateral derecho del complejo arquitectónico del palacio y, cuyo nombre, se debía al emperador José II… En Josefsplatz localizamos la formidable estatua ecuestre en honor al propio José, la Iglesia de los Agustinos (donde contrajo matrimonio el emperador Francisco José con Sissi) y la espectacular Biblioteca Nacional de Austria… Conclusión: ¡el complejo era impresionante y muy extenso!

Tras el complejo arquitectónico del Palacio Imperial de Hofburg, nuestra siguiente parada era el Neuer Markt y es que, aunque hoy en día no queda nada del mercado de Neuer Markt, en la plaza homónima se encontraba una de las fuentes más bonitas de la ciudad, la Fuente de Donner… Para llegar allí desde Josefsplatz, tomamos la Dorotheergasse y, después, la Plankengasse.


Llegando la hora de la comida, tomamos la calle Spiegelgasse hasta Graben, una de las calles comerciales más elegantes de Viena…


Al llegar allí nos quedamos con la boca abierta… A ambos lados de la calle peatonal, encontramos preciosos edificios del siglo XIX cuyas plantas bajas contaban con tiendas de firmas de lujo, restaurantes o cafeterías y, justo en medio, el principal reclamo turístico de esa zona peatonal, la Columna de la Peste, construida bajo el mandato de Leopoldo I para celebrar el final de una epidemia de peste que asoló media Europa durante 1679… ¡Preciosa!

Dada la cantidad de restaurantes que encontramos por la zona, decidimos hacer una parada para comer en un restaurante de una conocida cadena americana de comida rápida.


Repuestas nuestras fuerzas, continuamos con nuestro itinerario. En ese caso, desplazándonos hasta la Catedral de San Esteban. La fachada de la catedral era impresionante, destacando la gran torre con forma de aguja de estilo gótico de 137 metros de altura y el llamado Tejado de los Azulejos, formado por más de 250000 azulejos amarillos, verdes y negros…


A pocos metros de la catedral encontramos la Mozarthaus, la única vivienda en Viena de Mozart que aún se conserva…


Nuestra siguiente parada del recorrido que teníamos previsto para ese día se encontraba en el barrio judío de Viena, así que tomamos la Schulerstraße y luego la Brandstätte hasta su cruce con Tuchlauben, donde giramos a la derecha. Luego, tomamos la Kleeblattgasse y giramos nuevamente a la derecha en Kurrentgasse hasta que llegamos a la Judenplatz. Allí, distinguimos el monumento que íbamos buscando, el Judenplatz Holocaust Memorial, el monumento central a las víctimas austriacas del Holocausto… Sin duda, un sobrio monumento digno de visitar.


Sin más dilación, continuamos nuestra ruta en dirección suroeste hasta adentrarnos en el Volksgarten, un oasis de tranquilidad en el centro de la ciudad… Nada más acceder al parque, nos dirigimos hacia uno de sus vértices, pues allí se encontraba el Monumento a Sisí. El monumento, con la estatua sedente de la emperatriz estaba precedido por un estanque, convirtiendo el lugar en un espacio mágico… Después, caminando por entre las rosaledas del parque, nos dirigimos a su centro, donde encontramos el Templo de Teseo, un monumento de estilo griego que contrastaba muy bien con el verde del parque…


Luego, salimos del parque por su lado izquierdo, encontrándonos de frente con el Parlamento de Austria. El estilo arquitectónico de ese edificio nos llevó a la Antigua Grecia… ¡Era espectacular!, ¿no crees?

Después de tomar unas cuentas fotos, rodeamos el parlamento por la Rathausplatz y tomamos la Lichtenfelsgasse hasta su cruce con la Friedrich-Schmidt-Platz, donde hallamos la última parada de nuestro itinerario para ese día, el Ayuntamiento de Viena, un edificio que nos pareció majestuoso…


Aunque ya habíamos visto todos los atractivos de Viena que teníamos incluidos en nuestro itinerario, desde el Ayuntamiento vislumbramos dos torres que parecían pertenecer a una iglesia y que nos llamaron la atención; así que, como íbamos bastante bien de tiempo, decidimos acercarnos a investigar… Tomamos la Ebendorferstraße y, luego, la Straße des Achten Mai y nos topamos, con nada más y nada menos, que con la majestuosa Iglesia Votiva, una de las construcciones sacras de estilo neogótico más importantes del mundo, siendo una de sus principales características exteriores sus dos torres gemelas de 99 metros en forma de aguja, que habíamos visto desde el Ayuntamiento… La fachada de la iglesia era una pasada, recordándonos a la Catedral de Notre-Dame de París…


Desde allí, y ahora sí, emprendimos el camino de regreso hacía la a la estación central de trenes de la capital austriaca aunque aún tuvimos tiempo de hacer una parada para probar un delicioso bocado de tarta Sacher en una cafetería de la calle Graben, comprar algún que otro souvenir y algo de cena para el camino.


A la hora establecida nuestro tren partió del andén de la estación central de trenes de Viena rumbo a Budapest…


A eso de las 11:20 horas de la noche llegamos a la estación de Keleti Pályaudvar, donde había comenzado nuestra excursión a La Capital de la Música Clásica aquella mañana…


Como ya habíamos tomado algo de cena en el tren, sólo tuvimos que caminar unos 10 minutos en línea recta por la calle Rákóczi út hasta nuestro hotel para dar por terminado un magnífico día de excursión por la capital austriaca.


Día 5: Budapest-Madrid

Nuestro vuelo de regreso a Madrid partía del aeropuerto de Ferenc Liszt un poco antes de las 6 de la tarde. Por lo tanto, teníamos aún unas horas para disfrutar de la ciudad.


Esa mañana, por tanto, desayunamos temprano en el hotel, recogimos nuestras cosas y nos disfrutamos de una buena ducha antes de hacer el check out.


Luego, decidimos desplazarnos hasta el mundialmente famoso New York Café, que se encontraba a escasos 300 metros de nuestro hotel.


Una vez en el café, esperamos unos minutos a que nos dieran mesa y entramos… Ya sentados a la mesa, no pudimos hacer otra cosa que permanecer con la boca abierta y es que el lugar era impresionante: construido en un estilo renacentista, se elevaban columnas de mármol hasta unos magníficos frescos pintados en el techo, donde también destacaban unas increíbles lámparas de cristal... Luego, pedimos un café y un chocolate y volvimos a sorprendernos, no sólo por lo ricos que estaban, sino también porque pudimos disfrutar de la música en directo de un excepcional violinista… ¡Salimos encantados!

Al salir del café, nos desplazamos hasta las inmediaciones de Deák Ferenc tér y aprovechamos para pasear por la peatonal Fashion Street, repleta de tiendas de marca y restaurantes. Luego, volvimos a recorrer la Plaza de Erzsébet, donde encontramos el ‘árbol de los enamorados’ y es que parece ser que, en Budapest, la tradición de sellar el amor colocando un candado en la valla de un puente para luego arrojar la llave a un río, se realizaba alrededor de ese árbol…


Tras descansar un buen rato sentados en uno de los bancos de la plaza, nos dispusimos a saciar nuestro apetito antes de ir al aeropuerto. Para ello, elegimos un restaurante de una conocida cadena de comida rápida que ofrecía pollo al estilo Kentucky.


A pocos metros de la plaza de Deák Ferenc tér encontramos la parada del autobús 100E Airport Express Bus que hacía el trayecto hasta el aeropuerto... Adquirimos los billetes en las máquinas expendedoras dispuestas a tal efecto a tan sólo unos metros de la parada (2200 HUF/adulto) y montamos en el bus. En pocos minutos partimos del centro de la capital húngara en dirección al aeropuerto… Desde la ventanas del autobús nos despedimos de Budapest y de todo lo que habíamos vivido esos días… El listón de estas vacaciones se había situado muy alto, pero tocaba despedirse de La Perla del Danubio... hasta nuestro próximo encuentro...

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Además de disfrutar de arena blanca, de aguas azul turquesa y de las instalaciones de tu hotel en régimen de todo incluido, durante tu estancia en Varadero te recomendamos que realices también algunas excursiones para así completar tu visión de Cuba; bien porque algunas de estas excursiones te van a permitir ampliar tus conocimientos acerca de la historia y culturas del país o bien porque podrás verlo desde otra perspectiva... Existe un gran abanico de excursiones para realizar en Varadero pero, para nosotros, las más recomendables son las que ofrece Civitatis , que tiene una buena cantidad de ellas y entre las que destacan, por orden alfabético:
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